Cuando se cumplen dos semanas del robo en el Museo del Louvre y las joyas siguen sin aparecer, el Tribunal de Cuentas francés realizó un demoledor informe sobre sus finanzas, su política de adquisiciones excesiva, la falta de inversión en mantenimiento y en mejoras, su débil seguridad, la mala gestión de multitudes y las renovaciones y proyecto de ampliación en desmedro de la integralidad estructural del edificio del Louvre.

El informe abarca el periodo 2018-2024. El resultado es una nueva pesadilla para el Louvre, que con 73.000 metros cuadrados, tiene las dimensiones de ocho museos en París. Sin duda, entierra los proyectos de ampliación del Louvre, su nueva entrada y la nueva sala para la “Mona Lisa”, que se preveía para el 2031.

Falta de inversión

En primer lugar, y para el período que abarca el informe (2018-2024), los magistrados denuncian una falta de inversión en mantenimiento. El robo ha puesto de manifiesto, de forma brutal, la ausencia de cámaras de seguridad dentro y fuera del palacio.

El Tribunal de Cuentas examinó las escaleras mecánicas, las instalaciones eléctricas y la renovación y el mantenimiento del edificio, que presuntamente han sido descuidados en los últimos años.

Pierre Moscovici, jefe del Tribunal de Cuentas. Foto: APPierre Moscovici, jefe del Tribunal de Cuentas. Foto: AP

Entre 2018 y 2024, el museo destinó tan solo 26,7 millones de euros a su adecuación a la normativa y 59,5 millones a la restauración del palacio como monumento histórico, según indican los magistrados, quienes comparan estas cifras con los 105 millones de euros invertidos en la adquisición de obras de arte y los 63,5 millones destinados a la renovación de espacios museísticos, incluidos los del Departamento de Arte Islámico.

El proyecto de Macron

El Tribunal se focaliza principalmente en el proyecto Nuevo Renacimiento del Louvre, anunciado por el presidente Emmanuel Macron en enero, desde la misma sala que alberga la “Mona Lisa”.

Fue concebido para aliviar la sobrepoblación de personas en la Pirámide y revitalizar un palacio que ha cumplido su ciclo. Lo visitan anualmente 9 millones de personas. El proyecto incluye una entrada adicional en el lateral de la Gran Columnata, así como la excavación de salas de exposiciones. Entre ellas, una de 3.000 metros cuadrados, para exhibir la pintura de Leonardo da Vinci.

La pirámide de Louvre, por donde se ingresa al 
museo. Foto: ReutersLa pirámide de Louvre, por donde se ingresa al
museo. Foto: Reuters

«Este ambicioso proyecto se emprendió sin ningún estudio previo, ya fueran estudios de viabilidad técnica y arquitectónica, evaluaciones de requisitos funcionales, evaluaciones financieras, evaluaciones de impacto en el flujo de visitantes o evaluaciones de costos operativos», afirman los jueces.

Este proyecto presidencial de Emmanuel Macron, «plagado de numerosos riesgos de sobrecostos y gastos excesivos», se revisó al alza hasta los 667 millones de euros en junio de 2025, frente a la estimación inicial de 450 millones de euros.

Debe priorizar su infraestructura técnica

El Tribunal de Cuentas dictaminó: «Ante el estancamiento presupuestario que atraviesa, el museo debe priorizar sus proyectos, centrándose en las inversiones cruciales para su futuro, en particular la modernización de la infraestructura técnica, especialmente los sistemas de seguridad, y la restauración del palacio», poniendo fin, en la práctica, a este importante proyecto destinado a revitalizar la institución.

Sin duda, “el museo dispone de fondos», reconocen los jueces, citando la venta de entradas (124 millones de euros), el patrocinio (20 millones de euros), los derechos de licencia del Louvre Abu Dhabi (207 millones de euros) y las aportaciones al fondo patrimonial (10,3 millones de euros). Sin olvidar las subvenciones públicas.

Una persona posa junto a la ventana por donde entraron los ladrones. Foto: ReutersUna persona posa junto a la ventana por donde entraron los ladrones. Foto: Reuters

Sin embargo, «la combinación de una política de recuperación tras la crisis sanitaria, el lanzamiento de importantes proyectos nuevos para el museo y la reciente remodelación de los espacios existentes genera una carga financiera que la institución no puede financiar en su totalidad”, concluyeron los jueces.

Independientemente de las esperanzas del Louvre de atraer patrocinio internacional para financiar su nueva entrada, los jueces sugieren «priorizar las inversiones para modernizar las instalaciones técnicas del museo y renovar la estructura y el tejado del edificio, reduciendo las adquisiciones y acotando los proyectos de renovación».

La respuesta del museo

En su respuesta, incluida en el informe, el museo subraya que el proyecto Nuevo Renacimiento del Louvre se estructura en dos partes: un plan de renovación del patrimonio y la infraestructura, y la creación de nuevos accesos y espacios dentro del Louvre. En efecto, lo que está en juego es un «plan integral», desarrollado en conjunto con la autoridad supervisora, con fecha límite en 2031.

Por cierto, el Louvre critica la metodología adoptada por el tribunal, que examina los años 2018 a 2024, pero no se «limita a los plazos de su revisión» al analizar críticamente el proyecto Nuevo Renacimiento del Louvre, anunciado por el Presidente de la República.

Abdoulaye, el ladrón de poca monta y un héroe de barrio

En los bloques de viviendas sociales y centros comerciales de Aubervilliers, un suburbio al norte de París, Abdoulaye N. era una leyenda local por sus audaces acrobacias en moto y sus carreras todoterreno.

Dejó de ser un piloto de élite hace 16 años. Su apodo era «Doudou Cross Bitume»..

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Desde adentro el robo al Louvre, filmado con un telefono

Ahora, a sus 39 años, vuelve a estar en el punto de mira como uno de los cuatro sospechosos detenidos por el robo a plena luz del día de joyas de la Corona del Louvre. Abdoulaye N. ha sido acusado de robo organizado, delito que se castiga con hasta 15 años de prisión, y de asociación delictuosa, según informó la fiscalía a los medios franceses.

Está casado y tiene hijos. Es una persona respetada en Aubervilliers, uno de los barrios más pobres de Francia. «Creció aquí y es una leyenda para toda una generación», dijo Ahmad, un residente de 42 años.

Otra faceta de su imagen pública son las «carreras callejeras» o “rodeos”. ¿Su lema? «Siempre más cerca del asfalto». En sus publicaciones se lo ve conduciendo motocicletas de alta cilindrada, incluyendo una Yamaha FJR 1300 de carretera y una Honda CRF de motocross, además de un scooter Tmax. Este modelo de scooter es el mismo que utilizaron los sospechosos para huir tras el robo del Louvre. En TikTok, también publica videos con niños, a quienes deja subirse a su moto de cross.

Cómo ocurrió el robo al Louvre

Su ADN fue hallado en el lugar de los hechos. Esta identidad digital contrasta marcadamente con el perfil buscado en la investigación del robo del Louvre, una operación clandestina y meticulosa.

Abdoulaye N. ya no publica videos de sus acrobacias en motocicleta. Prefiere compartir clips de sus entrenamientos de fisicoculturismo o enseñar a jóvenes del barrio a andar en moto.

Samia, una vecina, lo llamaba cariñosamente «doudou», un término francés que significa peluche o manta suave.

«No puedo creer que haya sido él», declaró Samia. «No es propio de él. Es muy expresivo. Siempre está dispuesto a ayudar a los vecinos que no pueden cargar sus bolsas de la compra».

Sin embargo, Abdoulaye N. tiene antecedentes penales por robo. Fue condenado por robos con agravantes —junto con otro de los sospechosos del Louvre— en 2014 y 2015.

«Sabía que había estado en prisión, pero que haya robado el Louvre… ¡Me deja atónito!», exclamó otro residente, quien prefirió no dar su nombre. “No es un delincuente. No fue un robo a mano armada. Es muy amable. Cuando nos vamos de vacaciones, cuida nuestro piso”, contó.

“Recibimos órdenes del exterior”

Al igual que los demás sospechosos, se cree que Abdoulaye N. es un delincuente menor, un ladrón de poca monta sin aparente conexión con las altas esferas del crimen organizado. Él dice que no sabía que el Louvre era tan grande. Creía que se limitaba a su Pirámide y que para esta acción, “recibimos órdenes del exterior. No sabemos quiénes eran”.

Los medios franceses han especulado que los ladrones del Louvre eran aficionados, lo que podría explicar por qué dejaron caer el objeto más valioso que se llevaron —la Corona de la emperatriz Eugenia— en su huida precipitada. La Corona de la emperatriz francesa Eugenia de Montijo está hecha de diamantes, esmeraldas y oro, con una cruz en la parte superior. También dejaron un casco, herramientas y otros objetos, que podrían contener rastros de su ADN.

Tres de los cuatro hombres sospechosos de perpetrar el robo están detenidos, además de una mujer, pareja de uno de ellos, acusada de complicidad. Las principales sospechas recaen sobre Rusia y sus servicios de inteligencia como autores intelectuales del robo, parte de la guerra híbrida contra Francia y especialmente, contra el presidente Emmanuel Macron.

Laurent Nuñez, ministro del Interior, afirmó: “Hay cuatro autores, al menos uno de los cuales sigue prófugo, además de posiblemente la persona o personas que dieron las órdenes”.

Los sospechosos detenidos están bajo presión para revelar la identidad del presunto autor intelectual y proporcionar a los investigadores información sobre el paradero de las joyas robadas, que aún no han sido encontradas. Los detectives temen que hayan sido desmanteladas o fundidas para su venta y posible posterior extracción del país.