‘Música para muñecas’, el tercer álbum de Samantha Hudson, es prácticamente conceptual sobre la disforia de género. Aparecen otros temas como la religión o la pasión del proceso creativo, ambos muy presentes en la apertura de ‘Liturgia’, pero lo que más resuenan son las reflexiones de la artista sobre la transfobia o el hecho de sentirse excluida del mundo. La música de baile agresiva en sus diferentes formas es un escapismo para todo esto. «Esta ciudad nunca fue para todas» es el estribillo del tema llamado ‘Esta ciudad’.
Samantha Hudson ha escrito por sí misma la mayoría de las canciones. Hasta ahora no era tan conocida su faceta como autora. Esta decisión puede estar relacionada con la ausencia de singles musicalmente tan carismáticos o instantáneos como ‘Por España’ en ‘Liquidación total‘. A cambio, ganamos su visión personal de la vida. ¿Para qué entregar créditos a más autores cis, por muy maricones que sean?
Muchas de las cosas que nos cuenta esta absoluta líder de opinión no tienen precio. El single principal se llama ‘Full Lace y el Tuck’. Lo primero es la peluca con redecilla que se usa para llevar postizos y lo segundo lo que se usa para evitar que se marquen los genitales. «Tú tienes dos piernas, ella tiene tres / Vino a devorar y no dejó ni el carné», canta Samantha en este tema tan apto para ‘Drag Race‘.
El álbum se pone especialmente confesional en sus dos últimas pistas. Por si ‘No sé quién soy’ no fuera lo suficientemente explícito en su título, el texto dice: «Intento dormir porque no sé llorar / Ojalá supiera por dónde empezar / Trato de enfocarlo desde otro lugar / Nada me funciona, no me tengo piedad». O también: «no sé por qué me hago daño». Y la balada final ‘Algo muy raro’ trata de buscar respuestas en Dios cuando la pregunta ni siquiera sabes muy bien cuál es.
Si bien ‘Liturgia’, el tema junto a Zahara, es extrañísimo en sus referencias divinas, La Zowi y Villano Antillano sirven por completo en ‘Hot (Gimme More)’ y ‘Full Lace y el Tuck’. La Zowi rima «icono sexual» con el placer que le da el «sexo anal» y Villano Antillano subraya ese carácter reivindicativo de las personas trans en medio de una ola conservadora a nivel mundial, que sobrevuela en todo este ‘Música para muñecas’. Como es habitual en el mundo LGTBIQ+, la pista de baile vuelve a ser el medio: «‘Sal a bailar, puta, ponte los tenis!», anima la portorriqueña.
Ese carácter de baile es principalmente bakala, techno y hardcore en manos de productores como La Diega o DJ Final Boss. ‘Esta ciudad’, de mano de MUYKO, es más electropop. Ciñéndonos a la producción musical, lo más avanzado del álbum es ‘Disforia’. SOPHIE y Arca son influencias declaradas en el álbum y es en esta canción llena de gritos, cristales que se rompen, pianos, beats drum&bass, otros trance, coros eclesiásticos, y otros detalles, donde más se nota. Es ahí donde mejor concluyen fondo y forma, justo en medio de un álbum más significado de lo que aparentaba. «Muñecas», de hecho, es como se llaman entre sí las personas trans en los países anglosajones («dolls»).
Samantha Hudson actúa el 20-N en el XXV Aniversario de Ochoymedio.