Entre risas y complicidad, Carlos Alcaraz volvió a dejar una frase para el recuerdo. En pleno torneo de las ATP Finals 2025 de Turín, el murciano se refirió a su rival Jannik Sinner con un comentario tan sincero como humorístico: “Le veo más que a mi madre”. Una broma que refleja no solo la frecuencia con la que ambos se enfrentan, sino también la cercanía y el respeto mutuo que ha nacido de una de las rivalidades más apasionantes del tenis actual.
Y no es para menos. En los últimos meses, Alcaraz y Sinner han coincidido en tres de las cuatro finales de Grand Slam y han compartido pista en múltiples torneos y exhibiciones. La suya es una rivalidad moderna, intensa y limpia, que ha devuelto al tenis esa sensación de cambio generacional que tanto se esperaba tras los años dorados de Federer, Nadal y Djokovic.
Una broma que revela una realidad
En una entrevista conjunta para la ‘CNN’, los dos jóvenes hablaron con naturalidad sobre lo que significa encontrarse una y otra vez en los escenarios más importantes del mundo. Alcaraz, con su sonrisa habitual, rompió el hielo: “Ya lo dije en verano, le veo más que a mi madre. Pero nunca me canso”. Sinner, por su parte, siguió el tono divertido, aunque con la serenidad que lo caracteriza: “Es bueno y malo a la vez. Nos vemos muchísimo, pero también nos entendemos cada vez mejor. Cuando entrenamos juntos o coincidimos en el vestuario, es fantástico. Es algo natural conocernos más cada vez: hablamos sobre la familia, la vida, cosas personales”.

Alcaraz y Sinner tirando del trofeo.
El diálogo deja entrever una relación que trasciende la pista. Son rivales feroces cuando hay puntos en juego, pero compañeros cuando las luces se apagan.
La prensa internacional los ha comparado con las grandes parejas de rivalidad de la historia, pero tanto Alcaraz como Sinner insisten en mantener los pies en la tierra. “Pienso que la palabra rivalidad se queda en la parte profesional. Tenísticamente intentamos encontrar los puntos débiles del otro, pero fuera de la pista somos totalmente diferentes. Cuando nos saludamos en la red, todo lo demás se olvida. Somos simplemente personas”, explicó Carlos.
Ese respeto mutuo ha sido clave para que ambos hayan crecido tanto dentro como fuera de la cancha. Ninguno rehúye la competencia, pero tampoco pierde de vista el aprendizaje que surge de medirse una y otra vez al mismo oponente de élite.
El número uno, en juego
La ATP Finals de Turín llega con un atractivo extra, ya que el número uno del mundo podría decidirse esta semana. Alcaraz parte con una ligera ventaja en puntos, pero Sinner no se lo pondrá fácil. Ambos llegan tras una temporada sobresaliente, con títulos importantes y una regularidad que los ha consolidado como los nuevos dominadores del circuito. “Tengo que conseguir buenos resultados aquí en Turín si quiero terminar como número uno. Los objetivos siguen siendo los mismos: disfrutar, competir y seguir mejorando”, reconoció Alcaraz.

Alcaraz y Sinner chocan las manos en la red del US Open.
Sinner, por su parte, afronta el torneo con ambición, pero también con gratitud: «Ha sido un año muy diferente para mí. Con muchas situaciones nuevas, presión y motivación extra. Sería fantástico cerrar la temporada con este trofeo, pero también hay que valorar todo lo que hemos vivido. Ha sido un gran año, para los dos”.
El español no duda en reconocer que 2025 ha sido su temporada más completa hasta la fecha: “Ha sido mi mejor año sin ninguna duda. En cuanto a nivel, consistencia y madurez. He crecido mucho, especialmente en cómo entiendo el juego, en saber qué necesito en cada momento. Eso me hace sentir preparado para lo que viene”.