La Torre del Puerto de Málaga, que será rebautizada llegado el momento siguiendo los nuevos modelos de marketing, ya está presentada formalmente en sociedad.
Con la ausencia destacada de David Chipperfield, el arquitecto que pone su firma a la operación, pero con el director de su despacho en España, Rodrigo Antón, los promotores privados pusieron ayer sobre la mesa todos y cada uno de los detalles de esta ambiciosa y contestada actuación, cuyo desarrollo va a suponer una inversión de 200 millones de euros.
Pese a la apuesta del despacho del Premio Pritzker de 2023 por defender las bondades de la futura edificación, insistiendo en la apuesta por desarrollar un amplio programa que permitirá transformar para uso ciudadano del orden de 54.000 metros cuadrados del entorno directo, el impacto visual de la torre es mayúsculo.
A las infografías ya trasladadas, que evidencian el enorme volumen de la futura construcción, dos datos objetivos de la dimensión del complejo. Tal y como confirmó este lunes Rodrigo Antón, el hotel tendrá una anchura de 59 metros, con un perfil de 19 metros y una altura de 144 metros.

Infografías del diseño de la Torre Chipperfield en el puerto de Málaga.
A modo de ejemplo sirva decir que es el doble que las tres torres diseñadas por Carlos Lamela en el litoral oeste de la ciudad y supera en unos 30 metros la cota máxima de las grúas del puerto con la pluma elevada.
Uno de los detalles ahora desvelados es el de la fachada. Según precisaron, en las plantas superiores estará compuesta de una «doble piel», con la que se logrará optimizar el comportamiento térmico y energético, mejorando el confort interior y proporcionar una imagen arquitectónica abstracta en el paisaje.
La primera de las pieles estará compuesta por una fachada de vidrio «de altas prestaciones» en los niveles de habitaciones y espacios comunes, garantizando grandes aperturas a las vistas y una óptima eficiencia energética.
En este sentido, se indica que el sistema de lamas verticales y horizontales, además de configurar la imagen exterior del edificio, reduce la incidencia solar directa, mejorando el confort térmico y lumínico en las estancias interiores.
Los elementos horizontales serán transitables para mantenimiento y limpieza. Se utilizan materiales con alto grado de resistencia a la corrosión y anclajes en acero inoxidable de grado marino.

Grandes cadenas internacionales
Será este volumen, superior a los 44.000 metros cuadrados de techo, el que dé cabida a un establecimiento 5 estrellas Gran Lujo, con 382 habitaciones, que será explotado por una de las grandes cadenas hoteleras internacionales.
Así lo ha confirmado el CEO de Hesperia, Jordi Ferrer, quien ha confirmado que desde hace meses se mantienen negociaciones con tres de las principales cadenas. Por cuestiones de confidencialidad, sigue manteniéndose en secreto el nombre de las entidades.
«Es una arquitectura respetuosa, sostenible, integrada en el Mediterráneo; una arquitectura que no compite con Málaga, sino que la acompaña»
Lejos de la opinión de quienes rechazan abiertamente la propuesta, consideró que la intervención parte de una «arquitectura respetuosa, sostenible, integrada en el Mediterráneo; una arquitectura que no compite con Málaga, sino que la acompaña».
Para Ferrer, la construcción del hotel, que lleva casi una década sometida a una amplia tramitación administrativa, es «estratégica» para la ciudad, por cuanto le permitirá «competir con destinos internacionales que ya ofrecen congresos y eventos».

Infografías del diseño de la Torre Chipperfield en el puerto de Málaga.
A ello ayudará el Centro de Convenciones de 2.500 metros cuadrados planteado dentro de la torre, así como los restaurantes de primer nivel previstos (uno de ellos, en la planta 33, con vista al mar, bar y piscina infinity), y los espacios comerciales delimitados en la planta baja.
Buena parte de la explicación de los responsables del proyecto giró en torno a su vertiente urbana. En este sentido, Rodrigo Antón insistió en que la torre va acompañada de la creación de un nuevo paseo de 1,3 kilómetros desde La Farola hasta el dique de Levante, con unos 54.000 metros cuadrados de superficie.
El diseño establece un sistema de itinerarios que prioriza la movilidad sostenible, rebajando el peso del tráfico de coches y autobuses y dibujando carriles bici y zonas peatonales a diferentes alturas. Para ello, elimina carriles de circulación y bolsas de aparcamiento, con el fin de ampliar el paseo central y las zonas verdes.
Uno de los interrogantes que no ha sido contestado es el coste económico de esta fase de la intervención y si la misma va a ser asumida en su totalidad por los promotores privados. De la respuesta de Ferrer se deduce que una parte podría ser financiada con dinero público.
En la zona directa de la torre, que ocupará unos 5.600 metros cuadrados de la parcela de 17.000 metros delimitada para el uso hotelero, se plantean varias plazas de uso público.
Otro de los valores sobre los que han insistido los promotores es sobre la sostenibilidad de la construcción, que se diseña anticipando la nueva Directiva Europea de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD).
«Las piezas se distribuyen de manera que se crean espacios intermedios en los que la vegetación, el agua y la sombra son los elementos principales», remarcaron, destacando el valor que se da al paisajismo, que contribuye a eliminar el efecto isla de calor.

Infografías del diseño de la Torre Chipperfield en el puerto de Málaga.
Calendario
El futuro de la Torre Chipperfield sigue pendiente de los tribunales, en primera instancia, y del Consejo de Ministros, en última instancia.
La previsión es que en las próximas semanas o meses haya un pronunciamiento del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) con relación a los recursos formulados meses atrás por la Plataforma Defendamos Nuestro Horizonte y la Academia de Bellas Artes de San Telmo.
En referencia a los recursos judiciales, el CEO de Hesperia ha sido claro: «No les vemos mucha sustancia, pero respetamos que haya un debate ciudadano».
En esta misma línea, Rodrigo Antón admitió la imposibilidad de que proyectos de este tipo generen unanimidad entre los ciudadanos.
En el supuesto de que el proyecto supere por completo el trámite judicial y disponga del visto bueno del Consejo de Ministros (tiene que levantar la prohibición del uso hotelero que pesa sobre el suelo del puerto), la previsión de los técnicos es que la obra pueda prolongarse algo más de tres años.