Un inmueble del XIX pero muy de nuestro tiempo. Así es la nueva Casa Museo Picasso, que sirvió de hogar para el genio durante su etapa coruñesa —en la que se inició en la pintura— y que ahora servirá de recipiente creativo para otros artistas, y, quién sabe, quizás para algún futuro genio.

La alcaldesa, Inés Rey, visitó la casa este lunes, acompañada por el responsable del área de Cultura, Uxío Novo Rey, para supervisar personalmente el resultado de la rehabilitación, que contó con una inversión de 128.878 euros y permitió resolver deficiencias estructurales, renovar espacios interiores y adaptar el conjunto a los estándares actuales de seguridad, accesibilidad y seguridad. Se han reforzado los forjados y elementos portantes, se han renovado los revestimientos, carpinterías e instalaciones, se han aplicado medidas de protección pasiva contra incendios y se ha renovado el mobiliario.

«Somos una de las ciudades picassianas, participamos en los actos que hubo hace dos años y queremos seguir manteniendo ese espíritu vivo», señaló la alcaldesa, una pretensión que el Concello persigue a través de iniciativas como la recuperación del edifico para «conservarlo, mejorarlo y devolverlo a la ciudad como un lugar útil y vivo». La regidora y el titular de Cultura pudieron participar, como figurantes espontáneos, en la grabación del documental que un grupo de alumnos de la Escuela de Formación Profesional de Audiovisual y de Producción acometían en las instalaciones el mismo día.

Visita a la Casa Museo Picasso tras la reforma.

La alcaldesa Inés Rey y el director del área de Cultura del Concello, Uxío Novo, durante la visita a la Casa Museo Picasso tras la reforma. / LOC

Como esta, podrán desarrollarse en el espacio otras iniciativas artísticas ciudadanas, que continuarán, la próxima semana, con un programa de talleres artísticos impartidos por Gosia Trebacz, inspirados en el diálogo creativo entre Picasso y Alexander Calde y dirigidos al público infantil y adulto en sesiones diferenciadas, cuyo resultado será expuesto en la sala de la planta baja. El edificio conserva su carácter de casa museo, con una de las plantas musealizada y adaptada a la época en la que el joven Picasso fue vecino de la ciudad, con el fin de «seguir vinculando la ciudad de A Coruña con esa etapa inicial de Picasso como artista», explicó la regidora.

La parte de abajo funciona como centro expositivo, el primer piso estará «muy focalizado en la parte formativa», que se complementará con otro piso, y la parte musealizada. «Los museos tienen que ser centros culturales vivos», comentó Uxío Novo.