Jake Wilkins ha irrumpido con fuera en el baloncesto universitario. Hijo del legendario Dominique Wilkins —exestrella de los Georgia Bulldogs y nueve veces All-Star de la NBA—, el joven alero de 18 años está disputando su temporada Freshman en la NCAA, defendiendo los colores del mismo equipo en el que brilló su padre hace más de cuatro décadas.

Con apenas tres partidos disputados, Wilkins promedia 14,3 puntos, 4 rebotes y un 53,8% en tiros de campo, dejando muestras de su enorme potencial físico y de una buena adaptación a la liga universitaria. Su actuación más reciente, con 15 puntos en la contundente victoria (120-81) ante Morehead State, incluyó un espectacular mate que ha dado la vuelta a las redes. En ese encuentro, Georgia alcanzó su cuarta mayor anotación histórica y firmó 17 triples, igualando la tercera mejor marca del programa.

Formado en Grayson High School —tras sus pasos por los institutos de Heitage y Park View—, donde fue considerado un prospecto de cuatro estrellas y uno de los mejores aleros del país, Wilkins llega a Georgia con un apellido ilustre pero con una identidad en construcción. Se trata un jugador de gran zancada, explosivo en transición y con una capacidad atlética que recuerda inevitablemente a su padre, aunque todavía debe ganar músculo y consistencia en su tiro exterior. Mide 2,0 metros y combina velocidad, energía y elasticidad para castigar cerca del aro o alterar tiros rivales.

El caso de Jake no es el único esta temporada en la NCAA. Otros grandes apellidos reaparecen en escena, algunos de ellos: Cameron y Cayden, hijos de Carlos Boozer, en Duke; Kiyan Anthony, hijo de Carmelo, en Syracuse; Andrej Stojakovic, hijo de Peja, en Illinois; Bryce James, hijo de LeBron, en Arizona o incluso Tavarus Webb, hijo de Spudd y ahora mismo Redshirt Junior en Emmanuel, también ubicado en Georgia. La historia se repite en el Stegeman Coliseum, donde el hijo de uno de los mejores matadores de la NBA busca su propio vuelo. En el caso de Jake, parece que el legado de los Wilkins —que también incluye a su tío Gerald y a su primo Damien, ambos exjugadores NBA— continúa elevándose con fuerza.

Dominique Wilkins jugó en la Universidad de Georgia entre 1979 y 1982, donde se consolidó como una de las mayores figuras del programa. Con un promedio de 21,6 puntos y 7,5 rebotes por partido, su impacto fue inmediato, hasta el punto de ser reconocido como el mejor jugador de la SEC en 1981. Su dominio en la NCAA lo llevó a ser elegido en el tercer puesto del Draft de 1982, iniciando lo que sería una carrera brillante en la NBA.

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