P.M.S
La Dra. Agurne Uribarri, presidenta de la Sociedad Española de Cirugía Bucal (Secib), subraya que la enfermedad periimplantaria afecta ya a un 45% de los pacientes con implantes en sus estadios iniciales (mucositis) y a un 20% en fases avanzadas, unas cifras que obligan a reforzar la prevención, el diagnóstico precoz y los protocolos de mantenimiento. «La alta prevalencia de mucositis indica que existe una ‘ventana de intervención’ real para evitar la progresión a periimplantitis», asegura en una entrevista con iSanidad. Además, revisa el papel de la odontología basada en decisiones, el potencial de la inteligencia artificial y la digitalización, y los desafíos que afronta la cirugía bucal en un futuro marcado por la medicina personalizada.
La enfermedad periimplantaria sigue siendo uno de los principales retos clínicos en la odontología moderna. ¿Qué datos recientes manejamos sobre su prevalencia y qué implicaciones tiene para la práctica clínica diaria?
La enfermedad periimplantaria constituye un problema clínico relevante y creciente con una prevalencia en sus estadios iniciales de un 45% de los pacientes que llevan implantes y de un 20% en estadios mas avanzados cuando ya se acompañan de una perdida ósea evidente radiográficamente.
«La enfermedad periimplantaria es un reto real en la odontología moderna y debemos abordarla desde la planificación, el diagnóstico temprano, la prevención y el seguimiento continuado»
Estos datos implican varias reflexiones para la práctica clínica diaria; primero, que está claro que una proporción no desdeñable de pacientes con implantes desarrolla enfermedad periimplantaria; segundo, que esto refuerza la necesidad de que el clínico adopte un enfoque de tratamiento que incluya la valoración del riesgo desde el momento de la planificación, así como un mantenimiento protocolizado a largo plazo y tercero, que la alta prevalencia de los estadios iniciales (mucositis) indica que existe una ‘ventana de intervención’ real para evitar la progresión a periimplantitis mediante medidas de locales y control de factores de riesgo (enfermedad periodontal previa, el tabaquismo, etc.).
En definitiva, los datos confirman que la enfermedad periimplantaria es un reto real en la odontología moderna y que, como profesionales, debemos abordarla desde la planificación, el diagnóstico temprano, la prevención y el seguimiento continuado.
Cada vez se habla más de la necesidad de una odontología basada en decisiones.¿Podría explicar en qué consiste exactamente este concepto y cómo se diferencia de otros enfoques tradicionales?
La odontología basada en decisiones es un enfoque que busca articular tres pilares: la mejor evidencia científica disponible, la experiencia del profesional y las necesidades y preferencias del paciente. En mi opinión, su adopción marca un cambio de paradigma frente a modelos más tradicionales, en los que muchas veces el tratamiento se planteaba desde la técnica o la rutina profesional, sin una explícita integración de evidencia o de los valores y objetivos del paciente.
En la práctica diaria esto se traduce en acciones concretas: plantear al paciente las distintas opciones, comunicarlas en términos comprensibles, valorar probabilidades de éxito, riesgos y costes, y decidir de manera compartida. El paciente participa activamente en la decisión y su situación personal, expectativas y entorno influyen en la elección del tratamiento.
«La odontología basada en decisiones articula la mejor evidencia científica, la experiencia del profesional y las preferencias del paciente»
Para nosotros, como cirujanos bucales, supone también documentar protocolos, registrar resultados, revisarlos y adaptar nuestra práctica al aprendizaje obtenido. Esto contrasta con un enfoque más «genérico» o «tradicional» donde el profesional decide unilateralmente el abordaje técnico sin incorporar tanto la dimensión del paciente ni la revisión sistemática de los resultados. La odontología basada en decisiones añade estructura y personalización a lo que hacemos.
La tecnología digital y la inteligencia artificial están transformando la odontología. ¿De qué manera pueden estas herramientas mejorar la precisión diagnóstica y la toma de decisiones clínicas?
La incorporación de la digitalización y la inteligencia artificial (IA) está ya modificando de forma tangible cómo diagnosticamos, planificamos y llevamos a cabo nuestras intervenciones en cirugía bucal. La tecnología digital permite una visión anatómica detallada además de posibilitar detectar lesiones de forma más precoz, permite realizar una planificación aun más personalizada, mejorar la previsibilidad quirúrgica, reducir la morbilidad y aportar mayor comodidad al paciente.
La incorporación de la IA podría añadir además un componente predictivo capaz de evaluar el riesgo de fracaso, de detectar patrones de comportamiento evolutivo de distintas patologías, de realizar predicciones de erupción dentaria, etc… La IA puede actuar como asistente de soporte al clínico, alertando ante factores de riesgo que quizá pasarían inadvertidos, sugiriendo protocolos más adecuados según los datos del paciente, y ayudando a monitorizar su seguimiento y su mantenimiento. En Secib impulsamos la formación en estas tecnologías para que no queden como «modas tecnológicas», sino que se integren con solidez, criterio clínico y evidencia científica.
«La IA puede actuar como asistente de soporte al clínico, alertando ante factores de riesgo que quizá pasarían inadvertidos, sugiriendo protocolos más adecuados según los datos del paciente y ayudando a monitorizar su seguimiento y su mantenimiento»
En relación con la enfermedad periimplantaria, ¿considera que puede prevenirse con una adecuada planificación y seguimiento del tratamiento? ¿Qué papel puede desempeñar Secib en la promoción de estrategias preventivas?
Sí, considero firmemente que la enfermedad periimplantaria es en gran medida prevenible si abordamos bien tres momentos clave: previamente a la colocación el implante, el intraoperatorio y el seguimiento a largo plazo.
El preoperatorio debe servir para preparar al paciente minimizando o eliminando a poder ser los factores de riesgo identificados durante la historia clínica. Durante la intervención debemos aplicar protocolos quirúrgicos rigurosos, elegir implantes con estándares de calidad, y manejar adecuadamente los tejidos.
Durante el seguimiento debemos crear un programa de mantenimiento personalizado, enseñar al paciente a reconocer signos, monitorizar parámetros clínicos ya conocidos por todos como el sangrado e inflamación y la pérdida ósea periimplantaria, establecer revisiones periódicas y actuar en cuanto aparezca cualquier alteración.
«La enfermedad periimplantaria es en gran medida prevenible si abordamos bien el momento previo a la colocación el implante, el intraoperatorio y el seguimiento a largo plazo»
En este contexto, desde Secib desarrollamos líneas formativas sobre prevención de la periimplantitis, en forma de webinars y cursos monográficos. Creemos que sólo mediante la combinación de formación, elaboración de protocolos clínicos útiles para el clínico y para los técnicos de laboratorio y la promoción de una cultura de higiene bucal y mantenimiento de nuestros pacientes, se puede llegar a reducir la incidencia de estos procesos.
Las sociedades científicas están impulsando cada vez más líneas de trabajo conjuntas. ¿Cree que estamos ante una nueva etapa de colaboración interdisciplinar para abordar con mayor eficacia patologías como la periimplantitis?
Sí, sin duda estamos en una nueva etapa. Las patologías relacionadas con implantes, tejidos blandos, hueso, carga protésica, microbiología, etc… requieren una visión transversal e interdisciplinar. Promover foros conjuntos con otras sociedades científicas de la odontología o incluso de otras disciplinas médicas como la microbiología, reumatología o medicina interna, entre otras, contribuirá a mejorar los protocolos y la eficacia, mejorando en definitiva los resultados y la calidad asistencial.
«Promover foros conjuntos con otras sociedades científicas de la odontología o incluso de otras disciplinas médicas contribuirá a mejorar los protocolos y la eficacia, mejorando los resultados y la calidad asistencial»
De cara al futuro, ¿cuáles considera que serán los principales desafíos y oportunidades para la cirugía bucal en el contexto de la digitalización y la medicina personalizada?
Los desafíos representan al mismo tiempo grandes oportunidades para nuestra especialidad. Como desafíos destacaría la formación del profesional para manejar correctamente las nuevas herramientas (no basta con tener la tecnología, sino saber emplearla con criterio); asegurar la equidad en el acceso a los avances, evitando que solo se concentren en grandes clínicas o zonas privilegiadas; documentar sistemáticamente los resultados para generar evidencia de alto nivel y gestionar éticamente los datos clínicos y la IA.
Como oportunidades pienso que la digitalización nos permite personalizar el tratamiento al máximo, la medicina personalizada y los biomarcadores podrán, en un futuro cercano, identificar a los pacientes con mayor riesgo de fracaso de implantes o de sufrir complicaciones o de presentar una determinada patología, lo cual abrirá la puerta a medidas individualizadas de prevención. Por otro lado, la simplificación en la elaboración de las guías quirúrgicas y la robotización, posibilitarán la sistematización de su uso favoreciendo la implantación más amplia de cirugías mas precisas y menos invasivas. En Secib asumimos que nuestra especialidad debe estar en la vanguardia de ese cambio, no como meros usuarios de tecnología, sino como referentes en generarla.
«Los desafíos serán la formación del profesional para manejar correctamente las nuevas herramientas; asegurar la equidad en el acceso a los avances, documentar sistemáticamente los resultados para generar evidencia de alto nivel y gestionar éticamente los datos clínicos y la IA»
¿Qué prioridades se han marcado para los próximos años en materia de formación, investigación y colaboración entre especialistas?
Nuestro objetivo en formación es adaptarla al socio y en este sentido queremos renovar nuestra programación de actividades formativas como lo hemos hecho con los webinar en este año 2025. El objetivo es adaptar los contenidos y formatos a las necesidades de nuestros miembros (y no al revés).
En cuanto a investigación, Secib alberga entre sus socios a grandes equipos investigadores de este país y sería una gran iniciativa impulsar estudios multicéntricos en cirugía bucal, que promovieran la recogida de datos clínicos estandarizados, y sirvieran para generar protocolos de actuación.
Otra de las prioridades de Secib es favorecer la integración de la cirugía bucal en el ámbito de la sanidad pública, impulsar el reconocimiento de la especialidad y fomentar canales de colaboración internacional. Secib se plantea seguir siendo un referente en cirugía bucal, con una mirada muy clara hacia la innovación, la formación de calidad y la colaboración profesional. Y desde la actual junta directiva lo haremos con vocación de servicio a nuestros socios y, sobre todo, a los pacientes.