Una martes más, el Gobierno llegó al pleno del Congreso con negros nubarrones cerniéndose sobre su cabeza… y de nuevo dos días después, este jueves, logró salvar los muebles con la imprescindible ayuda de Junts, que con su abstención evitó que prosperase una enmienda del PP que hubiera allanado la prórroga de la vida útil de tres centrales nucleares. Por tercera semana consecutiva, la ruptura con la Moncloa anunciada a bombo y platillo por el expresident Carles Puigdemont no se ha traducido en un varapalo parlamentario al Ejecutivo, aunque fuentes de Junts insisten en que su relación con el presidente Pedro Sánchez no se ha reconducido y en que el voto de este jueves no responde a un entendimiento.

La decisión de Junts de abstenerse en la votación fue un secreto muy bien guardado hasta el mismo momento de apretar el botón, y fue especialmente sorprendente habida cuenta del durísimo discurso que pronunció apenas 24 horas antes, el miércoles, la portavoz independentista Míriam Nogueras durante la comparecencia en el Congreso de Pedro Sánchez. Allí, Nogueras calificó de «cínico» e «hipócrita» al presidente e insistió en que la «relación» de Junts con el Gobierno «se ha acabado». Y, asimismo, le espetó que «se ha quedado usted sin una mayoría que necesita para gobernar, y ha dejado la legislatura bloqueada».

Ese supuesto bloqueo, no obstante, no fue tal este jueves, puesto que Junts salvó de nuevo una posición política del Ejecutivo, en este caso su calendario de cierre de las plantas nucleares. Sin embargo, Nogueras avisó pocos minutos después de la votación que, «si alguno piensa que porque una enmienda del PP no ha prosperado ha conseguido una victoria, pues más grande será la derrota». Y fuentes de la formación intentan proyectar una posición de fuerza redoblando las mismas amenazas, pero con un lenguaje incluso más franco: «Si tienen que celebrar que ha caído una enmienda de 400 que se han votado, cuando se metan la hostia va a ser mucho más dura».

Estas mismas fuentes de Junts tratan de circunscribir a razones técnicas la decisión de votar este jueves en contra del texto que hubiera torpedeado la estrategia energética del Gobierno. «No hemos votado a favor porque la enmienda no estaba bien hecha», y si se ha elegido la abstención y no el voto en contra es «porque el problema existe», razona un dirigente independentista. En esa misma línea, Nogueras recordó en declaraciones a los medios de comunicación que «el 60% de la electricidad en Cataluña proviene de las nucleares» y aseguró que, «si hoy se cerrasen las nucleares, cuando alguien pulsara el interruptor en su casa no tendría luz o la tendría que pagar diez veces más cara». 

«Aquí hay un problema y el Gobierno español y el del president Salvador Illa le están dando la espalda», espetó asimismo Nogueras, que afirmó que «la enmienda que se votó hoy no lo solucionaba, pero el problema existe». Las fuentes de Junts consultadas explican, por su parte, que Endesa (la propietaria) no ha pedido la prórroga de la vida útil de la central nuclear de Ascó y, «por tanto hay aun margen para solucionar este problema». La formación independentista no rechaza de plano que la capacidad de generación eléctrica que se perdería con el cierre de la planta pueda reemplazarse a través de la instalación masiva de renovables, pero critica que, a su juicio, ni el Gobierno ni la Generalitat estén dando pasos para ello.

«No habrá un cheque en blanco al PP»

En cualquier caso, Junts asegura en que la decisión adoptada este jueves no supone un acercamiento al PSOE, pero también insiste en que su decisión de romper con el Gobierno, que sigue vigente, no supone «que se le vaya a dar un cheque en blanco al PP», en palabras de un dirigente del partido independentista. El problema de discurso para Junts, no obstante, empieza a ser serio, puesto que la formación no ha derribado ninguna medida sensible para el Ejecutivo desde que anunciara la ruptura de las relaciones el pasado 27 de octubre.

También es cierto, sin embargo, que el asunto de las nucleares es especialmente incómodo para la formación independentista. De hecho, Junts trató de justificar este jueves su abstención presumiendo de «coherencia» y desviando el tiro hacia ERC, a quien acusó de haber cambiado de posición con respecto a hace unos meses. Y es que el pasado mes de febrero ambas formaciones, Junts y ERC, se abstuvieron y permitieron que saliera adelante una proposición no de ley —una moción sin efectos legales— del PP para instar al Gobierno a, precisamente, alargar la vida de las nucleares.