Bloomberg — Unos meses antes de que cayera al suelo agonizando mientras realizaba la compra con su pequeño hijo, Wang Peizhi permaneció despierto toda la noche preparando frenéticamente el establecimiento insignia de Xiaomi Corp. para el lanzamiento de su primer VE.

El trabajo de Wang se le acumuló después de que la compañía, liderada por el multimillonario cofundador Lei Jun, desvelara un atrevido plan para convertirse en la primera empresa tecnológica en dar el gran salto con éxito a la fabricación de vehículos.

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Xiaomi Stores in Shanghai Ahead of Earnings

Lei, de 55 años, se juega su reputación en esta transición, una proeza que ni siquiera Apple Inc. (AAPL) ha logrado, y ha prometido que será su “último proyecto empresarial”.

Una parte clave para llevar a cabo esa visión era la red de tiendas minoristas de Xiaomi, bajo la responsabilidad de Wang.

Con el fin de competir con empresas como BYD Co. y Tesla Inc. (TSLA) en el dinámico mercado chino de VE, la compañía había decidido renovar su cadena de tiendas transformando los establecimientos diseñados para smartphones en salas de exposición para mostrar sedanes y SUV de tamaño real.

No obstante, durante la pandemia de Covid-19, Xiaomi despidió a cerca del 50% del personal responsable de esta iniciativa, quedando aproximadamente 10 personas, de acuerdo con un antiguo empleado y un miembro actual de su plantilla, quienes trabajaron con Wang y pidieron permanecer anónimos para poder hablar de temas sensibles.

El reducido equipo sufrió un fuerte aumento de su carga de trabajo a comienzos de 2024, cuando la compañía se apresuró a abrir tiendas de vehículos eléctricos a tiempo para el lanzamiento de su emblemático sedán SU7, según explicaron estas personas.

Wang trabajaba cada vez más horas, ya que se ocupaba de los principales proyectos del equipo, además de realizar el mantenimiento rutinario en la red de tiendas de la empresa, según indicaron. Asimismo, trabajaba en la sede central de Xiaomi en Pekín, lo que le hacía más visible para los altos cargos de la compañía.

Durante los primeros ocho meses del año, trabajó por lo menos en 267 tiendas minoristas, frecuentemente reacondicionándolas con un área para VE, de acuerdo con una serie de documentos internos, fotos y mensajes de WeChat revisados por Bloomberg News. El 25 de agosto, a menos de tres días de haber sufrido un colapso frente a su hijo, falleció de un ataque al corazón a la edad de 34 años.

Las autoridades locales dictaminaron que la muerte de Wang no estaba relacionada con su trabajo en Xiaomi. Pero su viuda está convencida de que su extenuante horario de trabajo contribuyó a su muerte.

“Le trataban como a una hoja: cuando cae, la gente la pisa sin darse cuenta de su existencia”, declaró Luna Liu a Bloomberg News.

Aceptó hablar públicamente por primera vez desde su muerte porque cree que su caso merece más atención. También compartió miles de mensajes de WeChat relacionados con el trabajo de su difunto marido, preocupada por el hecho de que las empresas chinas presionan demasiado a sus empleados, con poca consideración por su salud y bienestar.

Xiaomi había dado a Wang más responsabilidades a lo largo de los años porque se tomaba sus obligaciones muy en serio. Estaba a cargo de algunos de los proyectos de más alto perfil de la empresa, incluida su sala de exposiciones insignia justo al lado de la plaza de Tiananmen. Pero seguía teniendo docenas de otros proyectos que gestionar al mismo tiempo.

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La motivación de Wang para trabajar muchas horas es complicada.

Personas cercanas a él dijeron que sentía un fuerte sentido de la obligación y que se encargaba él mismo de las tareas porque no había nadie más que pudiera compartir sus obligaciones. También se esforzaba mucho, llevando la cuenta de cientos de proyectos y machacándose durante horas para asegurarse de que cumplía lo que la empresa necesitaba.

Estaba bien pagado para los estándares chinos, llevaba a casa unos ¥600.000 (US$84.000) al año, incluidas las opciones sobre acciones, según su viuda. Pero ella dijo que vivía bajo una “inmensa tensión mental” porque estaba atrapado entre las exigencias de los altos dirigentes de la empresa y las realidades sobre el terreno.

“Estaba atrapado entre sus jefes y los almacenes cada vez que había un problema con uno de los proyectos”, dijo.

En respuesta a una detallada petición de comentarios de Bloomberg News, un portavoz de Xiaomi dijo: “Nos entristece profundamente el desafortunado fallecimiento de nuestro colega y hacemos llegar nuestro más sentido pésame a su familia y amigos. Al mismo tiempo, hacemos todo lo posible para proporcionar apoyo y asistencia a la familia de nuestro colega en virtud de las leyes y reglamentos aplicables.”

Xiaomi no es la única empresa que obliga a sus empleados a trabajar muchas horas. El personal de todo el sector tecnológico chino se queja de que pasan todo el tiempo en la oficina. Varios dijeron a Bloomberg News que el exceso de trabajo, definido por la Organización Mundial de la Salud como más de 55 horas a la semana, es frecuente en muchas empresas punteras.

La historia de Wang ofrece una rara visión de la enorme presión que existe dentro de las empresas tecnológicas chinas.

Una de las razones es la renovada urgencia por seguir siendo competitivos en el cada vez más abarrotado mercado chino, donde las batallas por los clientes en sectores que van desde los VE al comercio electrónico están al rojo vivo. La rivalidad con EE.UU. en los semiconductores y la IA también ha llevado la cultura a algunas empresas estatales.

La cultura del trabajo excesivo, apodada “996” por la expectativa de estar en la oficina de 9 a.m. a 9 p.m., 6 días a la semana, está profundamente arraigada en el sector tecnológico chino.

Hace una década, estaba impulsado por la creencia de que el trabajo duro cosecharía recompensas a medida que el rápido crecimiento económico creara oportunidades, según Mary Gallagher, profesora de asuntos globales en la Universidad de Notre Dame. Pero ahora se trata más de prioridades nacionales y de un sentido del deber patriótico a medida que China compite en chips, IA y vehículos eléctricos.

“Estas industrias que van tan bien, incluso en los mercados de exportación, y son tan importantes para la confianza que Xi Jinping quiere ver en la economía”, dijo Gallagher, autor de «Authoritarian Legality in China: Law, Workers, and the State» (Legalidad autoritaria en China: Ley, trabajadores y Estado).

“Hay una enorme presión en esos lugares”.

El giro de Lei hacia los VE comenzó con una inversión inicial de US$1.400 millones, seguida de un gasto masivo en casi todos los rincones de la cadena de suministro, desde las baterías y los chips hasta la suspensión neumática y los sensores. En total, inyectó más de US$1.600 millones en más de 100 proveedores entre 2021 y 2024, según datos recopilados por la empresa analítica china Zhangtongshe y Bloomberg.

A medida que la producción de VE aumentaba a inicios de 2024, la dirección de la empresa también dirigió su atención a impulsar las ventas.

Dos meses antes de que Xiaomi lanzara el SU7, Wang asumió aún más trabajo. Estuvo enviando mensajes de WeChat a sus colegas desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, algunos de ellos enviados desde su casa.

En un día especialmente largo, a finales de enero, preguntó por la instalación de unos espejos en un punto de venta sobre las 2:30 a.m., unas horas más tarde, presionó a un proveedor de muebles para que terminara un proyecto cinco veces más rápido de lo presupuestado inicialmente.

“Llegó un momento en que tenía sobre sus hombros la carga de trabajo de siete u ocho personas. Decía que estaba ocupado como una peón”, cuenta Liu, la viuda de Wang. “Muchas veces le dije: aunque vuelves a casa todos los días, a veces tengo la sensación de que hace días que no te veo”.

Después de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, en febrero, Wang trabajó a un ritmo incesante, intercambiando cientos de fotos y mensajes con sus colegas sobre la sala de exposiciones insignia de Pekín, según la colección de documentos revisada por Bloomberg.

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Cuando el local estaba casi terminado, a finales de marzo, Wang pasó allí toda la noche, afanándose en arreglar el sistema de iluminación y los postes de carga del sótano. También se apresuró a reforzar el suelo después de comprobar que se había agrietado bajo el peso de un auto.

Una noche, el presidente de Xiaomi, Lu Weibing, anunció en un post en las redes sociales chinas que a la mañana siguiente realizaría una esperada visita a la tienda insignia de Pekín. Tras compartir la noticia con un colega, Wang se preocupó por tener lista la sala de exposición con tan poca antelación. “Mañana se decide todo”, escribió en WeChat.

Su duro trabajo dio sus frutos.

Unas dos semanas después, Lei elogió el local insignia como “uno de los más emblemáticos entre nuestras 59 tiendas de todo el país”. El lanzamiento del SU7 el pasado mes de marzo catapultó a Xiaomi al mercado chino de los vehículos eléctricos.

Con un precio de ¥215.900, unos US$30.000, se sitúa por debajo de los ¥219.800 yuanes (US$30.882) que cuesta un BYD Han L y de los 235.500 yuanes (US$33.087) de un Tesla Model 3. El Porsche Taycan, el vehículo con el que el SU7 guarda un asombroso parecido, comienza en unos US$100.000.

Desde la presentación, las acciones de Xiaomi se han disparado cerca de un 200% en Hong Kong. Pero a la empresa aún le queda un largo camino por recorrer antes de poder entrar en el selecto club de los fabricantes de automóviles.

Se ha fijado un objetivo de entrega de 350.000 unidades en 2025, por encima de su objetivo anterior de 300.000. En comparación, la principal marca automovilística china, BYD Co, vendió alrededor de 4,3 millones de VE e híbridos el año pasado, muchos de ellos en el extranjero, mientras que Tesla movió alrededor de 1,8 millones de vehículos en todo el mundo.

Xiaomi ha conseguido “democratizar la tecnología” y crear una imagen que ha calado bien entre los consumidores chinos, afirmó Bill Russo, fundador y director ejecutivo de la empresa de asesoría Automobility, con sede en Shanghái.

“Xiaomi es una marca de consumo conocida que hace que la tecnología sea asequible, y ése ha sido su valor añadido desde el principio para prácticamente todos los dispositivos que fabrica”, dijo Russo. “Lei Jun es una especie de estrella del rock en la percepción del consumidor chino”.

En los últimos años, China se ha visto envuelta en un debate nacional sobre la necesidad de mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar. Las plataformas de medios sociales como Weibo y Xiaohongshu se han visto inundadas de publicaciones, imposibles de verificar, sobre largas jornadas laborales.

El tema cobró mayor importancia en los últimos años tras una serie de muertes de alto perfil atribuidas al exceso de trabajo, y el gobernante Partido Comunista Chino se mostró partidario de proteger los derechos de los trabajadores.

La cultura laboral pareció mejorar durante la pandemia, cuando se permitió a parte del personal técnico trabajar con horarios flexibles.

El gobierno también desplegó algunos esfuerzos para mejorar los entornos laborales en un intento de contrarrestar la protesta pública tras una serie de muertes atribuidas al exceso de trabajo. Los funcionarios públicos celebraron debates y anunciaron planes para mejorar las situaciones laborales.

En 2021, las autoridades chinas abrieron una investigación sobre las condiciones laborales en la empresa de comercio electrónico PDD Holdings Inc. tras la muerte de una empleada de unos 20 años.

La trabajadora se desplomó mientras caminaba hacia su casa con sus compañeros. Su muerte desencadenó una reacción en las redes sociales contra PDD y los implacables horarios de trabajo que se espera de sus trabajadores.

Al año siguiente, un moderador de contenidos de Bilibili Inc, el mayor sitio de streaming de anime de China, murió de una hemorragia cerebral. Ambas empresas han negado haber actuado mal. Ni PDD ni Bilibili respondieron a las solicitudes de comentarios.

Las leyes laborales nacionales de China limitan el tiempo de trabajo estándar a 44 horas semanales. Sin embargo, los empresarios pueden negociar con los sindicatos y los empleados para ampliarlo. Las cifras de la Oficina Nacional de Estadística muestran que el personal de las empresas chinas ha trabajado más horas en los últimos años.

En el 2024, la semana laboral media fue de 49 horas sin descanso, un poco más que las 47,9 de 2022. Los empleados estadounidenses a tiempo completo trabajaron el año pasado una media de 43 horas semanales, según una encuesta de Gallup.

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Este año, el gobierno publicó un plan de acción para “regular la cultura del trabajo insalubre”, presionando a los gobiernos provinciales para que asuman un mayor papel en la prevención del exceso de horas.

“Se insta a las autoridades locales a proteger mejor los derechos de los trabajadores al descanso y a reforzar la supervisión sobre las conductas de los empresarios de alargar ilegalmente las horas de trabajo de los empleados sin permiso”, informó en marzo el medio estatal China Daily.

Pero el problema no ha desaparecido.

Los ingenieros de Alibaba Group Holding Ltd. cancelaron sus vacaciones y trabajaron durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar de este año para ponerse al día después de que DeepSeek conmocionara a la industria tecnológica mundial con su potente modelo de IA de bajo coste en enero.

PDD, enzarzada en una guerra de precios con Alibaba y JD.com, también hizo que algunos empleados cancelaran sus planes de vacaciones durante el mismo periodo. Pero ofreció primas por horas extras a los que se quedaron para mantener su sitio web en funcionamiento, dijo una empleada en Shanghái, que pidió el anonimato para hablar de su horario.

La empleada, de unos 30 años, dijo que recibió una bonificación de unos ¥3.000 (US$421,50) tras trabajar cuatro días durante las vacaciones. Alibaba y PDD no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Otro ingeniero, del fabricante de equipos de chips Ueascend, con sede en Shanghái, dijo que sólo podía tomarse un día libre a la semana desde que se incorporó a la empresa el año pasado.

A veces, las convocatorias del equipo se programaban en los pocos días que tenía libres y, cuando llegaban proyectos urgentes, trabajaba desde por la mañana hasta las 11 p.m. durante días, dijo este joven de 25 años, que también pidió el anonimato para hablar de sus horarios de trabajo.

El personal del fabricante de drones DJI y del proveedor de Apple Desay Battery también denunció malas condiciones laborales. Bloomberg News no pudo ponerse en contacto con Ueascend. Desay Battery no respondió a las peticiones de comentarios. Un portavoz de DJI dijo que su personal trabaja una media de nueve horas al día y disfruta regularmente de un fin de semana de dos días.

En abril, los medios de comunicación chinos informaron de que Xiaomi estaba exigiendo a sus empleados que trabajaran al menos 11,5 horas al día, y a los que trabajaban menos de ocho horas se les dijo que presentaran una explicación formal. Xiaomi no respondió a las preguntas sobre los informes de los medios.

Una encuesta publicada el año pasado por la plataforma china de búsqueda de empleo Maimai mostró que los trabajadores de Xiaomi trabajaban una media de 11,5 horas al día, una de las jornadas más largas de la industria tecnológica del país.

El personal de ByteDance Ltd., Meituan y Tencent Holdings Ltd. registraban todos horas de dos dígitos, según la encuesta, que no explicaba su metodología.

En Estados Unidos, la jornada laboral media era de 8 horas y 44 minutos, y sólo el 5% de los empleados trabajaba los fines de semana, según datos de la empresa de análisis de la mano de obra ActivTrak. ByteDance declinó hacer comentarios, mientras que Meituan y Tencent no respondieron a las preguntas de Bloomberg News.

Las largas horas de trabajo de Wang no pasaron desapercibidas.

Sus jefes le elogiaron por ampliar la red de salas de exposición de VE de Xiaomi, según su revisión interna de rendimiento, que abarcó el primer semestre de 2024. La empresa le atribuyó el mérito de desplegar nuevas tiendas “a un nivel unificado, con gran eficiencia y calidad”, según la revisión.

Wang trabajó en más de 260 tiendas en docenas de ciudades, de enero a agosto de 2024.

En las semanas previas a su muerte en agosto de 2024, Wang trabajó en al menos 80 tiendas, según sus mensajes de WeChat. La mayoría de los sitios que visitó estaban en Pekín, pero mantuvo un horario frenético, recorriendo el noreste de China.

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Sólo dos miembros del equipo estaban disponibles para ayudarle con una amplia gama de tareas que incluían la renovación, así como la gestión de proveedores y la contabilidad, según uno de los antiguos compañeros.

Durante un viaje de tres días a principios de mes, visitó al menos 14 puntos de venta de Xiaomi en Harbin, Changchun y Shenyang. Realizó su último viaje de negocios el 20 de agosto, visitando al menos tres tiendas en Tianjin, a unos 30 minutos de Pekín en tren o a una hora y media en coche.

Después, el 22 de agosto, Wang se sintió tan débil que dio parte de enfermo y acudió al hospital para someterse a un chequeo médico. Mientras estaba allí, recibió docenas de mensajes de WeChat del personal de unos cinco establecimientos diferentes.

Le dijo al gerente de una tienda en Shenyang que estaba enfermo y que otra persona visitaría sus proyectos ese día. “Los empleados de Xiaomi son todos unos guerreros”, le respondió el gerente, animando a Wang a mejorarse e incluyendo un emoji de facepalm llorando.

Los intercambios de trabajo duraron al menos hasta las 4 de la tarde. Más tarde, ese mismo día, fue con su hijo a una tienda de comestibles. Allí, su corazón se paralizó, deteniendo brevemente el flujo de sangre a su cerebro, y se desplomó en el suelo.

Fue trasladado de urgencia a una unidad de cuidados intensivos en ambulancia, dijo su viuda. Menos de tres días después había muerto. Bloomberg News revisó una copia del certificado de defunción de Wang en el que figuraba el infarto agudo de miocardio, comúnmente conocido como ataque al corazón, como la causa de su muerte.

Wang gozaba de buena salud en el momento de su muerte, no padecía ninguna enfermedad preexistente y mantenía un estilo de vida activo, dijo su viuda. Se sometía regularmente a exámenes físicos anuales, pero faltó a su cita en 2024 por un conflicto de agenda, dijo.

Pasaba su tiempo libre con su familia, yendo de excursión a las montañas de los alrededores de Pekín y acompañando a su hijo a actividades extraescolares, dijeron ella y un colega. Salía regularmente a correr 5 kilómetros para aliviar el estrés de su trabajo, dijo otro colega.

La viuda de Wang dijo a Xiaomi que creía que su marido había muerto por exceso de trabajo. La empresa informó del incidente a las autoridades locales, que determinaron que la muerte de Wang no estaba relacionada con el trabajo.

Según las directrices chinas, sólo se considera que un empleado ha sufrido una muerte relacionada con el trabajo si fallece en las 48 horas siguientes a recibir tratamiento por una lesión sufrida en el trabajo. La Oficina Municipal de Recursos Humanos y Seguridad Social de Pekín no respondió a una solicitud de comentarios.

Xiaomi negó haber actuado mal.

Más tarde ofreció a la familia ¥50.000, unos US$7.000, como pago por dificultades económicas, pero no se abonó ningún fondo, dijo. La empresa la ayudó a acceder a la cartera de inversiones de su marido, pero más tarde anuló algunas de sus opciones sobre acciones, añadió.

Días después del fallecimiento de su marido, Liu tomó Weibo para dirigirse directamente al jefe de Xiaomi. “Espero que el señor Lei pueda echar un vistazo a la repentina muerte del empleado Wang Peizhi”, escribió. “Mi marido contribuyó al éxito de los vehículos eléctricos de Xiaomi. Estaba muy cansado debido a la excesiva presión del trabajo”.

Sus mensajes tuvieron poca repercusión, y algunos usuarios comentaron que ella sólo buscaba una compensación adicional de Xiaomi. A finales de año, dejó de usar Weibo. “Está bien si fui malinterpretada o insultada, pero la empresa aún me debe una disculpa”, escribió en uno de sus últimos posts.

Dentro de Xiaomi, la muerte de Wang no fue ampliamente comunicada, dijeron dos de sus antiguos colegas.

Zhang Jian, un ejecutivo de Xiaomi a cargo de las tiendas en todo el país en el momento, organizó una reunión interna sobre la muerte de Wang, de acuerdo con el empleado actual. Les dijo a sus colegas que Wang había muerto de un ataque al corazón y que la empresa estaba hablando con su familia.

No se hicieron cambios en el horario de trabajo del equipo. Con el tiempo, Zhang fue ascendido a jefe de ventas de VE de la empresa en China.

Hoy en día, la carga de trabajo en la empresa varía según el departamento.

En el antiguo equipo de Wang, las tareas suelen amontonarse a final de mes, dijo el empleado actual. Otro empleado actual de Xiaomi que trabaja en un equipo diferente en Pekín dijo que suelen trabajar entre 50 y 60 horas a la semana y que rara vez van los fines de semana. Otro empleado del equipo de investigación de smartphones de la empresa dijo que trabajan más de 50 horas a la semana, incluyendo horas ocasionales los sábados y domingos.

La viuda de Wang dijo que dejó a su familia con deudas por un total de unos ¥4 millones (US$562.000), incluida la hipoteca de su casa. Su póliza de seguro de vida, proporcionada por Xiaomi, desembolsó un pago único de unos ¥800.000 (US$112.400).

En su casa de Pekín, ha intentado recomponer los recuerdos de su difunto marido organizando sus registros de chat de WeChat, la mayoría relacionados con su trabajo. Pero ella no tiene acceso a una aplicación separada que él utilizaba para los mensajes internos de Xiaomi, lo que deja sin conocer el panorama completo de sus responsabilidades laborales.

De lo que está segura es de que no vio a su marido a menudo durante sus últimos meses.

“El trabajo le quitaba todo su tiempo cuando se le necesitaba como padre, como marido”, dijo, y añadió que Wang rara vez volvía a casa antes de las 9 p.m. e incluso entonces su teléfono no paraba de zumbar con mensajes de trabajo. “Casi siempre que volvía del trabajo, nuestro hijo ya estaba dormido o a punto de irse a la cama”.

Uno de los últimos mensajes que envió Wang fue una súplica desesperada para que un contratista trabajara más rápido.

“Lo que firmé era un compromiso de vida o muerte”, escribió Wang.

“No me dejes en ascuas”.

— Con la colaboración de Jessica Sui, Colum Murphy, Josh Xiao, Linda Lew, Sofia Mitra-Thakur, Jin Wu, Shadab Nazmi, Debby Wu, Luz Ding, Claire Che y Zheping Huang.

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