La historia de los objetos interestelares que atraviesan nuestro sistema solar es breve pero fascinante. Desde el paso de ‘Oumuamua en 2017, cada nuevo visitante ha generado preguntas que obligan a revisar los fundamentos de la astronomía moderna. El último en sumarse a esa lista es 3I/ATLAS, cuya reciente imagen —tomada el 11 de noviembre de 2025 por el Telescopio Óptico Nórdico— está reavivando un debate que parecía encaminarse hacia la calma.

La fotografía, compartida por astrónomos y aficionados en foros especializados, muestra un contorno que, a primera vista, no encaja con lo que se espera de un cometa tradicional. En la ampliación, sin alteraciones más allá del recorte, la estructura parece demasiado regular, casi geométrica en algunos bordes, y sin la típica dispersión de material que caracteriza a los cometas cuando se aproximan al Sol. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si realmente estamos ante un objeto natural o si su comportamiento esconde fenómenos aún no explicados.

Un visitante que no deja de sorprender

3I/ATLAS lleva semanas llamando la atención por un fenómeno ya documentado: su pulso luminoso rítmico, un patrón de alternancia entre tonos verdes y rojizos que se repite cada 16 horas y que ha desconcertado incluso a los expertos más prudentes. Aunque la explicación oficial sigue apuntando a la combinación de composición química y rotación, la periodicidad tan fina y el cambio cromático tan definido no terminan de encajar del todo en los modelos convencionales.

La nueva imagen no hace más que añadir complejidad al caso. Si bien los astrónomos advierten que la apariencia “anómala” podría ser el resultado de efectos ópticos, ángulos de observación o variaciones en la actividad superficial del objeto, otros investigadores sostienen que los datos acumulados comienzan a apuntar hacia algo que no encaja en las categorías habituales.

Entre la ciencia y la cautela

La comunidad científica ha reaccionado con una mezcla de entusiasmo y prudencia. Las comparaciones con ‘Oumuamua son inevitables: aquel primer objeto interestelar también presentó una forma inusual, aceleración no explicada y un comportamiento que obligó a descartar modelos tradicionales. Sin embargo, gran parte del debate en ese caso terminó descartando hipótesis más especulativas en favor de explicaciones naturales, aunque poco comunes.

Con 3I/ATLAS la historia podría repetirse… o no. El hecho de que la fotografía del Telescopio Óptico Nórdico muestre una silueta tan claramente definida ha dado alas a interpretaciones más atrevidas, pero la mayoría de los expertos insisten en mantener la cautela. “Lo que parece artificial a veces no lo es; el universo tiene formas extrañas de confundirnos”, señalan varios astrofísicos consultados.

¿Qué podría explicar su forma?

Entre las hipótesis que circulan actualmente destacan:

Fragmentación reciente: una ruptura parcial podría crear bordes más nítidos.

Actividad criovolcánica: chorros direccionales podrían alterar temporalmente la morfología visible.

Interacción extrema con la radiación solar: la sublimación irregular podría estar generando patrones inusuales.

Efectos de iluminación y perspectiva: la combinación de exposición larga y ángulos específicos puede crear ilusiones visuales.

Ninguna de estas explicaciones está confirmada, pero todas son plausibles sin recurrir a escenarios exóticos.

reddit 2025-11-13 at 21.59.23
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Un fenómeno que seguirá bajo vigilancia

Lo cierto es que 3I/ATLAS está ofreciendo una oportunidad única para estudiar en tiempo real cómo se comporta un objeto procedente de otro sistema estelar. A medida que se acerque más a nuestra región interna, los telescopios terrestres y espaciales recopilarán datos que permitirán descartar teorías y afinar modelos.

Por ahora, la imagen del 11 de noviembre constituye una pieza más de un rompecabezas que aún no sabemos cómo encaja. Quizá dentro de unas semanas logremos entender por qué este visitante interestelar parece tan distinto a todo lo conocido. O quizá, como ya ocurrió antes, descubramos que el universo sigue guardando sorpresas para quienes se atreven a mirar más allá.

This is a Hubble Space Telescope image of the interstellar comet 3I/ATLAS. Hubble photographed the comet on July 21, 2025, when the comet was 277 million miles from Earth. Hubble shows that the comet has a teardrop-shaped cocoon of dust coming off its solid, icy nucleus. Because Hubble was tracking the comet moving along a hyperbolic trajectory, the stationary background stars are streaked in the exposure.
This is a Hubble Space Telescope image of the interstellar comet 3I/ATLAS. Hubble photographed the comet on July 21, 2025, when the comet was 277 million miles from Earth. Hubble shows that the comet has a teardrop-shaped cocoon of dust coming off its solid, icy nucleus. Because Hubble was tracking the comet moving along a hyperbolic trajectory, the stationary background stars are streaked in the exposure.