13/11/2025 – 21:52 Actualizado: 13/11/2025 – 22:20
La jornada empezó cargada de alegría, sin necesidad siquiera de disputar el encuentro ante Lorenzo Musetti para que Carlos Alcaraz se sintiese semifinalista de la Copa de Maestros. A Carlitos, sin duda, la fortuna le tiene siempre guardado un espacio en su alacena. En la tarde, mostró el mismo entusiasmo por ganar que por convencer. Así protagonizó una exhibición frente a su rival italiano para asegurarse el número uno hasta final de año y la plaza en semifinales como primero de grupo (6-4 y 6-1).
El objetivo no era banal. Carlitos, ganador de dos Grand Slam este año, tiene entre ceja y ceja reeditar la conclusión del 2022. Aquel año llevó su primer major a las vitrinas de El Palmar y terminó como número uno, igual que en este 2025 de ensueño en el que ha sumado su segundo Roland Garros y el segundo US Open.
La Copa de Maestros, sin embargo, todavía no ha encontrado hueco en el palmarés de Carlitos. Su voraz ambición es el combustible que lo mueve en la búsqueda de un título en el que sorteará en semifinales a Jannik Sinner. Un nuevo duelo con el italiano puede darse en la final, donde estará más que nunca en tierra hostil por su condición de anfitrión.
Jugar en casa no sirvió de nada a Musetti. Los precedentes invitaban poco al optimismo al italiano, que hasta ahora solo ha vencido en una ocasión a Carlitos, en la final de Hamburgo en 2022. El recuerdo más reciente eran las semifinales de Roland Garros, donde Lorenzo dijo adiós en el cuarto set por lesión.
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La cara de Musetti
Las dificultades para Musetti, no obstante, tardaron en surgir. Ambos mantuvieron su servicio en un inicio en el que la comodidad se mostró como denominador común. Los dos juegos en blanco del italiano previos al último del primer set no hacían presagiar que Carlitos, en el momento decisivo, sería capaz de convertirse en asequible aquello con aroma a utopía.
Las bolas de set se sucedieron con un Musetti que actuó como un funambulista. La cara de alivio, sin embargo, no se repitió en lo que quedó de encuentro. En la segunda opción, Carlitos no falló y se adelantó en el encuentro. Es evidente que existen dificultades para vencerlo, más aún cuando se observa su seguridad en los momentos extremos.
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La rabia de Alcaraz
El segundo set mostró la mejor versión de un Carlitos frente a un desdibujado Musetti. Salvó el break en su primer servicio, pero Alcaraz logró la rotura en los restantes. El rostro de resignación del italiano era el mensaje que quería ver el murciano: había que aprovechar la coyuntura para marcharse cuanto antes a casa.
Los gritos de rabia, a la vez que de felicidad, fueron el colofón a un encuentro que lo deja lanzado hacia el título. Se marchó como siempre, con esa sonrisa imborrable. La que sigue acompañando año tras año a los españoles, aún pegados a la televisión para ver tenis desde hace dos décadas. Siempre con un jugador nacional sentado en la mesa de los mejores del momento.
La jornada empezó cargada de alegría, sin necesidad siquiera de disputar el encuentro ante Lorenzo Musetti para que Carlos Alcaraz se sintiese semifinalista de la Copa de Maestros. A Carlitos, sin duda, la fortuna le tiene siempre guardado un espacio en su alacena. En la tarde, mostró el mismo entusiasmo por ganar que por convencer. Así protagonizó una exhibición frente a su rival italiano para asegurarse el número uno hasta final de año y la plaza en semifinales como primero de grupo (6-4 y 6-1).