Molly McNearney, guionista principal y productora ejecutiva del programa «Jimmy Kimmel ha confesado que cortó toda relación con varios miembros de su familia tras descubrir que votaron por Donald Trump en las elecciones presidenciales del año pasado.

Durante su participación en el pódcast «We Can Do Hard Things», la mujer del presentador relató que, antes de los comicios, envió numerosos correos electrónicos a sus familiares simpatizantes de Trump, implorándoles que reconsideraran su voto. «He enviado muchos correos, justo antes de la elección, diciendo: ‘Os ruego que no lo hagáis. Aquí tenéis diez razones para no votar por este hombre’. Y el 90% me ignoró; los demás respondieron con mensajes completamente irracionales», explicó.

McNearney asegura sentirse profundamente herida por el apoyo de sus parientes al expresidente republicano. Considera que votar por Trump fue un acto en contra de su esposo, el presentador Jimmy Kimmel, y de su propia familia. «Me duele mucho porque mi marido está ahí afuera enfrentándose a este hombre. Para mí, que ellos voten por Trump es como si votaran contra nosotros. Lamentablemente, he perdido vínculos familiares por eso», expresó. McNearney también admitió haber atravesado una etapa de enfado constante hacia ciertos tíos, primos y tías que contribuyeron al triunfo de Trump. Sin embargo, señaló que aún siente «cierta compasión» por ellos, al considerarlos «deliberadamente mal informados».

Las declaraciones llegan apenas dos meses después de que el programa «Jimmy Kimmel Live!» fuera temporalmente retirado. La suspensión se produjo tras un monólogo emitido el 15 de septiembre, en el que Kimmel habló de Tyler Robinson, acusado del asesinato del activista conservador Charlie Kirk. «Este fin de semana vimos nuevos niveles de hipocresía, con el movimiento MAGA intentando presentar al asesino de Charlie Kirk como alguien ajeno a ellos y usando la tragedia para obtener rédito político», dijo Kimmel, lo que provocó una fuerte reacción pública.

Como respuesta, las corporaciones Sinclair y Nexstar Media, principales propietarias de estaciones afiliadas a ABC en Estados Unidos, retiraron temporalmente el programa y presionaron a Disney para suspender al presentador, calificando sus palabras como «insensibles y mal sincronizadas». Jimmy Kimmel regresó a su programa menos de una semana después de la suspensión.

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