Martes, 11 de noviembre 2025, 10:44
Abramos paso de nuevo en la cartelera a Yorgos Lanthimos, uno de los pocos cineastas con sello autoral que se cuela en el terreno del mainstream, léase Hollywood, planteando ideas aparentemente alocadas con un casting llamativo. El director griego -no olvidemos su condición de europeo-, se permite el lujo de afrontar proyectos que se salen de la norma, solo hay que ver el diseño de los carteles con los que anuncia sus obras, siempre rompedores y diferentes, alejados de la grisura y el mimetismo imperante. No es fácil meter este tipo de goles en la industria audiovisual actual pero el máximo artífice de la referencial ‘Canino’ consigue mantener su estatus artístico, su marca personal, en un sector que ahoga cualquier atisbo de originalidad y disidencia mediante estadísticas y supuestos estudios del gusto del gran público que, atendiendo a las cifras de las salas de cine últimamente, fallan más que una escopeta de feria.
Para tirar por tierra cualquier reciente análisis de taquilla, el responsable de la premiada ‘La favorita’ ha decidido firmar un remake, a su manera, de un título ignoto, reservado para paladares cinéfagos extremos. ‘Bugonia’ parte de la cinta coreana ‘Salvar el planeta Tierra’, una rareza firmada por Jang Joon-hwan, del que no hay que perderse ‘1987: Cuando llega el día’. Curioso que este filme, prácticamente desconocido, salvo para los incombustibles moradores de festivales especializados, haya sido elegido por el autor de la perturbadora ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ para realizar su propia versión.
‘Salvar el planeta Tierra’, disponible en Movistar, tiene su aquel y Lanthimos ha sabido verlo y aprovecharlo. La acción transcurre prácticamente en una sola localización, en una casa donde el protagonista oculta a un ejecutivo de una gran empresa secuestrado con extraños fines. La expresiva Emma Stone sustituye en el remake a la víctima, presidenta de una compañía ultracapitalista, mientras Jesse Plemons, que últimamente lo hace todo -y bien-, encaja en el papel de sujeto conspiranoico que cree haber raptado a un extraterrestre del planeta Andrómeda que se oculta entre los seres humanos para estudiar nuestro comportamiento y destruirnos sin remedio. Una premisa tan sencilla como demoledora en manos de un creador de imágenes poco o nada acomodaticio que logra, de la mano de ‘Bugonia’, inquietar al espectador sin la necesidad de explotar grandes medios. Priman las escenas de diálogos crudos, sin aliñar. Las palabras van escarbando en el cerebro de los personajes y la propia audiencia, en constante tensión. Realidad o ficción. Estamos ante un alienígena escondido entre nosotros o todo es fruto de la imaginación de un perturbado que se cree todo lo que lee en Internet. Un temazo de plena actualidad, en la era de la postverdad.
‘Bugonia’, vista y revista en festivales de peso como Sitges, va algún paso más allá respecto a la película original y se apoya en unas interpretaciones excepcionales. La imaginería visual de Lanthimos, el uso del angular y demás recursos estéticos habituales en su labor como director, se despliega con más contención que en anteriores propuestas, dejando que respire un texto encomiable que funciona como férrea columna vertebral de un filme mordaz que exprime el drama visceral y la intriga con humor retorcido, señalando temas de actualidad sin recurrir a lo obvio. El relato te va atrapando, enredándose en espiral en nuestra mente, abierta a sensaciones, quizás perversas. Hay reflexión para quien la quiera encontrar y mucha diversión sin la necesidad de lanzar fuegos artificiales. El final es desconcertante e hipnótico a un mismo tiempo, con una dosis medida de sarcasmo. Una apuesta no apta para negacionistas. O todo lo contrario. Los fans de Stone y Plemons gozarán con sus respectivas interpretaciones, a ratos deliciosamente histriónicas, sin rayar lo grotesco, y descarnadas cuando toca.
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