Qué placentero y satisfactorio resulta siempre, y temporada tras temporada, recibir discos tan encantadoramente evidentes y sin trampa ni cartón como viene siendo el presente “MKII” firmado por los británicos The Spitfires. La última entrega de la banda liderada por Billy Sullivan vuelve a rezumar aroma clásico por los cuatro costados, empapado a conciencia en oleadas de ska, influencias mod, actitudes punk, algo de britpop y un indie-pop-rock de guitarras ejerciendo como pegamento a lo largo y ancho de toda la referencia.

Ingredientes todos ellos con generosa cabida entre los márgenes de esos treinta y cinco minutos que conforman un elepé que cabe aprovechar hasta el borde. Quizá impulsado por ese aire fresco insuflado por la nueva formación de la que se hace acompañar, Sullivan firma el que sería el álbum más evidentemente redondo y ambicioso hasta la fecha de The Spitfires. Los de Hertfordshire saquean, con olfato y materializando la maniobra en canciones afiladas y funcionales, a The Specials, The Clash, The Style Council, Madness, David Bowie o The Jam. Una base genérica que, si bien carece de originalidad, evidencia a cambio una especial habilidad por parte de sus autores a la hora de reciclar influencias en beneficio propio.

El combo presenta dianas como los singles “I’ll Never” y “Better The Devil You Know”, la juguetona “A Man Out Of Time” o “The Great Divide”, además de “I Can’t Keep This Up”, “Let Me Tell Ya”, “Where Did We Go Wrong” y “Like They Used To”, que apuntan a Morrissey, Happy Mondays, The Housemartins y Edwyn Collins respectivamente. “MKII” es un álbum más que notable e incuestionable para los amantes de los géneros y artistas mencionados. Una gominola de ritmo ágil y despreocupado, que contrasta con lo perfiladas que lucen las mismas canciones, conformando una colección que se antoja tan excitante como elegante.