Hacer proyectos de casas puede ser tu pan de cada día, cuando te dedicas profesionalmente a ello, y ser un trabajo apasionante donde disfrutas de cada decisión, acompañando a tus clientes a personalizar su hogar. Pero, ¡ay!, cuando resulta que un día pasas a ser tú, tu propio cliente. «Entonces, las decisiones son distintas», afirma Rebeca Campo, arquitecta e interiorista, y cofundadora del estudio R de Room, a la hora de hablar del proyecto de su casa.
Vivir en primera persona el proceso fue también una forma de ponerse en el lugar de sus clientes. Así, el equipo comprendió, de otro modo, sus dudas y temores, y confirmó lo esencial que resulta sentirse acompañado y en confianza con quienes transforman tu casa en un hogar. Junto con la otra mitad de R de Room, Sandra Rodríguez, y su marido -también arquitecto-, se marcaron como prioridad conseguir «una casa funcional, para vivirla, con la estética muy presente, pero sin perder de vista que la casa tenía que ser cómoda«.

Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
Con estilo propio
Y entre las decisiones más difíciles, reconoce, estuvieron las del estilo. «Diseñar mi propia casa ha sido, sobre todo, un ejercicio de autocontrol: trabajar desde mis gustos más personales, intentando mantenerme al margen de las tendencias con las que sí suelo trabajar para mis clientes», confiesa Campo. Ella misma se define como amante del minimalismo y del diseño mid-century y escandinavo, pero sin renunciar a la calidez mediterránea.

Obra de arte de Iratxe Arteta.
Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
En este proyecto tan personal, al habitual cuidado por el detalle que siempre marca el trabajo del estudio, se sumó una estética minimalista y cálida, apoyada en materiales nobles, como el suelo de madera y la encimera de piedra natural en la cocina «que se convierten en los grandes protagonistas de ese lujo silencioso que impregna toda la vivienda», comenta la arquitecta e interiorista.
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Cuadros, sobre el escritorio, de Maru Quiñonero, y en la pared, de Iratxe Arteta.
Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
A la cuarta casa fue la vencida
Por conocer un poco la historia del proyecto, podemos decir que el matrimonio estuvo buscando casa durante año y medio, llegando a visitar cuatro. En el mismo edificio donde acabaron adquiriendo la definitiva, ya vieron una de ellas, pero en una planta inferior y al salir comentaron que sería perfecta si estuviera unas plantas más arriba. «Y cinco meses después, la magia ocurrió», cuenta Rebeca. Añadiendo la anécdota que cerraron la oferta desde el hospital, justo cuando iba a tener a su segunda hija.

Cuadro sobre la mesita, de Iratxe Arteta. En la pared, de Teresa Pérez Baró.
Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
En la obra, se tiró abajo todo (excepto el muro de carga), no quedando nada de la distribución original, que estaba muy obsoleta y era necesaria una intervención integral para actualizarla. La arquitecta cree que «justo eso fue lo que jugó a nuestro favor en la negociación para la compra; que supimos ver lo que otros no vieron«.

Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
ALGUNOS TIPS INTERESANTES SOBRE DETERMINADAS ESTANCIASPasillo sin casi decorar
En esta casa se ha decorado la entrada y elegido apliques para el primer tramo del pasillo, pero en el segundo, efectivamente, no hay nada de decoración. «Buscaba centrar la atención en el vano hacia el salón, que no tiene puerta. No es una regla que aplique de manera general, pero en este caso preferí desviar la atención de este elemento de paso. En un pasillo con más anchura o entidad sí hubiese apostado por decorar», dice Rebeca.

Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
Cocina abierta, ¿por qué?
En su estado original, la cocina estaba ubicada donde ahora está el dormitorio infantil y, por una cuestión de funcionalidad, decidieron hacerla abierta. También reconoce que «hace un tiempo la habríamos mantenido independiente, pero en esta etapa vital, con niñas pequeñas, abierta nos resulta más práctica. Aunque te diré algo: tengo pensada la reforma para volver a independizarla si en el futuro vivimos solos en esta casa mi marido y yo».

Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
Claves para el dormitorio infantil
«Pensé, sobre todo, en ofrecerles un buen espacio de juego; el resto fue surgiendo de la búsqueda de equilibrio entre un ambiente infantil y un interiorismo que mantuviera la armonía con el resto de la casa«, explica la interiorista. En su dormitorio no quería renunciar al color, así que optó por tonos ligeramente destonificados y jugó con los contrastes para equilibrar la dulzura del tono maquillaje con la energía y la fuerza de los colores oscuros y el papel pintado. «Ellas son un poco así, tiernas y enérgicas, así que puede decirse que fue su personalidad lo que me inspiró», añade.
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Foto: Lupe Clemente – Proyecto: R de Room – Estilismo: Pilar Perea
Esta vivienda demuestra que proyectar una casa es mucho más que elegir estilos o materiales: es dar forma a sueños que han madurado con el tiempo y encontrar el espacio perfecto para piezas que cuentan una historia. En definitiva, es la prueba de que el verdadero lujo está en crear un hogar que hable de quienes lo habitan. Una filosofía que define cada trabajo de R de Room.
«Para mí es importante que, además de bonita, sea cómoda y funcional; es la máxima de todos nuestros proyectos y en mi propia casa no podía ser diferente» _ Rebeca Campo