El Club Ciclista Actur celebró este sábado su 40º aniversario y, para conmemorar una fecha tan especial, contó con unos invitados de excepción para en su fiesta. Eduardo Chozas, Prudencio Indurain, Óscar Pereiro, Igor Antón y los aragoneses Ángel Vicioso y Lorena del Castillo fu fueron las estrellas en una jornada en la que el pasado y la melancolía fueron los protagonistas, pero en la que también se habló de presente y de futuro. Cómo será el ciclismo dentro de otros 40 años es difícil de imaginar, pero estar ahí para disfrutarlo es el objetivo de un club que presumió de una magnífica salud y de, como no podía ser de otra manera, de multitud de anécdotas sobre las dos ruedas
En el disentido acto, presentado por Paco Ortiz Remacha y en el que estuvieron presentes alrededor de 200 personas, se habló desde el año, 1817, en el que se inventó la bicicleta, hasta la salvaje forma de pedalear de Tadej Pogacar, pasando por cómo se fundó el Club Ciclista Actur. Fue en 1985 por un pequeño grupo de vecinos del entonces emergente barrio zaragozano y su primer presidente fue Jesús Palomo.
Por aquel entonces, la Vuelta a Aragón, que tiene en su palmarés a nombres como Perico Delgado o el aragonés Fernando Escartín, era una prueba de renombre y ganarla era motivo de un orgullo enrome. Uno de los que la corría era Eduardo Chozas, presentes en la charla benéfica (la recaudación fue donada íntegra a la asociación Aspanoa). «Venir a esta tierra era siempre especial. A Aragón siempre le ha gustado mucho el ciclismo», dijo Chozas, que rememoró su victoria en la Zaragoza-Sabiñánigo en 1983. Además, confesó hubiera gustado coincidir más en la carretera con Escartín, al que definió como un «grande».
El anfitrión, entre los ciclistas, fue el zaragozano Ángel Vicioso. «Es para sentirse orgullosos de los ciclistas que ha podido reunir el Club Ciclista Actur», comentó el aragonés. Hablando ya de lo que más ha cambiado desde que el empezó a salir en bicicleta, Vicioso apuntó a los entrenamientos y a la nutrición.Eso sí, el ciclista se queda con un detalle que para muchos pasa más inadvertidos. «Cuando empecé, los maillots eran de tela, parecían como toallas», recuerda. «Ahora son finísimos, de licra. Una maravilla», añadía con ironía.
Para Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia de 2006, Aragón, en términos ciclistas, es sinónimo de cultura ciclista y…de viento. «Nos daba siempre mucho miedo el aire. Una etapa de Zaragoza tiene el récord del día con más viento de la historia de la Vuelta», detalló. El gallego destacó lo multitudinarias que son siempre las llegadas a la capital aragonesa y, sobre la polémica por las protestas contra Israel durante la carrera, aseguró que «todavía está más triste ahora que hace dos meses porque se ha demostrado que fue un boicot político».
Por último, Pruden Indurain destacó la importancia social del ciclismo. «Es una gozada juntarte con tus amigos, salir a dar una vuelta y luego irte a almorzar y a charlar un rato», señaló. De eso saben mucho en el Club Ciclista Actur.