Borrachera de obras maestras. Borrachera es uno de los términos elegidos por el director del Museo de Bellas Artes de Valencia para explicar la exposición ‘ … Clásicos y modernos’, que se inaugura este jueves. El arte, en esta muestra, corre a cargo del BBVA bajo el comisionado de Pablo González Tornel. El banco ha retirado de sus sedes piezas de artistas clásicos, como Zuloaga, Goya, Rusiñol y Brueghel el Viejo para que se luzcan en los muros de la pinacoteca valenciana. Salvo los dos sorollas (‘Mesalina en brazos del galdiador’ y ‘Retrato de Antonio García Peris, suegro del artista’), el resto «casi nunca se exhiben».

‘Clásicos y modernos’ está compuesta por 84 obras de 71 artistas, aunque los fondos del BBVA ascienden a 9.000. La «relación amorosa», como lo ha definido Pablo González Tornel, entre el Bellas Artes y el BBVA arrancó hace años y vuelve a fructificar ahora en una majestuosa exposición que repasa el arte europeo del siglo XVI al XX.

Bodegones, retratos y paisajes nutren una colección única y atesorada durante años por las diferentes entidades bancarias que componen el BBVA. «España es una amalgama de miradas distintas de acercarse a la realidad», ha detallado el director del Bellas Artes. Y el arte es el mejor reflejo.

Algunas «joyas» de ‘Clásicos y modernos’ son ‘Carlos III, cazador’ y ‘Don Pantaleón Pérez de Nenín’, de Goya; ‘San José con el niño’, de Murillo; ‘Cristo y la mujer adúltera’, de Van Dyck; ‘Retrato de dama’, de van Merevelt; ‘Jardines de Monforte IV’, de Rusiñol, ‘Retrato de Antonio García Peris, suegro del artista’, de Sorolla, entre otros.

¿Cómo se eligen 84 obras de una colección de 9.000? González Tornel ha explicado que en cada una de las piezas confluye un marco conceptual marcado por ideas: la monarquía (se crearon o representan este sistema político), la religión y el buen arte (son piezas bellas).

La exposición, dividida en cuatro secciones y compuesta por 84 pinturas, presenta obras creadas en un amplio marco cronológico que, a pesar de la distancia temporal que las separa, comparten un mismo código: el realismo figurativo que se definió en Flandes e Italia a principios del siglo XVI.

Sus tablas y lienzos, poblados de reyes, dioses, campesinas, paisajes y burgueses, narran la construcción de Europa con mayor claridad que cualquier libro de historia.

Las Edades Moderna y Contemporánea pueden contarse en gran medida a través de los fondos de la Colección BBVA, configurada a lo largo del tiempo gracias a la notable labor de mecenazgo del banco y que es, hoy en día, uno de los conjuntos artísticos privados más importantes de España.

La muestra se articula en cuatro secciones, que invitan a un recorrido temático y cronológico. La primera sección, ‘El tiempo de los reyes y los dioses’, reúne retratos y escenas religiosas que muestran cómo monarcas, dinastías y la Iglesia han utilizado la imagen como símbolo de prestigio, legitimación y devoción, haciendo del arte un instrumento esencial al servicio del poder y la religión.

Desde los duques borgoñones a los Austrias y Borbones españoles, los retratos de Pantoja de la Cruz, Carreño de Miranda, Goya y las obras religiosas de Murillo, Van Dyck o Josefa de Óbidos ejemplifican el poder de la pintura como lenguaje visual de autoridad y fe.

La segunda de las secciones, ‘El retrato: el ser humano en el centro del mundo’, está dedicada a la mayor reivindicación del ser humano por ocupar su lugar en el centro del universo, ser conocido, reconocido y recordado, esto es, el retrato.

La consolidación de este género en el Occidente europeo coincidió con el nacimiento del humanismo y la pujanza económica de dos regiones del continente, Italia y Borgoña, y durante la Edad Moderna, más allá de los príncipes, los individuos objeto del retrato fueron cada vez más numerosos, como lo demuestran los retratos de burgueses flamencos efigiados por Mierevelt o los realizados por Goya o el valenciano Agustín Esteve.

‘El triunfo de los géneros: paisajes, bodegones y costumbres’ es la tercera sección, en la que se reúnen vistas, naturalezas muertas y escenas costumbristas que surgieron sin un encargo concreto, destinados al mercado del arte y a la nueva clientela burguesa.

Obras de Jan Brueghel, Jan Wildens, Melchior de Hondecoeter, Tomás Yepes o Paul de Vos revelan el virtuosismo de los maestros flamencos, holandeses y españoles en la representación de la naturaleza y la vida diaria, con un realismo que cautivó a coleccionistas de toda Europa.

La cuarta y última sección, ‘Los caminos de la modernidad’, aborda el tránsito del academicismo al realismo y la llegada de la modernidad, en un periodo marcado por las transformaciones políticas y sociales de los siglos XIX y XX.

Las obras de Sorolla, Zuloaga, Regoyos, Rusiñol o Arteta testimonian la pluralidad de estilos que convivieron en la España contemporánea: desde el modernismo catalán y el realismo luminoso valenciano hasta la mirada crítica y comprometida de los artistas vinculados a la crisis del 98. El arte, una vez más, se convierte en espejo y crónica de un tiempo en cambio.

A la presentación de la muestra, que podrá visitarse hasta el 15 de febrero de 2026, han acudido la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, y el director de la Territorial Este de BBVA, José Manuel Mieres.