La gran candidatura a recuperar la presencia española en el PGA Tour, huérfano de ella desde la marcha de Jon Rahm y Sergio García al LIV salvo por una breve aventura de Jorge Campillo en 2024, ha perdido enteros en el tramo final de temporada. No porque no haya remado el malagueño Ángel Ayora, que este domingo certificó en el Abu Dabi Championship su cuarto top-10 en las últimas cinco salidas con una última vuelta sensacional de 63 golpes (-9 para -20). Más bien porque los que le preceden en la Race to Dubai, la clasificación anual del circuito europeo que reparte 10 tarjetas para el PGA a los mejor posicionados que no la tengan, no han echado el freno.

Quinto en el Alfred Dunhill Links, noveno en el Open de España, séptimo en Corea hace dos semanas y noveno en el Yas Links, primera parada de los playoffs, Ayora llegará a la final de Dubái que arranca el próximo jueves 23º en el ranking con 1.589,78 puntos. Cerca de 500 le separan del inglés Jordan Smith, que marca el corte con 2061,12. Con 12.000 puntos disponibles en el último torneo del calendario, una victoria le garantizaría la tarjeta, y tendría opciones con un top-5 siempre y cuando Smith, o bien Keita Nakajima o Dan Brown, que no andan mucho más lejos, pongan de su parte y caigan a las últimas posiciones en esa cita.

El escenario no es ideal, pero el nivel que ha dado este año Ayora, uno de los jóvenes swings que más atención concitan a este lado del atlántico, da para pensar en un final feliz, máxime tras lo visto este domingo. Una vuelta imperial en la que apenas falló calles greenes, con cinco birdies por los nueve primeros y otros cuatro en la segunda mitad del recorrido. Libre de bogeys. Exprimiendo sin piedad un campo que favorece las tarjetas bajas. Especialmente en un día de 30 grados y poco viento como el que alumbró Dubái este domingo.

Fue un arma de doble filo para Ayora, porque como él fueron otros muchos los que se dispararon en ese panorama amable. Entre ellos los citados Smith (-3 para -18), Nakajima (-4 para -18) y Brown (-6 para -17), que dejaron en mínimos la pérdida de margen respecto al español. Por arriba la cosa llegó hasta el -25, alcanzado por Tommy Fleetwood (-6 en el día) y Aaron Rai (-5).

Se fraguó un playoff entre ingleses al que salía favorito Fleetwood, en una racha celestial que le ha llevado a ganar la final del PGA (su primer triunfo en Norteamérica) y el India Championship y a ser el mejor europeo en la victoria en la Ryder desde finales de agosto. Pero Rai, que ha firmado otra campaña notable y llegó a estar en las quinielas de Luke Donald para Bethpage, fue el que se llevó, con un birdie en el primer hoyo de desempate, su tercera victoria en el circuito, la segunda de categoría Rolex Series, la más alta.

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