Uno de los mayores gestores de activos del planeta, un gigante de la inversión. Así definen estos días los expertos a Apollo Global Management, nuevo accionista mayoritario del Atlético de Madrid a través de su división deportiva, Apollo Sports Capital. Este fondo estadounidense se … hará con el control del club rojiblanco en los primeros meses de 2026 a través de una ampliación de capital de unos 1.300 millones, tras la que adquirirá un porcentaje que rondará el 55%. Se trata de un movimiento de enorme magnitud, inédito hasta ahora en el fútbol español y que abre un buen número de incógnitas.

Con una capitalización de 78.000 millones y unos ingresos anuales de 26.000, Apollo juega en las grandes ligas de los fondos de inversión mundiales, con tentáculos en decenas de sectores. En España ya operaba en los negocios bancario, inmobiliario, hotelero y logístico, y ha sido en los últimos tiempos cuando muchas de sus actividades han empezado a estar relacionadas con el deporte. En abril anunció la compra del Mutua Madrid Open de tenis, junto al Masters 1.000 de Miami. Y antes, en 2023, financió junto a Metlife, Northwestern Mutual, Aegon y Macquarie parte de un crédito de 225 millones al Real Madrid para la reconstrucción del Santiago Bernabéu. Paradójicamente, el nuevo socio mayoritario del Atlético es uno de los principales acreedores de su máximo rival.

«No solamente va a transformar al Atlético, sino también va a cambiar la visión interna de la Liga española».

Carlos González

Socio y CEO de BHI Capital

No son ni mucho menos unos novatos, pero también es verdad que hasta ahora nunca se habían lanzado a ser propietarios de un club, al menos de forma directa. «Hasta el momento se habían situado en una posición más de financiación, de conceder créditos estructurados y préstamos antes que de entrada en el accionariado», explica a este periódico Carlos González, socio y CEO de BHI Capital, firma especializada en asesoría de inversión en el deporte. «Hace un par de años intentaron hacerse con un porcentaje de la Liga mexicana, al estilo de lo que ha hecho CVC en LaLiga. Y ahora han entrado de lleno en un grande, como es el Atlético de Madrid, en lo que creo que va a marcar un antes y un después también para la entrada de capital en clubes en España. Es un paso adelante que no solamente va a transformar al Atlético, sino también va a cambiar la visión interna de la Liga española«.

La matriz de Apollo nació en 1990 al abrigo de los rascacielos de Nueva York, creció a golpe de adquisiciones y reestructuraciones y ahora gestiona más de 700.000 millones de euros en todo el mundo. Sus oficinas se reparten por lugares tan dispares como Londres, Frankfurt, Singapur o Bombay. Sus fundadores fueron tres socios estadounidenses: Leon Black, Marc Rowan y Josh Harris. Hoy en día se mantienen al frente de la compañía pese a que la mayoría de acciones pertenecen ya a otros colosos de la inversión como Vanguard (8,2%), BlackRock (5,9%) y Capital World (5,1%).

Su filial, Apollo Sports Capital, se fundó hace apenas dos meses para centralizar los 17.000 millones de dólares ya invertidos en activos vinculados al mundo del deporte. Al margen de la compra de torneos de tenis, sus operaciones más notables las realizó con el Nottingham Forest, a quien concedió un préstamo de 80 millones de libras a fin de reflotar la entidad. Al Tylis, CEO del fondo y uno de sus tres gestores, es también copropietario del Necaxa de México junto a varias estrellas de Hollywood. Tylis compartirá responsabilidad en el Atlético con Lee Solomon y Rob Givone, el hombre presente en la foto en Madrid junto a Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo.

Gil Marín, Cerezo y Al Tylis, la foto del anuncio de la venta del Atlético

Gil Marín, Cerezo y Al Tylis, la foto del anuncio de la venta del Atlético

EFE

Este último es quien parece llamado a ocupar el asiento preferente en las reuniones de la Junta Directiva, así como a validar con su firma las cuentas del Atlético a partir de ahora. Eso, a pesar de que tanto los actuales consejero delegado y presidente mantendrán sus puestos tras el desembarco. Una decisión no tan extraña. «Es una decisión sensata», concede Pablo Burillo, profesor de la Universidad Europea. «Gil Marín y Cerezo son quienes conocen la visión del proyecto. Su permanencia garantiza continuidad en los proyectos que estaban en marcha. Cuando inviertes, es importante seguir la visión y garantizar continuidad. Es más racional mantener a quienes han gestionado el crecimiento y éxitos de los últimos años».

«Es más racional mantener a quienes han gestionado el crecimiento y éxitos de los últimos años»

Pablo Burillo

Profesor de la Universidad Europea

«Es muy raro que un fondo de esta envergadura entre y genere una ruptura total», corrobora González. «No suelen ser rupturistas. No tiene sentido, porque al final generaría un desequilibrio en el club. Lo que suelen hacer es ir paulatinamente enriqueciendo la estructura interna del club con profesionales que conozcan los mercados internacionales y que permitan abrir nuevas líneas de negocio».

El gran negocio

El germen de la operación se sitúa en la necesidad del Atlético en encontrar financiación para el desarrollo del proyecto urbanístico de la Ciudad del Deporte en los terrenos adyacentes al Estadio Metropolitano. En esas 115 hectáreas estará ubicada la nueva ciudad deportiva rojiblanca, con miniestadio para 5.000 espectadores y centro de alto rendimiento, varias áreas y canchas polideportivas de titularidad municipal y hasta un campus universitario. Pero su gran atractivo será la zona destinada al ocio, con pabellón para conciertos, hotel de cuatro estrellas, playa de olas para hacer surf, cancha de prácticas de golf, escalada… En total, unos 800 millones de inversión, un esfuerzo que el Atlético, que sí dispone de 200 millones procedentes, precisamente, de CVC, no podía acometer solo. Apollo fue una de las puertas a las que llamó primero, y fue ahí donde los americanos vieron en el proyecto una ventana de oportunidad mayor a la del simple préstamo.

«Está claro que la Ciudad del Deporte es la clave. Es un proyecto grande, potente y de gran recorrido», continúa González. «Rentabilizar exclusivamente la inversión en derechos de televisión o venta de jugadores no es sencillo. Hay que tener otras verticales de negocio. Y ahí es donde entra en juego todo el desarrollo del entorno del Metropolitano. El modelo de negocio varía totalmente, se diversifica muchísimo más. También el riesgo. No hay ningún caso parecido en Europa que vaya a conseguir ingresos de ese tipo y a ese nivel. Es un perfil muy americano. Trata de invertir la curva e intentar no tener una dependencia tan elevada de los derechos de televisión».

«Está claro que la Ciudad del Deporte es la clave. Es un proyecto grande, potente y de gran recorrido»

Carlos González

Socio y CEO de BHI Capital

Queda claro, entonces, que un fondo de ese calibre no se implica solo por el éxito deportivo, aunque por supuesto juegue una parte importante en la ecuación. «Intentarán crear valor a través de mejores instalaciones, sin duda. Pero también con éxitos deportivos y jugadores mediáticos», sostiene Burillo.

Estos días la incertidumbre sobrevuela las cabezas de los aficionados colchoneros, acostumbrados durante los últimos treinta años a un ‘statu quo’ que ahora se tambalea. Llegan los americanos y nadie sabe cómo interpretarlo. Hay dudas sobre el horizonte temporal que manejan los nuevos propietarios. También acerca de si el club acabará perdiendo una identidad construida durante más de un siglo. «En otros fondos sí hay un plazo de salida. Aquí no. Es uno de los llamados fondos de inversión paciente. Es una apuesta a largo plazo, porque además hay infraestructuras de por medio, que tardan más en rentabilizarse», asegura Burillo, quien no comulga con esa idea extendida de que Apollo se irá en cinco o siete años.

Y sobre la identidad, también calma, en opinión de González: «Apollo puede conseguir que el Atlético suba ese escalón que le hace falta para pelear por la Champions de forma constante. Ahora bien, el club tiene una identidad propia, una historia y unos valores. Eso lo tienen que cuidar mucho para que no se convierta simplemente en un activo, sino que siga siendo lo que es para la afición. Que los hinchas no noten el cambio».

La respuesta a todas estas dudas empezará a resolverse en los primeros meses del año que viene, cuando el acuerdo alcanzado esta semana fructifique en esa ampliación de capital que aumentará el valor del Atlético hasta los 2.500 millones de euros, aún fuera de un ‘top ten’ europeo que encabeza, según Forbes, el Real Madrid (5.900 millones), seguido del Manchester United (5.700) y el Barcelona (4.900). A esas cifras es donde quiere llegar Apollo antes de plantearse el ‘exit’. Sería multiplicar por dos o por tres su inversión.

Lo único cierto es que el paso dado por el Atlético ya no tiene vuelta atrás. El club rojiblanco está destinado a ser carne de compraventa entre otros fondos de inversión, magnates asiáticos y jeques árabes. «Es una rueda donde hay muy poquitos actores, los que pueden asumir unas inversiones de ese calibre», finaliza González. «Pero a la vez son actores cada vez más profesionalizados, y especializados. La propiedad que venga en el futuro estará igual de preparada para asumirlo».