Un gran análisis liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Fundación adscrita al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), realizada en colaboración con otras instituciones internacionales, ha reunido datos de 17.801 pacientes con infarto agudo de miocardio y función cardiaca normal incluidos en los 5 ensayos clínicos realizados en el mundo, y concluye que los fármacos betabloqueantes no aportan ningún beneficio clínico en este grupo de pacientes, que son la mayoría de los pacientes que superan un infarto hoy en día.
El estudio se ha publicado en la revista The New England Journal of Medicine (NEJM) y se presenta en el Congreso de la Asociación Americana del Corazón (AHA) en Nueva Orleans (EEUU). Los resultados reafirman las conclusiones del ensayo REBOOT, también liderado desde el CNIC-ISCIII; los betabloqueantes, uno de los tratamientos más extendidos tras un infarto agudo de miocardio, no reducen el riesgo de muerte, de nuevos infartos o de insuficiencia cardiaca en aquellos pacientes cuya función contráctil del corazón es normal.
Durante más de 40 años, todos los pacientes que sufrían un infarto eran tratados de por vida con betabloqueantes, independientemente de cómo estuviese la función de su corazón. Esto se debe a que los ensayos clínicos realizados en las últimas décadas del siglo pasado mostraron un beneficio de estos fármacos. Sin embargo, el manejo del infarto desde entonces ha cambiado radicalmente y el pronóstico de los pacientes es mucho mejor que entonces, y son menos propensos a tener arritmias malignas o insuficiencia cardiaca. Este metaanálisis confirma de manera irrefutable lo que ya apuntaba el Reboot los pacientes que tras un infarto que tienen una función cardiaca normal no obtienen ningún beneficio al ser tratados con betabloqueantes.
Borja Ibáñez, investigador principal del estudio, director científico del CNIC y jefe de grupo en el Área de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del ISCIII, explica que este estudio ha analizado los datos individuales de todos los ensayos clínicos contemporáneos -REBOOT en España e Italia, REDUCE-AMI en Suecia, BETAMI en Noruega, DANBLOCK en Dinamarca y CAPITAL-RCT en Japón– realizados en pacientes que habían sufrido un infarto, pero mantenían una función cardiaca normal, lo que indica que su corazón sigue funcionando adecuadamente.
En el análisis, la mitad de los participantes recibió betabloqueantes mientras que la otra mitad no.
Después de un seguimiento de casi 4 años, alrededor del 8% de los pacientes sufrió algún evento cardiovascular importante (como muerte, nuevo infarto o insuficiencia cardíaca). Este porcentaje fue similar en ambos grupos, tanto en los que recibieron betabloqueantes como en los que no los tomaron. Los investigadores también comprobaron que no había beneficios al analizar por separado la mortalidad (tanto total como de origen cardíaco), los nuevos infartos, la insuficiencia cardíaca o las arritmias graves. Los resultados fueron similares en todos los grupos de pacientes, sin importar la edad, el sexo o el tipo de betabloqueante que usaban.
El estudio también analizó variables como la edad, el sexo, el tipo de betabloqueante utilizado y la presencia de arritmias, sin encontrar beneficios ni perjuicios en ningún grupo. En este hallazgo es importante en el caso de las mujeres, ya que el resultado del estudio Reboot sugieren que el uso de betabloqueantes podria ser perjudicial para ellas. Esta investigación, que incluye datos de Reboot y de cuatro ensayos clínicos más, confirma que los betabloqueantes tienen un efecto neutro tanto en hombres como en mujeres.
Los investigadores subrayan que este hallazgo no implica que se haya estado tratando mal a los pacientes, sino que refleja un cambio en el contexto clínico: la mejora en el manejo del infarto en las últimas décadas ha reducido la necesidad de estos fármacos en pacientes con función cardíaca preservada. Además, recuerdan que los betabloqueantes siguen siendo esenciales para otros perfiles clínicos, como pacientes con fracción de eyección reducida (
Este metaanálisis, que incluye los datos individuales de los cinco ensayos clínicos contemporáneos, ofrece una respuesta definitiva a una cuestión que afecta a millones de personas en todo el mundo. Los resultados tendrán un impacto directo en las guías clínicas internacionales y podrían mejorar la calidad de vida de muchos pacientes, al evitar efectos secundarios innecesarios como fatiga, cansancio o disfunción sexual asociados al uso prolongado de betabloqueantes. No obstante, los expertos insisten en que nadie debe suspender el tratamiento sin consultar previamente con su médico, ya que estos fármacos pueden estar indicados por otras razones.