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La película ‘Amadeus’ (1984), dirigida por Miloš Forman y basada en la obra teatral de Peter Shaffer, es una de las representaciones cinematográficas más aclamadas sobre la figura del compositor Wolfgang Amadeus Mozart. Con una puesta en escena espectacular y una narrativa apasionante, el filme ofrece un acercamiento profundamente dramatizado del genio musical austriaco y su supuesta rivalidad con Antonio Salieri. No obstante, más allá de su valor artístico, que estuvo debidamente reconocido tras ganar el Oscar en la categoría de Mejor película, ‘Amadeus’ incurre en numerosas inexactitudes históricas que distorsionan los hechos reales en favor del drama y que analizaremos a continuación:

La figura de Antonio Salieri

La película centra su narrativa en la supuesta rivalidad que Salieri mantiene con Mozart, de quien siente una gran envidia y a quien considera indigno del enorme talento musical que tiene. Este pensamiento acaba convirtiéndose para Salieri en una obsesión destructiva que lo lleva a ejercer como un enemigo oculto del compositor austriaco. Sin embargo, históricamente no existe ninguna evidencia sólida sobre esta hostilidad, de hecho, ambos compositores coexistieron en Viena en la misma época y se tiene constancia que ambos participaron en conciertos que incluían obras de su homólogo, e incluso, tras la muerte de Mozart, Salieri se encargó de instruir musicalmente a su hijo, Franz Xaver, lo que da muestras del respeto que el compositor italiano tenía por su legado.

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Personalidad y proceso creativo de Mozart

Del mismo modo, el filme hace hincapié en la personalidad de Mozart, a quien se le retrata como un genio inmaduro, infantil e incluso ridículo, que habitualmente hace gala de una risa histriónica y de un comportamiento errático que sin embargo, choca con su impresionante talento natural para la música. Ciertamente, Mozart fue famoso por su humor escatológico, algo que quedó patente gracias a su correspondencia personal, pero en realidad se trataba de una persona de gran educación, disciplinada y enormemente culta.

Además, el filme también muestra cómo era capaz de componer partituras directamente sobre el papel sin cambios ni correcciones, tal y cómo se muestra en la secuencia en la que dicta a Salieri diferentes partes del Réquiem desde su lecho. Aunque Mozart poseía una memoria musical prodigiosa y en numerosas ocasiones componía mentalmente sus obras antes de transcribirlas, sí que realizaba borradores y correcciones en sus obras, principalmente en aquellas más complejas como las óperas.

Muerte del compositor

La película también insinúa que Salieri fue el responsable de la muerte de Mozart de manera indirecta, ya que es él quien oculto bajo una misteriosa identidad le encarga la composición del Réquiem, gracias a lo cual consigue manipularlo mentalmente y desestabilizarlo psicológicamente hasta que un gran agotamiento le causa la muerte. Esto es otro error histórico, ya que el encargo del Réquiem provino realmente del conde Franz von Walsegg, un aristócrata aficionado a la música que encargaba partituras para hacerlas pasar como suyas. La muerte del compositor se debió a una breve enfermedad, y aunque no se sabe con exactitud cuál pudo padecer, se cree que pudo deberse a una fiebre reumática o una enfermedad renal, por lo que los rumores que apuntaban a Salieri como causante de su fallecimiento fueron invenciones posteriores adaptadas por el teatro romántico.

Además, la película muestra la secuencia de su entierro rodeado de miseria y soledad, siendo enterrado en una fosa común sin apenas testigos, tal y como se hacía con los indigentes anónimos. Sin embargo, realmente Mozart murió en su casa de Viena, rodeado de familiares y amigos, y su entierro tuvo lugar en una tumba común individual, no en una fosa, tal y como especificaban las normas sanitarias promulgadas por el emperador José II para los ciudadanos de clase media, así que no se trató de una entierro indigno sino de una práctica habitual.

 

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