Sumergirse en la discografía completa de Pink Floyd lleva su tiempo y su entendimiento. Es un recorrido que va desde la psicodelia de los 60, pasando por obras progresivas y conceptuales, hasta llegar a piezas existenciales durante la década de los 80.

La banda británica logró que la experimentación más audaz conviviera con la sensibilidad pop, y en el proceso dio forma a algunos de los discos más influyentes de la historia del rock. Sin embargo, incluso los genios se equivocan, y Pink Floyd también dejó algunas canciones que, por exceso de ambición o falta de inspiración, quedaron lejos de ser sus mejores obras.

A continuación, un repaso por las 3 peores canciones de Pink Floyd (vía UCR).

3. «Two Suns in the Sunset»

El último acto de Roger Waters dentro de Pink Floyd culmina en una pieza apocalíptica. «Two Suns in the Sunset» -del disco The Final Cut (1983)- narra el fin del mundo bajo un ataque nuclear con una actitud que bordea lo caricaturesco. Frases como «mientras el parabrisas se derrite y mis lágrimas se evaporan» terminan resultando más efectistas que desgarradoras. Peor aún, el tema culmina con un solo de saxo que vuelve todo más anticlimático.

2. «A New Machine (Part 1)»

Tras la salida de Waters, David Gilmour intentó reconectar con la esencia conceptual del grupo, pero «A New Machine» -de A Momentary Lapse of Reason (1987)- es el ejemplo perfecto de que las buenas intenciones no siempre alcanzan. Con una voz robotizada al estilo vocoder y una estructura mínima, la canción busca dialogar con el pasado («Welcome to the Machine»), aunque termina siendo una imitación sin mucha gracia.

1. «The Grand Vizier’s Garden Party (Partes 1-3)»

Ummagumma (1969) es uno de los experimentos más radicales y discutidos de Pink Floyd. En su lado de estudio, cada integrante aportó su propia composición, y Nick Mason decidió entregar una pieza que parece más un experimento de laboratorio que una composición musical. Más de siete minutos de percusión errática, ruidos dispersos y flautas interpretadas por su entonces esposa Lindy. «The Grand Vizier’s Garden Party» es una pieza rara y por momentos tediosa, que pasa por alto dentro del gran catálogo de Pink Floyd.