El Trofeu Costa Brava volvía a contar con un equipo de la Premier League siete años después de que el Tottenham regresara a Londres con un contundente 4-1 encajado ante el Girona de Eusebio Sacristán. En esta 48ª edición, con Míchel al mando y algunos supervivientes de entonces aún en la plantilla, el cuadro catalán se medía al Wolverhampton en su cuarto amistoso del verano. El resultado: una victoria ilusionante (2-1) gracias a los goles de Yangel Herrera y Joel Roca.

Girona

GIR

2

1

Wolverhampton

WOL

Alineaciones

Gazzaniga; Arnau Martínez (Rincón, min. 58), David López (Yaakobishvili, min. 58), Krejci (Lass, min. 70), Blind; Solís, Yangel; Tsygankov (Jastin, min. 78), Asprilla (Papa, min. 78), Joel Roca (Asprilla, min. 58) y Stuani (Miovski, min. 45). José Sá; Hoever (Lima, min. 83) S. Bueno (H. Bueno, min. 67), Agbadou, Toti; R. Gomes (Doherty, min. 67), Andre (Kalajdzic, min. 83), J. Gomes (Bellegarde, min. 67); Munetsi (Mosquera, min. 67), Fer López (J. Arias, min. 67) y Strand Larsen (Hwang, min. 83).

La tarde-noche dejó muchos alicientes. Debutaron los dos primeros fichajes del verano, Hugo Rincón y Thomas Lemar, y Yáser Asprilla demostró que este curso quiere echarse el equipo a la espalda. El tanto del honor para los ingleses lo firmó John Arias, ex del Fluminense y una de las sensaciones del pasado Mundial de Clubes, que debutava con los Wolves.

Tras la victoria ante el Olot (0-5), el empate sin goles ante el Espanyol en la final de la Copa Catalunya (con triunfo en los penaltis), y la derrota ante el Olympique de Marsella (2-0), Montilivi tenía ganas de ver a su equipo. La Liga empieza en un abrir y cerrar de ojos, y el margen de error se reduce.

El Girona mostró un ritmo e intensidad propios de un partido oficial. Míchel apostó por un once híbrido entre titulares y suplentes, dejando en el banquillo a Rincón y Lemar, pero dando protagonismo a jugadores como Yáser Asprilla o el canterano Joel Roca.

Stuani, como siempre, lideró la presión asfixiante que exige Míchel, que casi da sus frutos en los primeros compases de duelo. En el minuto 13, el urguayo mandó a la jaula la primera que tuvo, pero estaba en fuera de juego.

Asprilla quiere ser el líder

Lejos de bajar el ritmo, el Girona siguió empujando, liderado por un Asprilla muy concentrado. El colombiano, eléctrico como de costumbre, buscó el gol desde lejos, y no renunció a encarar para buscar el uno contra uno, pero también se implicó más que nunca en defensa. Montilivi le premió con aplausos, gesto que imitaron Míchel y sus compañeros.

Asprilla, durante el Girona-Wolves

Asprilla, durante el Girona-Wolves / Girona FC

Al descanso se llegó con 0-0, pero con sensaciones positivas. Solo Miovski ingresó tras el entretiempo, sustituyendo a Stuani. Y el 1-0 llegó pronto, aunque poco tuvo que ver el internacional macedonio. Yangel Herrera abrió el marcador en el 50’ con una acción marca de la casa: rompió en segunda línea y finalizó con clase tras un gran centro interior de Arnau.

Joel Roca se gana los minutos

El segundo, casi diez minutos después, fue de Joel Roca, que ilusiona cada vez que pisa el verde. Se orientó el balón a su pierna diestra y la mandó a la escuadra. Golazo que encandiló a todos los presentes. Al instante ebutó Hugo Rincón, que compartió vestuario con el canterano catalán en el Mirandés. Su carta de presentación, en el primer balón que tocó: potencia, verticalidad y centros peligrosos. Miovski no aprovechó la que pudo ser su primera asistencia.

También hubo tiempo para ovaciones: Santi Bueno, ex del Girona, se despidió de Montilivi entre aplausos y Thomas Lemar debutó con detalles de calidad, buscando a sus compañeros con pases al espacio.

Paulo Gazzaniga, ya en el tramo final, evitó el 2-1 en un par de ocasiones a balón parado. Pero nada pudo hacer en el 78’, cuando Jhon Arias marcó para los Wolves. El colombiano ya golea en Inglaterra tras deslumbrar con Fluminense en Estados Unidos.

Victoria ilusionante para un Girona que quiere parecerse a la de la temporada 2023-24: un equipo con alma, que convence, arriesga y resuelve cerca del área rival. Aún queda trabajo, pero Míchel va por el buen camino.