● Se estima que hasta el 80% de los casos de diabetes tipo 2 podrían prevenirse con hábitos de vida saludables
● Los nutricionistas de Nootric destacan la importancia de una alimentación equilibrada y adaptada para mejorar el control glucémico y la calidad de vida

Más de 5,1 millones de personas en España viven con diabetes, según la Federación Española de Diabetes (FEDE). Y es que esta patología es una de las enfermedades metabólicas más extendidas del mundo y una de las que tiene mayor impacto en la salud pública.

La mayoría de los nuevos diagnósticos corresponden a diabetes tipo 2, que está estrechamente relacionada con los hábitos alimentarios y el estilo de vida. En este sentido, los expertos coinciden en que la alimentación es una herramienta fundamental tanto en la prevención como el tratamiento de la diabetes.

“El control de la diabetes no depende únicamente del tratamiento farmacológico, sino también de una adecuada educación nutricional”, explica Isabel Martorell, doctora en Biomedicina y responsable del equipo de Nutrición y Salud de Nootric. “Es fundamental comprender cómo afecta cada alimento a la glucemia y aprender a estructurar las comidas de forma equilibrada para mantener estables los niveles de azúcar en sangre y mejorar la calidad de vida del paciente”, añade.

Equilibrio y personalización: la base de una nutrición efectiva en diabetes

Abordar la diabetes desde la nutrición requiere ir más allá de las recomendaciones genéricas: implica comprender cómo responde cada organismo a los alimentos y adaptar las estrategias alimentarias a las necesidades metabólicas, el estilo de vida y el tratamiento médico de cada persona. “Dos personas con el mismo diagnóstico pueden requerir estrategias muy diferentes”, explica Martorell. “Por eso es fundamental personalizar el plan alimentario, ajustar los horarios de las comidas, el tipo de hidratos de carbono y la proporción de proteínas y grasas según el perfil de cada paciente”.

La evidencia científica respalda los patrones nutricionales basados en alimentos de origen vegetal —como la dieta mediterránea o el modelo DASH— por su capacidad para mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir la inflamación y proteger la salud cardiovascular. Los especialistas recomiendan priorizar frutas, verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y proteínas magras (como pescado azul o legumbres), mientras se limitan los azúcares añadidos, las grasas trans y los productos ultra procesados.

Una herramienta sencilla y eficaz es el método del plato, que facilita estructurar visualmente las comidas: la mitad debe contener verduras y hortalizas, un cuarto proteínas de calidad y otro cuarto hidratos de carbono complejos. Este modelo ayuda a estabilizar la glucemia, prolonga la saciedad y favorece un control de peso más sostenible.

Martorell subraya la importancia del acompañamiento profesional en este proceso: “En Nootric tenemos experiencia con pacientes con diabetes y sabemos que el acompañamiento nutricional personalizado es fundamental. No se trata solo de indicar qué comer, sino de ayudar a cada persona a entender su cuerpo, adaptar sus hábitos al tratamiento médico y construir una relación saludable con la comida. La nutrición es una herramienta terapéutica que complementa la medicación y mejora la calidad de vida, pero siempre dentro de un abordaje multidisciplinar”.

Además de la alimentación, factores como el estrés, el descanso o la micro biota intestinal influyen en la regulación metabólica. Por eso, los expertos defienden una visión integral de la salud, en la que la nutrición equilibrada se combine con ejercicio regular, sueño adecuado y una correcta educación alimentaria.

La prevención, la mejor herramienta

Se estima que hasta el 80% de los casos de diabetes tipo 2 podrían prevenirse con un estilo de vida saludable. Mantener un peso adecuado, limitar el consumo de azúcares y ultra procesados, y fomentar la actividad física diaria son pilares fundamentales.

La evidencia científica apunta a una conclusión clara: una alimentación equilibrada y personalizada puede marcar la diferencia en el manejo y la prevención de la diabetes, siempre como parte de un tratamiento integral supervisado por profesionales de la salud. En este contexto, el papel del nutricionista cobra más relevancia que nunca como guía, educador y acompañante en el proceso de bienestar de cada paciente.