La Fundación Vila Casas inicia una nueva etapa con la presentación de ‘Una colección permanentemente cambiante‘ y la inauguración del primer espacio dedicado a su fundador, Antoni Vila Casas. Dos propuestas que dialogan entre sí y que resumen su esencia: hacer del arte un instrumento de conocimiento, de diálogo y de servicio a las personas.
«Este año la Fundación celebra 25 años desde la creación del proyecto artístico ‘Art 2000’, coincidiendo con la inauguración de una perspectiva renovada de la colección de pintura y de un espacio que nos acerca a la vida de su fundador. Queremos que nuestras colecciones permanentes sean el eje vertebrador de nuestra tarea y una fuente de aprendizaje constante», explica Cristina Ribes, directora general de la Fundació Vila Casas.

Exposición ‘Una colección permanentemente cambiante’ en el Museu Can Framis / Fundación Vila Casas
Una colección que se escucha a sí misma
La nueva colección en el Museu Can Framis reúne 224 obras de más de 130 artistas catalanes, desde los años treinta hasta hoy. En las salas conviven nombres históricos como Salvador Dalí, Àngel Ferrant o Joan Vilacasas, con creadores contemporáneos como Mari Chordà, Magda Bolumar, Nazario, Laia Abril o Susana Ynglada, entre muchos otros.
Bernat Puigdollers, director artístico de la Fundació Vila Casas, asegura que la voluntad de la exposición es «escuchar la colección» e «identificar los grandes temas que han marcado el arte catalán del último siglo, que a su vez son reflejo de las inquietudes humanas universales». En ella se pueden encontrar piezas históricas y de creación contemporánea, como la más antigua, una obra de Josep Cusachs, y la más reciente, ‘El coleccionista absent’ (2021) de Rafael G. Bianchi, obra que da título y sentido al proyecto.

Exposición ‘Una colección permanentemente cambiante’ en el Museu Can Framis / Fundació Vila Casas
Tres naves, tres miradas sobre la condición humana
La exposición se organiza en tres grandes naves, convertidas en tres ejes temáticos: ‘La materia como vehículo’, ‘La realidad transgredida’ y ‘El gesto de existir’. Todos ellas, cuentan con una alta representación de mujeres artistas, además de nuevas disciplinas en el museo poco habituales como la escultura y la fotografía.
La primera, ‘La materia como vehículo’, destaca el papel de la materia como contenedora de la vida y del pensamiento. En un mundo que a menudo nos abruma, la materia se convierte en lenguaje: desde el gesto material hasta la textura que habla por sí sola. Se pueden encontrar obras de Tàpies, Guinovart, Subirachs o Madola, que invitan a mirar con los dedos y a sentir el tacto de la pintura como una forma de conocimiento.
La segunda nave, ‘La realidad transgredida’, con obras de Madola, Joan Vilacasas y Salvador Dalí, explora la relación con el entorno: el paisaje, la ciudad, los objetos que nos rodean y nos definen, un conjunto de propuestas que cuestionan lo real y su percepción como una nueva forma de interpretar el mundo.
Finalmente, ‘El gesto de existir’ concluye el recorrido posicionando al humano en el centro. En ella, se tratan temas relacionados con la vida y la muerte, el amor y la violencia o la identidad y su pérdida. Es un espacio donde conviven obras que hablan de sexualidad, de género, de política o de fragilidad, con artistas como Mari Chordà, Nazario o Laia Abril, que aportan una mirada radicalmente contemporánea sobre el cuerpo y sus límites.

Exposición ‘Una colección permanentemente cambiante’ en el Museu Can Framis / Fundació Vila Casas
Un museo en constante transformación
La nueva exposición ‘Una colección permanentemente cambiante’ se incorpora al museo con el objetivo de renovarse periódicamente y de convertirse en el eje vertebrador de la colección. Además, se pretenden adquirir nuevas piezas que sigan alimentando el fondo del museo.
Durante el recorrido se puede disfrutar también de un espacio destinado al arte como vía de salud, en línea con lo que promueve la Fundació Vila Casas: entender los museos como espacios de calma e introspección, con el arte como una herramienta de ayuda para la salud mental de las personas. «Queríamos crear un pequeño oasis dentro del museo, un lugar para respirar, para meditar, para sentir el arte como una experiencia que mejora la calidad de nuestras vidas», asegura Puigdollers.

Exposición ‘Una colección permanentemente cambiante’ en el Museu Can Framis / Fundació Vila Casas
Espacio dedicado a su fundador
En paralelo, el Museu Can Framis inaugura el primer espacio dedicado a Antoni Vila Casas (Barcelona, 1930–2023), un recorrido íntimo por la trayectoria vital y profesional de un empresario que transformó su éxito en un compromiso con la cultura catalana.
El recorrido se articula a partir de obras y documentos procedentes de su colección personal, muchos de ellos cedidos por su viuda, Montserrat Pascual Samaranch. Destacan piezas que simbolizan sus grandes pasiones: Joan Miró, como expresión de catalanidad y libertad creativa; Francesc Todó, vinculado a su actividad farmacéutica; y Ramon Massats, como reflejo de una afición taurina que, en él, tomaba forma de estética vital. Sin embargo, la obra más destacadas es su favorita, ‘Río Manol’, de José Maria Guerrero Medina, «la armonía entre emoción equilibrio», según palabras de él mismo.
Su pensamiento sigue inspirando la misión de la Fundación, resumida en una frase que hoy todavía les guía, «creo que si la sociedad se ha portado bien contigo, tú tienes que portarte bien con la sociedad».
Con esta doble inauguración, la Fundació Vila Casas reafirma su compromiso con el legado de su fundador y con una visión del arte como espacio de encuentro y de futuro. Es su voz hecha relato, un puente entre generaciones que nos ayuda a leer y entender mejor nuestra pintura y, con ella, nuestro tiempo.

Retrato de joventud de Antoni Vila Casas / Fundació Vila Casas