Óscar Sevilla y Francisco Mancebo: dos vidas, un pelotón y medio siglo después
En un ciclismo que devora generaciones a la velocidad de un rodillo a 400 vatios, hay dos corredores que parecen vivir en un calendario propio, ajeno al paso del tiempo: Óscar Sevilla y Francisco Mancebo, quienes, contra todo pronóstico y bajo cualquier lógica deportiva, seguirán en activo en 2026, rozando los 50 años en plena competición.
Dos corredores que debutaron en 1998 —Kelme para Sevilla, Banesto para Mancebo— y que, 29 temporadas después, continúan firmando contratos mientras muchos de sus coetáneos ya van por la segunda comunión de sus hijos.
El destino de ambos quedó marcado para siempre en 2006 con Operación Puerto, aquel terremoto que sacudió los cimientos del ciclismo español y los expulsó de la élite europea.
Pero donde otros colgaron la bici, ellos encontraron nuevas geografías para seguir siendo ciclistas: América, Asia, los circuitos continentales, equipos modestos, pero un mismo impulso vital por competir.
Sevilla, instalado en Colombia desde 2011 y convertido casi en un símbolo local, renovó con Medellín-EPM, equipo al que lleva vinculado desde 2013.
Allí sigue entrenando, compitiendo y ganando cuando toca, como ocurrió en el Tour de Hainan 2023.
Asegura que continuará “hasta que cueste levantarse para entrenar”, frase que en su caso parece más una declaración de principios que un aviso de retirada.
Próximo a cumplir 50, mantiene una disciplina y una vigencia impropias de su generación.
Mancebo, por su parte, sigue viajando por el mundo como quien prolonga una novela interminable.
Después de siete años en Japón con Matrix Powertag, en 2026 vestirá los colores del Pingtan International Tourism Island Cycling Team chino.
Hace unas semanas muchos daban por hecha su retirada en el Tour de Kyushu, pero él mismo lo desmintió: “No he dicho nada de retirarme”.

Sevilla y Mancebo representan una categoría singular: ciclistas que han sobrevivido a su tiempo, a sus errores y al propio sistema.
Siguen porque quieren, porque pueden y porque, quizá, no saben vivir de otra manera que no sea dentro del pelotón.
Siguen desde hace más de 25 años…


