Markel Beloki ha escrito en el Tour de Alsacia su nombre con letras de oro. El joven ciclista vitoriano, de 20 años, se ha proclamado … ganador de esta prueba 2.2 semiprofesional. Una dura carrera de cinco etapas en las que el hijo de Joseba Beloki ha ascendido el puerto más dulce del ciclismo hacia lo más alto del podio, donde se ha hecho con el maillot de campeón. El alavés, que se apuntó la etapa del pasado viernes, se ha impuesto en la general a Kamian Eeman (+23 segundos) y Axel Maniault (+29).

Las cámaras de televisión se centraban en Aubin Sparfel, que alzaba el puño tras ganar la última etapa en el alto de Champ du Feu. Pero la imagen que el ciclismo alavés esperaba llegaba a once segundos. Ese inconfundible casco rosa y maillot amarillo de líder emergía entre el grupo con el que ha cruzado la línea de meta para graduarse por primera vez en una prueba desde que es profesional, aunque ha corrido la prueba con el filial del EF. Unos últimos metros en los que le han invadido todos los sentimientos. Un repecho en el que ha dejado en el olvido esa mononucleosis le apartó durante tres meses de la bici.

Afrontaba la jornada con ganas. «A por la última», compartía en sus redes sociales, donde acompañó el post con dos imágenes. En una se le veía ya encima de la bicicleta, calentando motores para la exigente última etapa que amenazaba con reescribir lo ocurrido hasta ahora. Cuatro puertos de primera categoría, una interminable ‘sierra’ hasta la meta y diez kilómetros al 6,2%. Pero él estaba confiado, como demostraba la siguiente foto en la que estaba descansando con los ojos cerrados. Quién sabe si ya se estaba viendo ganador.

El triunfo reivindica la personalidad del alavés. Esa que en la etapa del viernes, la tercera de la prueba, le empujó hasta la victoria en el momento más crítico de la carrera. El grupo encaraba el puerto de La Planche des Belles Filles, la cima donde en 2012 Froome firmó su primer triunfo en el Tour de Francia y donde Pogacar le dio la vuelta y logró su primer amarillo en la contrarreloj final del 2020. Y ahí lanzó su ataque. Exprimió sus piernas con la fuerza de un martillo pilón para escaparse en solitario hasta la línea de meta. Estrenaba su palmarés a lo grande, con una victoria que le situaba líder en la clasificación general.

Pero los ecos de ese triunfo no se silenciaron tras ese mágico e imborrable momento. No era un triunfo aislado. En la cuarta etapa del sábado gestionó la distancia con sus perseguidores, el colombiano del Astana Santiago Umba, Kamiel Eeman (Lotto) y Axel Mariault (Nantes). Supo gestionar esa renta de casi medio minuto que resultaba vital para afrontar el último asalto. Allanaba el camino para el último asalto.

133,5 kilómetros después de la salida, Beloki estaba a mil metros de culminar la hazaña. Detrás dejaba el quebrantahuesos en el que se había convertido la última etapa y se aventuraba a la gloria. No quería que nada pudiese cambiar el guion que había escrito sobre el sillín. Se ha colocado al frente del grupo perseguidor y ha marcado el ritmo, dejando claro que la victoria es cosecha propia. Y por mucho que Mariault lanzase un ataque final a la desesperada, la gloria era del vitoriano. De un Markel Beloki que regresa coronado de Alsacia.