Después de tres años de creación intensa, paciente y, según ella misma ha descrito en otras ocasiones, profundamente luminosa, Rosalía celebra estos días el lanzamiento de ‘Lux‘, su cuarto álbum de estudio. Un trabajo que supone un giro estético y sonoro … respecto a sus proyectos previos y con el que, en apenas 48 horas, la artista catalana se ha situado nuevamente entre las más escuchadas del mundo en Spotify. Tras su publicación, el pasado 7 de noviembre, Zane Lowe, director creativo de Apple Music, entrevistó a la artista catalana en el histórico frontón Beti Jai de Madrid. Un escenario que reforzó la dimensión casi ceremonial de una charla en la que la artista habló sobre su nuevo trabajo y, entre otras cosas, sobre la canción Berghain’ y su colaboración con la artista islandesa Björk Guðmundsdóttir.

Durante la conversación, la intérprete explicó que el proyecto posee un marcado carácter orquestal, algo que se percibe desde los primeros compases de ‘Berghain’. «Creo que esa pieza es como representativa de la intención orquestal que tiene el álbum», afirmó. Para la cantante, si ‘Motomami’ exploraba el caos y la fragmentación, ‘Lux’ se abre a un espacio donde cada elemento reclama su presencia con coherencia.

Por otro lado, la autora de ‘El mal querer’ recordó que siente una profunda admiración cuando una obra artística le provoca un sobresalto. «Me encanta cuando un artista me hace sentir eso. Me gusta mucho cuando un artista me da una bofetada. Es como si estuviera haciendo algo que no se mueve musicalmente, que no vi venir», señaló. Esa capacidad de interrumpir lo esperado es, según explicó, el punto de partida emocional de varias de las canciones del álbum.

Una declaración de intenciones

La canción ‘Berghain’ ocupa un lugar central en la narrativa del disco. La artista española explicó que su intención era abrir el proyecto de forma suave, casi como un gesto de bienvenida «para que cuando la gente experimente el proyecto del álbum, sientan la sensación de suavidad que creo que está muy presente en todo el disco».

Tal y como señaló, este tema funciona como una declaración de intenciones: «Es una forma de decir que no vamos a volver a hacer ‘Motomami’, eso es lanzar ‘Berghain’. Al lanzar esa, estamos diciendo: ‘Esta es la apuesta’». Y es que esta pieza destaca, entre otras cosas, por el peso que adquiere el arreglo orquestal: «Es en la que la orquesta interviene más y me parece interesante lo mucho que el sonido está impulsado por la orquesta en esa canción. Y tiene todos los elementos, siento que lo tiene todo, tiene la orquesta completa, tiene el coro completo, lo tiene todo. Y creo que tal vez sea una forma de decir: ‘Motomami era minimalista, pocos elementos, esto es maximalismo, como brutalista’».

En la entrevista, Zane Lowe preguntó si el nombre estaba relacionado con el conocido club de techno berlinés. «En cierto modo, creo que es como que siempre he tenido ganas de ir a ese club, pero nunca lo he hecho. Pero siempre está ahí… Y Berghain significa arboleda de la montaña y siento que todos tenemos estos laberintos en nuestras cabezas, estos bosques de pensamientos en los que puedes perderte. Berghain puede ser un poco eso, puede ser tu mente, la mente de todos», matizó la de Sant Esteve Sesrovires.

Tras explicar el significado de la canción, la artista catalana habló de su colaboración con Björk, una figura que ha mencionado en numerosas ocasiones como influencia fundamental. «Me encanta, es la mejor, es tan inspiradora. Quizás sea la persona más inspiradora. Ella y Patti Smith son mis favoritas, mis madres, y ambas son muy libres», declaró. Para la intérprete, la libertad creativa que ambas artistas encarnan marca un horizonte al que aspira constantemente. «Creo que ambas son tan irreverentes… creo que lo que más me inspira, cómo una mujer, y el ser humano, puede ser tan libre y tan increíble y tan emocionante y tener tantas capas tan contradictorias», añadió.

Para concluir, la cantante recordó un concierto de Patti Smith en Madrid al que recientemente asistió, destacando su interpretación de ‘Horses’: «Fue una locura, fue una clase magistral. Verla escupir en el escenario con tanta elegancia y sin importarle nada… ese tipo de energía fue como ‘guau’. Así es como quiero envejecer. Debería ser así siempre, simplemente que no te importe. Recordarte a ti mismo que no te importe, creo que eso es importante».