Tras un primer set dubitativo, Carlos Alcaraz fluye en el segundo. Hay confianza y sonrisa y, hacia el final, de repente, tres rayos de revés paralelo que funden a Alex de Miñaur. Zum. Zum. Zum. A cada cual más efectivo, más milimétrico, más letal. … Se habla de su derecha supersónica, pero suma el murciano esta mejoría con el revés con el que se blinda por ambos lados, minimiza aún más las debilidades y las opciones de los rivales.

«Cuando juega su revés al nivel que mostró hoy [por el domingo], juega con mucha confianza. Con ese revés, me rompió el saque un par de veces con golpes ganadores. Y cuando juega así es bastante difícil de aguantar. Tiene muchas armas y puede lograr ganadores desde cualquier parte de la pista», lo explica el propio De Miñaur, la víctima que más cerca ha visto, y sentido, esta destreza que ha pulido el murciano. «Lo que sorprende es la soltura y la facilidad que tiene para hacer las cosas. Los otros tenistas ves el esfuerzo físico que hacen para generar fuerza en la pelota. Él, sin aparentar tanto, tira la bola a la misma velocidad o incluso más», añade Pedro Vives, su sparring el lunes.

No ha salido de la nada. En crecimiento constante, reorganizó el saque, y ahora se afana con el revés, ese golpe que da liderazgo al ataque y oportunidades en la defensa. «Es una cosa en la que hemos hecho mucho hincapié en los entrenamientos. Es un golpe muy importante. Lo intenté en París, pero no me salió. Aun así, cuando insistes en algo, al final acaba saliendo», explicaba.

«Muchos jugadores se sienten muy bien en ese lado, con muy buen ritmo, y se ponen de derecha para coger mejor la iniciativa. Pero si tienen un revés completo, con buena intensidad, que saben cambiar ritmos y direcciones, tienen mucho ganado», señala a ABC Carla Suárez, dueña de uno de los reveses, a una mano, más elegantes del tenis. «Te puede ayudar a acortar los puntos o a tener ganadores desde más lugares de la pista. Con la derecha se genera más fuerza, pero con un buen revés puedes hacer daño en ambas direcciones; te impulsa para atacar mejor, a liderar el punto», prosigue la capitana de la BJK.

Como indicaba De Miñaur, Alcaraz se siente cada vez más cómodo con este nuevo revés cuyo movimiento de ejecución ha modificado: ha bajado el inicio el ‘swing’ para ganar fluidez, seguridad y más efecto. La calidad media de este lanzamiento antes de llegar a Turín era de un 7.9, nota que establece la ATP en función de la efectividad del gesto y que contempla diferentes variables: efecto, velocidad, la coordenada de aterrizaje, el ángulo y la desviación del bote y la fase del juego; y genera una puntuación de 0/10. Contra el australiano, su nota ascendió hasta el 8.8, y con todo lo demás, lo llevó a completar su tercer mejor partido de la temporada, 9.09 en el global, según las estadísticas de Tennis Insights, con datos de la ATP. En números más factibles: once ganadores.

Se siente cada vez más cómodo con este nuevo revés cuyo movimiento de ejecución ha modificado, bajando el inicio del swing, que le aporta fluidez, seguridad y más efecto. Para 2024, la velocidad media era de 105 kilómetros por hora; para 2025, ascendió a 110; en el último US Open registró una media de 119 kilómetros por hora. Pero no es solo la velocidad. Durante el año, acudía a este golpe un 28 % de media; en la final de Tokio contra Taylor Fritz (su rival de este martes en Turín, 14.00 horas, Movistar), fue del 45 %, donde, además, sacó una notaza de 9.42 puntos por la efectividad de ese gesto, como también sobresaliente lució en cuartos contra Brandon Nakashima. A pesar del tropiezo y los errores contra Cameron Norrie en París, 23 y solo seis ganadores, los deberes iban saliendo.

Fritz, su rival este martes, también tiene un gran revés. De hecho, y dicho por él mismo, es su mejor golpe: «Creo que mi revés siempre ha sido uno de mis mejores golpes. Esta semana lo estoy sintiendo muy bien, también creo que parte es por las condiciones de la pista, es rápido y no me preocupa hacer mucho para generar velocidad porque está ya ahí. Lo estoy sintiendo muy bien».

El de El Palmar probó a jugar con revés a una mano, para imitar a su ídolo Roger Federer. Duró un día, consciente de que en el tenis de hoy, la potencia que otorgan las dos manos es una ventaja vital. De Rafa Nadal se decía que tenía dos derechas, de tan fuerte que golpeaba a la pelota en escorzo. Alcaraz ha subido el nivel tanto en cruzado como en, sobre todo, el paralelo. Una destreza más que pule para completar a su derecha, para blindarse por ambos lados.