Danihace es de esos artistas que uno reconoce antes incluso de leer su firma. Sus colores, sus personajes y esa manera tan suya de ilustrar la esencia canaria lo han convertido en un referente para quienes buscan arte con identidad. Nacido en Gran Canaria, acaba de vivir uno de los momentos más especiales de su carrera: colaborar con HiperDino en su 40 aniversario ilustrando bolsas, tazas, toallas y otros artículos que miles de canarios llevaron a casa. No es su única gran alianza; marcas como Hyundai también han confiado en su mirada fresca y honesta, capaz de unir tradición y modernidad en un solo trazo.

Pero donde Danihace realmente se siente en casa es en los markets del Archipiélago. Allí, entre conversaciones espontáneas y sonrisas cómplices, recibe el cariño de una gente que se reconoce en su obra y valora su apuesta por la cultura local. Sus ilustraciones, que a veces viajan entre Canarias y Japón gracias a su pasión por el país asiático, conectan con todo tipo de públicos por su ternura, humor y autenticidad. En esta entrevista, nos abre las puertas de su universo creativo para entender qué hay detrás de un trabajo que ya forma parte del paisaje emocional de las Islas.

¿Cuándo y cómo nace la marca ‘Danihace’?

“La marca Danihace nace en un momento de mi vida en el que estaba saturado de realizar trabajos mecánicos para otras personas como diseñador. Sentía la necesidad de volver a conectarme conmigo mismo y con aquello que siempre me ha hecho feliz dentro del ámbito creativo. Por eso, junto a unas amigas, empezamos a hacer retos semanales de dibujo: elegíamos un concepto y lo ilustrábamos con el único propósito de disfrutar.

Un día, una amiga artista me propuso apuntarnos en un market de Las Palmas. Al tener algunas obras ilustradas decidimos mostrar lo que habíamos creado solo para nosotros y, ese día, nació Danihace“.

¿Recuerdas el momento o la obra que te hizo decir “quiero dedicarme a esto”?

“El primer día que me lancé al mundo como ilustrador fue en mi primer market, ese día fue un antes y después, fue muy emocionante. Me di cuenta de algo que me ha marcado profundamente como artista: cuando haces algo que te apasiona y te hace feliz, la gente conecta contigo. Ver cómo las personas veían mis sueños ilustrados y conectaban con ellos emocionandose, creando ellos mismo las historias. Interpretando las ilustraciones desde su mirada y sus vivencias. Esa conexión con las personas que se paraban frente al puesto y empezaban a contarme que es lo que les transmitía, fue lo que me hizo entender que quería dedicarme a esto. Lo que me hacía feliz a mí también hacía felices a los demás“.

¿En qué te inspiras para crear tus obras?

“Con el tiempo mi inspiración ha cambiado mucho, pero siempre he tenido un lema: solo pinto cosas que me gustan. Actualmente me inspiro mucho en mi día a día, en mis vivencias y en culturas que admiro, como la cultura asiática o la canaria. Cuando viajo observo mucho y me gusta empaparme de lo que veo. En bachillerato, una profesora de filosofía a la que recuerdo con mucho cariño, Sarichi, nos habló de la diferencia entre turista y viajero. El turista visita los lugares, pero no profundiza; el viajero se pierde entre las calles, su cultura y su gente.

“Yo procuro ser viajero dondequiera que esté, incluso en casa”

Mis láminas canarias nacen de esa manera de vivir: de querer dar a conocer las historias de nuestra gente, historias que damos por sentado pero que forman parte de una cultura rica y única”.

¿Qué significa para ti la cultura japonesa?

“Es una buena pregunta. Aunque todo empezó con el manga cuando era niño, lo cierto es que desde pequeño he sido un apasionado de la cultura asiática en general: su cocina, su arte, su literatura, su música y su filosofía de vida.

Estudié japonés durante dos años con la idea de vivir allí durante mi etapa universitaria, pero finalmente, me quedé en Madrid para centrarme en mis estudios de diseño. Aun así, seguí ligado a la cultura asiática estudiando cocina coreana y explorando diferentes disciplinas relacionadas con Japón.

Me especialicé en encuadernación japonesa, en sumi-e —pintura tradicional japonesa— y he trabajado técnicas como cerámica, bordado japonés o kirie, el arte de cortar papel creando composiciones mediante espacios positivos y negativos.

Es una cultura que me apasiona profundamente. Uno de mis sueños es viajar por Japón durante tres meses y crear un proyecto artístico de ese recorrido“.

¿Qué podríamos aprender en tus formaciones?

“En mis talleres pueden aprender muchas cosas: encuadernación, bordado, pintura y otras disciplinas creativas.

Pero lo más importante para mí es que las personas conecten con sus manos y consigo mismas. El arte es una forma de meditación y de estar en el presente. Quiero que mis alumnos disfruten y se lleven la experiencia de haber creado algo por sí mismos, algo que a veces olvidamos que podemos hacer”.

¿Trabajas de manera digital, analógica o una combinación de ambas? ¿Qué materiales usas?

“Pinto desde que tengo memoria; mis padres siempre fomentaron en mí la creatividad. Con 32 años recién cumplidos, he experimentado con muchísimas técnicas tradicionales: acuarela, lápiz, rotuladores, acrílicos, etc. Mi formación como diseñador, además, me abrió las puertas al mundo digital.

Actualmente, aunque siempre empiezo mis dibujos en papel los termino en el iPad, ya que me permite trabajar de manera más cómoda y adaptar mejor mis ilustraciones a productos de papelería y láminas.

Una de las cosas que más intento transmitir es que tanto el arte tradicional como el digital son igual de válidos. Ambos requieren las manos y la mirada del artista. La pintura no depende del material, sino de la creatividad y de la capacidad de crear un lenguaje propio”.

¿Cuál dirías que ha sido tu proyecto más importante y cuál te ha hecho más ilusión?

“Para mí todos los proyectos son especiales. Solo acepto trabajos con los que conecto como artista y como persona. Pero uno de los que más ilusión me ha hecho ha sido colaborar con HiperDino. Me dio la oportunidad de acercar mi visión a miles de personas en todas las islas. Ha sido un proyecto que he hecho con mucho cariño y respeto, porque quería poner en valor a las personas que hacen que Canarias sea lo que es. Historias que a veces olvidamos, pero que nos llenan de orgullo cuando las vemos representadas”.

¿Qué tipo de comentarios has recibido tras la colaboración con HiperDino?

“La verdad es que me emociono solo de pensarlo. Todos han sido comentarios preciosos. La gente ha conectado muchísimo con el diseño, que era lo que más deseaba. Muchas personas de todas las edades me han parado por la calle para felicitarme. Se sienten orgullosos de tener los productos en sus hogares, y eso es un regalo enorme”.

Con esta colección has querido rendir homenaje “a lo que nos une como canarios”. ¿Cómo definirías eso que nos une?

“Cuando ilustras tienes que ser empático para que tu trabajo conecte con las personas. Como canario, me centré en las historias de nuestra gente: todos hemos tenido un familiar ligado al mar o a la tierra. Canarias es un lugar profundamente conectado con la naturaleza.

Creo que lo que nos une es el orgullo de ser una cultura que transforma los frutos que nos ofrecen nuestras islas, y la forma en que nuestras tradiciones y formas de vida se transmiten de generación en generación”.

¿Qué tan fácil o difícil es vivir del arte en Canarias?

“No creo que sea difícil vivir del arte en Canarias. En realidad, vivir de cualquier profesión requiere pasión y constancia. Es fundamental saber hacia dónde quieres ir y encontrar la manera de lograrlo. Mucha gente me pregunta: “¿Cómo puedo vivir del arte?” Y siempre respondo lo mismo: pregúntate primero hacia dónde quieres dirigirte. No es lo mismo dedicarse al gran formato, al arte abstracto, al retrato o a la caricatura; cada camino es distinto, pero la constancia y la pasión siempre son clave.

Hay un término japonés que me encanta: ikigai. Es la razón profunda por la que vivimos: aquello que surge de unir lo que amamos, lo que se nos da bien, lo que el mundo necesita y por lo que podemos ser recompensados. Encontrar mi ikigai cambió mi vida. En mi canal de YouTube tengo una conferencia donde explico cómo lo encontré”.

Has colaborado con marcas como Hyundai. ¿Cómo conseguiste unir el arte con la industria automovilística y qué mensaje querías transmitir?

“Fue un reto muy interesante, porque nunca había trabajado con un sector así. Me gusta sumergirme en la cultura y la historia detrás de cada proyecto. En el caso del Inster, un coche urbano que une tradición y modernidad, decidí ilustrar un Seúl moderno lleno de neones, unido al símbolo tradicional del tigre, que representa protección, fuerza espiritual y sabiduría ancestral. Para mí era la metáfora perfecta de esa unión”.

Participas en markets y ferias en Canarias. ¿Qué te aporta el contacto directo con el público?

“Participar en markets es esencial para mí. Me permite llevar mi trabajo al mundo y recordar la razón por la que ilustro: conectar con las personas y con sus historias. También me ayuda a divulgar y transmitir tradiciones, valores y sueños. Siempre digo que con mis ilustraciones intento despertar ese niño interior que muchas veces se adormece cuando crecemos”.

¿Ha mejorado la valoración del público canario hacia el arte local? ¿Las redes sociales han influido?

“Estoy completamente seguro. Una de las cosas que he aprendido como ilustrador es la importancia de conectar con las personas. La gente ya no compra solo “un cuadro bonito”; compra arte con el que conecta, obras que despiertan algo en su interior. También conectan con los artistas: conocer las historias detrás de cada pieza es esencial. Las redes sociales nos permiten mostrar esas historias y llegar a muchas más personas.

“Los canarios están cada vez más concienciados sobre la importancia de apoyar lo local”

Sentirse orgullosos del talento de aquí es algo que crece cada día. Cuando compras local, ayudas a que artesanos puedan vivir de lo que aman”.

¿Tienes algún proyecto nuevo entre manos que puedas adelantarnos?

“Estas navidades estaré centrado en los markets, a partir del 20 de noviembre me podrán encontrar en la planta baja del Centro Comercial Las Arenas y a partir del 5 de diciembre en el Mercadillo de Navidad de Santa Catalina.

El próximo año viene cargado de proyectos muy emocionantes y significativos para mí. Estoy en un momento creativo muy bonito, en el que siento la necesidad de explorar nuevas técnicas y formas de expresión. Por eso, uno de mis objetivos es dedicar una temporada a reconectar conmigo mismo, tomarme el tiempo para crear sin prisas y volver a experimentar con materiales que siempre me han inspirado, como la cerámica y el papel.

Además, estoy trabajando en lo que será uno de mis proyectos más personales: mi primer álbum ilustrado. Es una obra muy especial porque está basada en las historias que me contaba mi abuela sobre su padre, que era marinero. Siempre he sentido una conexión profunda con esos relatos”.