Las ATP Finals acabaron con buenas noticias para Carlos Alcaraz, pero no con las mejores posibles. El tenista español, después del tropiezo inesperado ante Cameron Norrie en París, era consciente de que no podía volver a sufrir un descalabro similar si quería acabar el año como número uno del mundo. Con un tenis de mucha calidad, insaciable y de gran control, logró su principal objetivo. Pero la derrota en la final ante Jannik Sinner le confirma que tiene espacio de mejora.

El español ha demostrado que es un extraterrestre capaz de ganarlo (casi) todo cuando su tenis y su cabeza fluyen. Solo Jannik Sinner es capaz de plantarle cara y desarmar sus virtudes aun jugando un partido sublime. Es precisamente lo que sucedió en Turín, pues Alcaraz jugó un partido brillante con el que hubiera ganado a cualquier otro jugador del circuito. Pero, con Sinner, la cosa cambia: y es que el italiano sigue teniendo ese punto extra en este tipo de superficies.

Foto: alcaraz-sinner-atp-finals-resultado-turin-maestros

TE PUEDE INTERESAR

Sinner es un rodillo y gana con maestría a Alcaraz en las ATP Finals de Turín (6-7 y 5-7)

Albert Ortega

Alcaraz y Sinner firmaron una obra maestra sobre la pista, donde solo la capacidad del italiano para llegar a las bolas imposibles del español, le permitió hacerse con los puntos estratégicos para la victoria. De hecho, el número uno del mundo fue el primer jugador de todo el torneo capaz de romper un servicio al de San Cándido y, pese a ello, no pudo hacerse con el triunfo. En pista rápida cubierta, Sinner sigue demostrando ventaja ante el español.

La lástima para Alcaraz fue no poder coronarse maestro en Turín y, así, acabar con la maldición de las ATP Finals, donde solo dos españoles —Manuel Orantes y Àlex Corretja— fueron capaces de salir campeones en toda la historia. Ni Rafa Nadal lo consiguió, pero la ventaja de Alcaraz es su insultante juventud y su capacidad para seguir mejorando en esta superficie, algo que se ha hecho patente en los últimos meses. Eso sí, a pesar de la derrota, logró su principal objetivo.

Alcaraz aterrizaba en Italia con la misión de recuperar el número uno, para lo que necesitaba sumar tres victorias. No procrastinó en su objetivo: ganó a Alex de Miñaur, Taylor Fritz y Lorenzo Musetti para conseguirlo a las primeras de cambio. Era lo que el español buscaba, su objetivo personal, como comentaba después de ganar al italiano en el último partido del round-robin. Y, a partir de ahí, empezar a soñar con levantar el Torneo de Maestros, aunque sabía que no sería sencillo.

Volvió a ser un rodillo ante Felix Auger-Aliassime, pero llegaba el momento de la verdad: Sinner. Tocaba enfrentarse al mejor jugador en este tipo de superficies, al ganador del pasado año… y al jugador que competía en casa. No estuvo lejos el español de conseguirlo, pero el italiano supo resolver mejor en los momentos complicados del partido e, incluso, hacer daño al español cuando todo se decidía en cada una de las dos mangas disputadas. Es momento de aprender.

Deberes para la próxima temporada

Si algo ha confirmado Alcaraz es que su evolución ha sido excepcional. No hay ninguna duda de que el español y Sinner están un escalón por encima del resto de jugadores, por lo que, salvo sorpresa o lesión, serán quienes se repartan el botín de los grandes torneos del circuito. Y su crecimiento ha sido claro: las mejoras con el saque y con su mentalidad para no salirse de los partidos, en las que tanto hincapié hizo a comienzo de curso, han tenido resultados.

Su poderosa derecha, sus brillantes dejadas y su capacidad para desplazarse por la pista entre golpes siempre fueron su seña de identidad. Pero no se ha quedado ahí y ha trabajado muy duro para sumar más registros: además de cómo ha crecido con el saque, su revés y su capacidad para restar han incrementado de manera evidente este año. O, dicho de otra manera, el español ha confirmado que el trabajo sirve y que sigue creciendo a pesar del talento que ya poseía.

Y, lo sucedido en el tramo final de temporada, confirma que Alcaraz sí tiene una misión clara: seguir mejorando en superficie rápida bajo techo, donde el bote y los efectos son diferentes, lo que le obliga a desarrollar otro tipo de tenis. De esa mejora puede depender lo que suceda el año que viene, pues Sinner tampoco se quedará quieto… y otros jugadores tratarán de incluirse en el Big Three. Y, si su físico se lo permite, todavía tiene la opción de pelear este año por la Copa Davis.

Las ATP Finals acabaron con buenas noticias para Carlos Alcaraz, pero no con las mejores posibles. El tenista español, después del tropiezo inesperado ante Cameron Norrie en París, era consciente de que no podía volver a sufrir un descalabro similar si quería acabar el año como número uno del mundo. Con un tenis de mucha calidad, insaciable y de gran control, logró su principal objetivo. Pero la derrota en la final ante Jannik Sinner le confirma que tiene espacio de mejora.