El Partido Nazi eligió a la juventud alemana como un público determinante para sus mensajes de agitación y propaganda. A partir de 1920, el ideario hacía hincapié en que el partido era un movimiento de jóvenes, dinámico, fuerte, progresista y, sobre todo, esperanzado. El nazismo logró convencer a millones de jóvenes alemanes … con acciones y proclamas que muchos entonces y hoy considerarían estrambóticas. Todo esfuerzo era poco. En enero de 1933, las Juventudes Hitlerianas contaban con 50.000 miembros, y al finalizar el año esta cifra rondaba los dos millones.

En 1937, las Juventudes Hitlerianas habían aumentado su número hasta los 5,4 millones. Embaucados ya los más jóvenes se pasó a otro grupo de interés crítico para tan perverso plan de hipnosis colectiva: las mujeres. Ningún otro régimen como el nazismo supo movilizar a las mujeres a tan gran escala. En 1939, de las 40 millones de féminas del Reich, 12 millones pertenecían a alguna asociación afiliada al Partido Nazi. Sacaron provecho del fanatismo femenino percutiendo en la esperanza en un mundo mejor. Y todo ello pese a que el universo nazi era solo para hombres y para ellas solo quedaban cargos inferiores. «Mujeres, vuestras cunas son ejércitos durmiendo», repetía la propaganda para amoldar conciencias y adhesiones. La estrategia se completaba prometiendo cheques –’paguitas’– para todas aquellas que renunciaran a trabajar fuera y se quedaran en sus casas.

Esta semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha aparecido en Radio 3, terreno conquistado, ya sin la guayabera de Nicolás Maduro, con la chaquetilla vaquera de Ramoncín, para recordarnos a las mujeres y a los jóvenes que él está ahí para darnos un futuro prometedor, progreso, dinamismo y esperanza. Ahí es nada.

Disfrazado del ‘Rey del pollo frito’, con la cara desencajada y el maquillaje de Morticia –cualquier día recibe la «última llamada» del Movistar Plus+ todavía en manos de Javier de Paz–, el presidente nos vino a decir que no hay que hacer dramas por el hecho de que el grupo de menores de 30 años que están en exclusión social en España se haya duplicado desde 2007, hasta alcanzar los 2,5 millones de atrapados en la precariedad. Nada, fruslerías. Cosas de la fachosfera. Lo importante es seguir sus recomendaciones musicales en TikTok; por supuesto la red social china, ¿cuál si no? El problema de la vivienda o la falta de trabajo no son para tanto, que para eso están Sánchez y sus chequecitos caribeños. De esa guisa se plantó en la emisora musical de RTVE para certificar que la emisora pública es su nuevo CIS y su sonriente presidente, José Pablo López, el nuevo Tezanos.

Con el CIS desprestigiado sin remedio y la reputación del INE agonizando tras saberse las injerencias de la exvicepresidenta económica Nadia Calviño, a Moncloa se le ha ocurrido convertir a RTVE en el epicentro de la ‘agit-prop’ demoscópica, una suerte de laboratorio del doctor Bacterio donde probar los experimentos de lavado de cerebro y desfachatez pública. Hay que tener la cara muy dura para presumir en un libro de haber manipulado la metodología del INE y seguir sonriente con cara de azafata de Iberia –con todos mis respetos para ellas, que son profesionales pero de las de verdad– que te recuerda con una amable sonrisa que tu billete te da derecho a llevar las rodillas apoyadas en las orejas durante todo el trayecto.

José Pablo ha desbancado al mismísimo José Miguel Contreras tras demostrar al jefe ‘killer’ que él es capaz de zamparse a Atresmedia y a Mediaset con su batallón de Cintoras y Mirós. y es que mientras la BBC destituye a su cúpula por trucar unas palabras del presidente norteamericano, Donald Trump, aquí RTVE viste de médica a una auxiliar administrativa y se quedan tan anchos. ¡Ah! y a Calviño le dan un premio en Barcelona por su libro. Olé.

Radio 3 sube la música para que no se escuche que la gente no puede ni comprar huevos –un 137% han subido tras la pandemia–, que el PIB solo crece por el endeudamiento público, que los jóvenes tienen un futuro tirando a color grillo, que a las mujeres las tratan peor que las chistorras en el PSOE y en el Ejecutivo y que el Gobierno sociocomunista de hiperprogreso y superpreocupado por la clase media y trabajadora está a punto de tragarse varios miles de despidos en su participada Telefónica. Seguro que a Yolanda Díaz este asunto la ha cogido muy liada con la plancha o revisando el infernal sistema Verifactu, que suena a Nosferatu.

RTVE sube la música y el Gobierno nos cuela nuevos acuerdos con China y la compra de un avión a Turquía por el artículo 33, sin concurso ni licitación pública. Qué más dará, que diría Patxi López. Suben los decibelios y el ministro Óscar Puente suelta que no piensa respetar la ley que le obliga a indemnizar por los retrasos del AVE. Su problema es que dice lo que piensa. Y piensa poco. Asegura que no se puede obligar a Renfe y no obligar al resto de compañías. ¿No sería más fácil que los trenes fueran puntuales y no habría problema sino una ventaja competitiva? Sánchez es Arsène Lupin, genio del disfraz. En una semana se puso las gafas de soltar trolas, se vistió de patriarca Zacarías con guayabera y arhuaca, y ahora sale de Ramoncín a ver si cuela, mientras el bloqueo de la legislatura pone en peligro 90.000 millones de fondos europeos. RTVE es la cuna de votantes durmientes. ¡Que no pare la música!