La noche en El Futbolín de Radio MARCA arrancó entre risas, NFL y el habitual caos divertido del programa… hasta que una frase puso a todos serios: “Nos podemos meter un batacazo en el Mundial”. A partir de ahí, la charla dio un giro hacia la Selección española, sus sensaciones y los rivales que podrían cruzarse en el camino.
Italia puede quedarse sin mundial otra vez
Los nórdicos, que debían perder de nueve goles en San Siro para no conseguirlo, cerraron su pase matemático ganando 1-4 a Italia. Noruega volverá a un Mundial 28 años después.EFE
Uno de los temas más repetidos fue la eterna incógnita que suponeItalia, ese equipo que puede firmar fases de clasificación erráticas y, aun así, presentarse en los grandes torneos como un coloso competitivo.
En el estudio se comentó que “Italia puede llegar fatal… y aun así ganarte un partido sin que te des cuenta”, recordando su capacidad histórica para ponerse seria en los momentos de máxima exigencia.
La mesa subrayó que el combinado italiano siempre aparece como un rival de peligro silencioso: ordenados, intensos y expertos en partidos cerrados. “Italia siempre está. Aunque no lo parezca”, se afirmó en antena.
¿España es tan favorita?
Zubimendi marca un gol ante Mamardashvili en el Georgia-España.
Después del análisis del rival, la conversación volvió a mirar hacia dentro. En El Futbolín se insistió en que España ilusiona, juega bien y llega con una identidad clara… pero también con la presión más alta de los últimos años.
“En un Mundial un mal día te manda a casa, da igual lo bien que vengas”, recordaba Sergio Torres, alertando de que la diferencia entre ser favorita y convertirse en víctima del torneo es mínima. La clave, decía, estará en llegar al punto físico perfecto y no dejar que los pequeños detalles condicionen el camino. Entre otras favoritas, Torres sorprendió con una selección que podría dar la campanada: «Me gusta mucho Marruecos».
Una favorita con vértigo
Lamine Yamal en un partido con la SelecciónÁngel Rivero
El programa coincidió en que la Selección ha crecido mucho y transmite la sensación de poder competir contra cualquiera. Pero precisamente esa fortaleza genera una mezcla de ilusión y miedo: si España está entre las mejores, la exigencia es absoluta.