Uno de los objetivos del próximo Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que tiene lugar el próximo miércoles, es el de concienciar a la población sobre esta afección, su prevención y la necesidad de un diagnóstico precoz. Las EPOC son un grupo de enfermedades que provocan dificultad progresiva para respirar, de las cuales, las dos más comunes son la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. Como explica Julio Maset, médico de Cinfa, «su principal causa es la exposición al humo del tabaco, lo que incluye tanto a personas fumadoras como a fumadores pasivos. También puede estar causada por la exposición prolongada a la contaminación atmosférica o a otras sustancias irritantes transmitidas por el aire, como el polvo o sustancias químicas».

En la actualidad, esta enfermedad afecta a tres millones de personas en España. «Aun así, se trata de una de las dolencias respiratorias más infradiagnosticadas, que, con frecuencia, se detecta solamente en fases avanzadas, cuando un manejo más precoz podría impedir su empeoramiento», añade Maset.

Los dos tipos más comunes se encuentran en mayor o menor grado en todas las personas con EPOC. La bronquitis crónica es la inflamación de la pared interna de los bronquios, mientras que el enfisema se caracteriza por el deterioro o destrucción de los alveolos, una especie de pequeños sacos localizados al final de los bronquios, en los pulmones, que reciben el aire que entra en el organismo al respirar. «En caso de enfisema, las paredes internas de estos pequeños sacos se debilitan y se rompen, lo que crea espacios de aire más grandes. En consecuencia, disminuye la cantidad de oxígeno que llega a la sangre», explica el experto.

La manifestación frecuente más característica del enfisema y la bronquitis crónica es una sensación de falta de aliento, que empeora con la actividad y el esfuerzo. Otros síntomas frecuentes de la EPOC son tos con expectoración, pitos y ruidos al respirar, cansancio y una mayor tendencia a las infecciones respiratorias agudas.

«Aunque estos síntomas se agravan con el tiempo, suelen ser leves al principio, por lo que la persona con EPOC no les da importancia o desconoce que padece la enfermedad, que, sin tratamiento, continúa aumentando los daños en bronquios y pulmones», apunta el doctor.

Para evitarlo, es clave un diagnóstico precoz, que se obtiene a través de una prueba tan sencilla como una espirometría. A pesar de que la EPOC no tenga cura, el diagnóstico permitirá iniciar un tratamiento que alivie los síntomas y detenga o ralentice su avance. 

También es crucial una adecuada vacunación que reduzca el riesgo de infecciones respiratorias como la gripe, la  neumonía o el COVID-19, aunque, como recuerda el experto de Cinfa, «la medida más importante que se puede tomar para prevenir o detener el avance de esta enfermedad es dejar de fumar».