El realizador Fabien Pisani denunció que el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, previsto para diciembre, rechazó su documental «Para Vivir», sobre Pablo Milanés (1943-2022), pese a su recorrido internacional, un gesto que atribuye a la persistente censura cultural en Cuba.
Pisani reveló a través de su perfil en Facebook que su alegría por la selección de «En la Caliente. Cuentos de un Guerrero del Reguetón» se diluyó cuando el comité del Festival de La Habana ignoró durante días su otro filme, «Para Vivir», para finalmente comunicar que no sería incluido.
Captura de Facebook/Fabien Pisani
Señaló que la película ha participado en festivales como Sheffield, Mar del Plata, Morelia y DOC NYC, lo que, a su juicio, descarta un criterio meramente curatorial.
El cineasta afirmó que esperaba que el documental permitiera al público cubano reencontrarse con la figura de Milanés, a quien considera su padre adoptivo desde los dos años.
“¿Acaso nadie se atrevió a poner a Pablo Milanés en un cine de La Habana?”, cuestionó, sugiriendo la intervención de la burocracia cultural.
Captura de Facebook/Fabien Pisani
Pisani recordó la larga tradición de censura hacia el cine independiente en Cuba y los intentos del oficialismo por obstaculizar el último concierto del músico en la isla, meses antes de su fallecimiento.
Lamentó que el festival desperdiciara la oportunidad de reparar simbólicamente agravios contra una de las figuras más queridas del país.
Pese al rechazo, dijo que seguirá filmando y compartiendo historias incómodas, convencido de que mientras exista creación artística habrá futuro, aunque ese futuro —por ahora— no pueda proyectarse en los cines de La Habana.
Nacido en La Habana, Pisani impulsa desde hace casi 20 años proyectos culturales como promotor, productor y director en música, cine y televisión.
Es fundador del Festival Musicabana y un referente en el desarrollo de la economía creativa en Cuba. Entre sus obras destacan “7 días en La Habana” (2012).
Con esta nueva exclusión, el cine cubano suma otro capítulo en su larga historia de censura institucional.
A mediados de octubre, el director y guionista cubano Enrique “Kiki” Álvarez denunció que el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) dio por terminada su relación laboral y la de su colega Esteban Insausti sin notificación previa, falsificando además una “renuncia voluntaria” que nunca existió.
En una extensa publicación en Facebook, Álvarez -La Ola (1995); Jirafas (2014); Venecia (2016)- reveló que la referida institución cerró su contrato y el de Insausti desde el 1 de agosto de 2025, sin informarles ni justificar la decisión.
Al cierre de 2024, la Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) emitió un contundente llamado a la defensa de la libertad creativa y una alerta sobre la denuncia de la censura que afecta al cine cubano.
“Nuestra cultura no puede seguir siendo conducida por los mismos represores y censores de larga impunidad. El daño acumulado por sus años de ejercicio está a la vista”, afirmó la ACC, señalando directamente a las autoridades responsables del deterioro de las estructuras del cine en la isla.
La organización denunció un nuevo acto de violencia institucional dirigido contra el joven cineasta Orlando Mora, cuyo filme “Matar a un Hombre” fue censurado en la pasada edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Asimismo, a inicios de enero, el Tribunal Provincial de La Habana desestimó la demanda interpuesta por el cineasta Juan Pin Vilar contra el Canal Educativo, que exhibió su documental «La Habana de Fito» sin su consentimiento.
En abril, la edición 26 del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) otorgó el Premio Especial del Jurado en la competencia de Vanguardia y Género al documental Crónicas del Absurdo (2024), del realizador cubano Miguel Coyula.
Filmado con grabaciones ocultas, el audiovisual de 77 minutos muestra la realidad de los artistas independientes en Cuba, sometidos a control estatal y hostigamiento.
Asimismo, el homenaje que el grupo Teatro El Público, dirigido por el director Carlos Díaz, preparaba el pasado 19 de octubre junto a la Fábrica de Arte Cubano (FAC) para conmemorar el centenario del nacimiento de Celia Cruz (1925-2003) fue suspendido a última hora, por decisión del Centro Nacional de Música Popular.