“Pensé que se habían equivocado”. Con una humildad que desarma, Belinda Washington ha reaccionado así cuando le preguntamos por el ‘Caballo de Honor’ del Certamen Internacional de Cortos de Soria, que recibiría horas más tarde. En una conversación con Soria Noticias, la polifacética actriz, galardonada por sus 27 años de trayectoria, se ha deshecho en elogios hacia el festival y una provincia que, según ha confesado, le ha enseñado que la verdadera riqueza no está en las luces de la gran ciudad, sino en la «autenticidad de la tierra».

El premio ha supuesto para ella “un honor, un privilegio”, no solo por el reconocimiento a su carrera, sino por el lugar y las personas que lo otorgan. “Que sea en Soria, por la gente que está detrás y que he conocido estos días, le da mucho valor”, ha explicado con gratitud. Lejos de verlo como un punto final, lo ha asumido como un nuevo comienzo, un compromiso: “Espero ser una buena embajadora del Certamen, del festival, y traeros mucha suerte para que esto siga, por supuesto, 27 o 60 años más”.

La actriz no ha ocultado su asombro por la dimensión y la calidad del Certamen soriano. Ha destacado la enorme variedad de actividades que lo rodean, desde el baile o el “impresionante” concierto de bandas sonoras que pudo disfrutar el viernes. Para Washington, el festival tiene “muchísimo mérito, una trayectoria muy larga, una buena historia y muchísimo asentamiento dentro del mundo del cine”.

Una Soria que rompe tópicos

Más allá del festival, Belinda Washington se ha llevado una impresión profunda de la provincia, a pesar de un pequeño contratiempo inicial: “He hecho la maleta fatal, porque no me he traído casi abrigo”, ha admitido entre risas, recordando el frío “quirúrgico” de Soria. Sin embargo, el calor humano ha compensado con creces las bajas temperaturas. La actriz ha querido desmontar uno de los tópicos más arraigados sobre sus gentes: “Eso de la sequedad soriana es mentira, que la gente sea áspera no es verdad”. Su experiencia ha estado marcada por pequeños detalles que revelan el carácter de la tierra, como el sorprendente desayuno que le sirvieron en su hotel: “¿Sabes lo que nos hemos desayunado esta mañana? Unas láminas, agárrate, láminas de torrecitos”, ha relatado con entusiasmo. Para ella, Soria es una “ciudad con tantísima historia al lado del Duero” que merece ser descubierta sin prejuicios.

En este sentido, ha defendido el papel de los festivales como un “altavoz” para dar a conocer la riqueza de lugares que a menudo son ignorados o etiquetados injustamente. Ha recordado la anécdota del rodaje de ‘Doctor Zhivago’, cuando la falta de nieve se solucionó gracias a que los vecinos sacaron sus propias sábanas. “Algo habrán visto en Soria, algo habrán visto que no se ve por ahí”, ha reflexionado, subrayando la necesidad de potenciar las diferencias y la identidad local frente a la uniformidad de la globalización: “Tenemos que dejar de compararnos y potenciar esas diferencias que hay, y potenciar la riqueza de cada sitio. Hay que volver a ser auténticos”.

“En las ciudades somos unos catetos para la supervivencia”

La estancia en Soria ha servido a la actriz para reafirmar una de sus convicciones más profundas: la superioridad de la vida rural frente al ritmo frenético de las grandes urbes. Con una contundencia que invita a la reflexión, ha afirmado que la gente de los pueblos posee “herramientas brutales” para la vida. “En las ciudades somos unos catetos. Catetos para la supervivencia, catetos para vivir en un hábitat, a veces, entre comillas, hostil”, ha sentenciado.

Washington ha descrito su sueño futuro de “vivir en un pueblo, vivir de la paz del pueblo, de esa tranquilidad, de saber subsistir con lo que te da la tierra, con el contacto con la naturaleza”. Para ella, “esa es la verdadera riqueza. No es estar en una ciudad donde cada vez deseas más”. Citando a Rosalía, ha hecho un alegato contra el deseo constante que define la sociedad moderna, un anhelo que “nunca tiene fin”. Esta filosofía se refleja en una carrera profesional que ella misma define como “multitask”. Desde su reciente participación en series como ‘4 estrellas’ hasta retos teatrales como interpretar a Bernarda Alba, pasando por la pintura o la docencia, Washington hace “todo lo que me hace feliz”. Ha recordado sus inicios como dependienta mientras estudiaba Derecho y ha asegurado que no tendría problema en volver a ello: “Todos los trabajos son honrados”.

El legado: “Trabajo, humildad y pasión”

Al ser preguntada por el legado que le gustaría dejar, Belinda Washington ha aparcado cualquier atisbo de divismo. Su primer deseo es “que los egos siempre están domesticados, que es lo más importante en cualquier profesión, pero más en esta, en la que hay tantas luces y sombras”. La clave, ha insistido, es mantener siempre los pies en el suelo, “la toma a tierra”.

Su mensaje final, especialmente dirigido a los jóvenes que empiezan, se resume en tres palabras que, para ella, son la llave maestra del éxito y la realización personal: “Que sigan soñando con trabajo, humildad y pasión. Esas 3 palabras, como le digo a mis alumnos cuando doy clases de interpretación, son las que te van a abrir todas las vueltas. Siempre, humildad, aunque te den 1000 premios, humildad. Trabajo es el motor y mucha, mucha pasión”. Un legado de autenticidad y esfuerzo, reflejado en la tierra soriana que ahora la honra.