El cine de terror no acaba en Halloween. Tras un mes de octubre en el que muchos amantes del terror han aprovechado para ver sus películas favoritas, arranca un noviembre con novedades destinadas a mantener estable la dosis de pánico en el espectador. Sin embargo, el último éxito de Netflix en España tiene mucho de sorprendente: El elixir de la inmortalidad, una película de terror proveniente de un cine que no suele triunfar más allá de sus fronteras. Indonesia.
El elixir de la inmortalidad es un estreno original de Netflix, dirigido y guionizado por Kimo Stamboel, uno de los principales nombres del cine indonesio. En El elixir de la inmortalidad, una familia completamente disfuncional regenta un negocio de hierbas medicinales que goza de una reputación bien ganada y consolidada en el mercado. El propietario de la empresa, en un esfuerzo por innovar y destacar aún más, intenta desarrollar una nueva poción experimental, la cual, de manera inesperada e incontrolable, acaba desencadenando un devastador brote zombi que se extiende rápidamente.
El cine de terror indonesio está de moda
Aunque eclipsado por blockbusters de grandes estudios, Indonesia alberga una de las industrias cinematográficas más productivas del momento. Redada asesina (The Raid) es su título más famoso, disponible en Netflix, pero el verdadero auge silencioso es el cine de terror.
Cineastas como Joko Anwar, Timo Tjahjanto y el propio Kimo Stamboel colaboran (a veces, de manera literal, como ocurre con Macabre, codirigida por los dos últimos) para posicionar al país como referente global del género. El I-Horror no imita el terror occidental, coreano ni japonés: posee una estética única.
Para entender su raíz, es recomendable recurrir al extraordinario documental danés The act of killing (Joshua Oppenheimer, 2012), en el que unos antiguos torturadores del sanguinario régimen de Suharto reviven e incluso recrean, sin sombra de escrúpulo, los crímenes que perpetraron en los sesenta . La conclusión de The act of killing es la premisa de la mayor parte de la última ola de I-Horror: la dictadura terminó, pero sus traumas persisten.
Ese legado de represión, delación y violencia vecinal impregna el género: lo sobrenatural existe, pero siempre resulta menos aterrador que la crueldad humana cotidiana. Películas como el remake de La reina de la magia negra (Filmin) o Los hijos de Satán entremezclan folclore con realismo brutal. Indonesia confronta su pasado doloroso a través del terror, espejo ancestral de sus miserias colectivas.