El jurado del concurso internacional convocado por el Gobierno para redefinir el significado del Valle de Cuelgamuros, antes conocido como Valle de los Caídos, ha elegido este martes el proyecto ‘La base y la cruz’ como propuesta ganadora, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática.
Se trata de un plan que plantea «una nueva visión del conjunto monumental», según ha destacado Iñaqui Carnicero, secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura del Ministerio de Vivienda y presidente del jurado.
Con esa intención transformadora, se demolerá la escalinata que actualmente da acceso a la basílica y, en su lugar, se construirá un gran soportal al que se puede entrar de frente o por los lados y en cuyo frente se podrá encontrar una circunferencia abierta al cielo.

Será a través de esta por donde se acceda a la basílica o al centro de interpretación que se construirá desde cero y donde se explicará la historia de Cuelgamuros, desde quién lo construyó hasta cómo y por qué lo hizo.
«Se da más protagonismo a la naturaleza que a la arquitectura y se rompe la axialidad que tanto había caracterizado este monumento para producir una gran sombra, una grieta que facilita el encuentro, que invita al diálogo y a una visión más plural, más democrática», ha explicado.
El proyecto ganador se ha elegido por unanimidad entre los diez finalistas escogidos durante la primera reunión del jurado, en la que se vieron 34 proyectos. La identidad concreta de los ganadores del concurso será desvelada a lo largo del martes, ya que hasta ahora no ha sido posible saberlo al tratarse de un proceso anónimo.
El jurado lo integran miembros del Gobierno, un representante de la Iglesia católica y profesionales de prestigio, como la artista española Cristina Iglesias y el arquitecto británico David Chipperfield, que ha destacado el nivel de todos los finalistas y la complejidad de la decisión que tenían entre manos, al ir «más allá de los simples términos de la arquitectura».

El secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura, Iñaqui Carnicero da a conocer el proyecto ganador del Concurso Internacional de ideas para la resignificación del Valle de Cuelgamuros, este martes.
EFE.
La gran cruz seguirá en el Valle
El cambio más visible que experimentará Cuelgamuros con el proyecto ganador será la eliminación de la escalinata vertical que da acceso a la basílica y la construcción en su lugar de un soportal a los pies del templo, semejante a una gran grieta horizontal que se extenderá de lado a lado por toda la explanada del recinto.
En el exterior del recinto permanecerá la gran cruz de piedra de 150 metros de altura, cuyo derribo nunca fue contemplado por el Gobierno, al considerarlo un elemento fundamental para dejar constancia del origen de este gran monumento franquista, donde hasta 2019 permaneció enterrado el dictador Francisco Franco.
Por su parte, la basílica seguirá destinada al culto y en su interior no habrá grandes cambios, más allá de la instalación de algunos paneles para resignificar el lugar.
Las obras comenzarán en 2027
Las obras para transformar Cuelgamuros comenzarán como pronto en 2027 con un plazo de ejecución previsto de cuatro años y el Gobierno destinará 26 millones de euros, a los que hay que sumar otros cuatro millones que el proyecto ganador del concurso recibirá en concepto de honorarios.
La intención del concurso, como explicó en su día el propio Gobierno, es recuperar este enclave desde un punto de vista arquitectónico y paisajístico, y convertirlo en una herramienta al servicio de la memoria democrática y la conciliación, siguiendo el ejemplo de otro tipo de intervenciones, como el monumento al Holocausto de Berlín.
En la actualidad, sigue habiendo más de 33.000 cuerpos de víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil en el Valle de Cuelgamuros, lo que convierte a este enclave de la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial en la mayor fosa común de España.