Creo que no hay una sola peli de Ghibli que pueda ver sin llorar, o al menos con la mirada algo empañada y tragando saliva. Es que es escuchar los primeros momentos de One Summer’s Day, y venga, lagrimón. También me vengo muy arriba con The Legend of the Wind. ¿Quién no ha estado enamorado de Mononoke, de Nausicaä o de Howl? ¿Quién no ha visto a sus hermanos, padres o abuelos en las pelis de Ghibli? ¿Quién no ha visto trocitos de su vida dentro de sus extrañas fantasías? Hoy me lío la manta a la cabeza y os ofrezco un repaso a la filmografía de Ghibli, dejando fuera sus series y producción televisiva, a modo de sentido y emocionado homenaje a Ghibli, sus creadores y artistas.
Para ser lo más completista posible incluyo películas como La Tortuga Roja, en la que Ghibli solo tuvo una participación tangencial a nivel de producción, pero la película gala comparte en su ADN unos valores narrativos y formales con el estudio japonés que no me gustaría obviar, y que creo que merecen ser reconocidos como parte del legado espiritual y cinematográfico de Ghibli.
Historia de Studio Ghibli
Studio Ghibli fue fundado en 1985 por tres gigantes de la animación: Hayao Miyazaki, Isao Takahata y el productor Toshio Suzuki. Venían con bagaje profesional: Miyazaki había trabajado en la genedaria Toei, Takahata tenía ya una voz muy propia, y Suzuki, ex editor de la revista Animage, vio el potencial de crear un tipo de cine de animación con alma. La chispa inicial la dio Nausicaä del Valle del Viento (1984), que aunque no fue producida bajo el sello Ghibli al 100 %, se considera parte de su esencia fundacional, y tal vez mi preferida. Desde entonces, el estudio ha apostado por la animación tradicional dibujada a mano, con una filosofía marcada por el amor a la naturaleza, la infancia, el pacifismo y la crítica social. Esa combinación de lirismo e ideas profundas ha hecho que cada película de Ghibli sea un pequeño universo en sí mismo.
Filmografía completa
Película
Año
director
¿Dónde verla?
Nausicaä del Valle del Viento
1984
Hayao Miyazaki
El castillo en el AIRE
1986
Hayao Miyazaki
La tumba de las luciérnagas
1988
Isao Takahata
Mi vecino Totoro
1988
Hayao Miyazaki
Nicky, la aprendiz de bruja
1989
Hayao Miyazaki
Recuerdos del ayer
1991
Isao Takahata
Porco Rosso
1992
Hayao Miyazaki
Puedo escuchar el mar
1993
Tomomi Mochizuki
Pom poko
1994
Isao Takahata
susurros del corazón
1995
Yoshifumi Kondō
La princesa Mononoke
1997
Hayao Miyazaki
Mis vecinos los Yamada
1999
Isao Takahata
El viaje de Chihiro
2001
Hayao Miyazaki
Haru en el reino de los gatos
2002
Hiroyuki Morita
El castillo ambulante
2004
Hayao Miyazaki
Cuentos de Terramar
2006
Goro Miyazaki
Ponyo en el acantilado
2008
Hayao Miyazaki
Arrietty y el mundo de los diminutos
2010
Hiromasa Yonebayashi
La colina de las amapolas
2011
Goro Miyazaki
El cuento de la princesa Kaguya
2013
Isao Takahata
El viento se levanta
2013
Hayao Miyazaki
El recuerdo de Marnie
2014
Hiromasa Yonebayashi
la tortuga roja
2016
Michaël Dudok de Wit
Earwig y la bruja
2020
Goro Miyazaki
El chico y la garza
2023
Hayao Miyazaki

Nausicaä del Valle del Viento
Las películas más taquilleras y mejor valoradas de Ghibli
Cuando hablamos de Studio Ghibli, no solo nos referimos a películas llenas de magia y sensibilidad, sino también a auténticos fenómenos de taquilla que han logrado conectar con audiencias de todo el mundo. Sin duda, El viaje de Chihiro ( 2001) se sitúa en lo más alto de este ranking: recaudó más de 31.680 millones de yenes en Japón, convirtiéndose en la película japonesa más taquillera en su momento. Su combinación de aventuras espectaculares, criaturas fantásticas y una protagonista que crece a través de sus desafíos ha convertido a Chihiro en un referente de la animación mundial, capaz de emocionar tanto a niños como a adultos. Este éxito se consolidó con el reconocimiento internacional: ganó el Oscar a Mejor Película de Animación en 2003, lo que catapultó el anime japonés a la visibilidad mundial y confirmó a Ghibli como un estudio que podía competir en igualdad de condiciones con los grandes del cine occidental.
Otras películas de Ghibli también dejaron una huella indeleble tanto en la taquilla como en la crítica especializada. La princesa Mononoke (1997) destacó por su épica mezcla de mitología y realismo, explorando la lucha entre la naturaleza y la industrialización humana, y cosechó un enorme éxito comercial, al mismo tiempo que se consolidaba como una obra imprescindible para los amantes de la animación adulta y compleja. Por su parte, El castillo ambulante (2004) y Ponyo en el acantilado (2008) también se situaron entre las más rentables del estudio, gracias a su capacidad para combinar historias personales con escenarios visualmente deslumbrantes, personajes memorables y un ritmo que engancha a todos los públicos. Estas películas demostraron que el talento de Hayao Miyazaki para narrar historias emocionantes no está reñido con el éxito comercial, y que su cine podía mantener un equilibrio perfecto entre el arte y la diversión.
El talento de Hayao Miyazaki para narrar historias emocionantes no está reñido con el éxito comercial
Más allá de la taquilla, hay películas que, aunque no fueran los mayores éxitos económicos, se mantienen en lo más alto por su valoración crítica y su impacto emocional. Obras como Mi vecino Totoro, La tumba de las luciérnagas o Nausicaä del Valle del Viento son ejemplos de cómo Ghibli ha logrado crear historias inolvidables: en cada fotograma hay una carga de humanidad y sensibilidad que toca directamente al espectador. Estas películas destacan por su capacidad de reflejar la vida cotidiana, los conflictos familiares o la relación del ser humano con la naturaleza, mientras construyen mundos fantásticos que resultan tan llamativos como emotivos. El reconocimiento crítico de Ghibli no solo refleja la calidad de sus películas, sino también la universalidad de sus historias y la forma en que estas trascienden culturas, generaciones y fronteras, convirtiendo al estudio en un referente absoluto de la animación mundial.

La Princesa Mononoke
Hayao Miyazaki y los magos de Ghibli
Hayao Miyazaki (Tokio, 1941) es, para muchos, el «Walt Disney japonés», aunque su cine va más allá de la fantasía ingenua. Personalmente no me gusta nada ese apelativo, que tiende a un preocupante egocentrismo cultural y a una miopía occidentalista tremendamente reduccionista, como si Disney fuera el único baremo con el que medir el talento. En películas como Totoro, Mononoke o Chihiro encontramos sus profundas preocupaciones ecologistas, éticas y filosóficas, todo filtrado por un lirismo muy personal. Su narración combina aventura visual con ideas profundas, y sus bandas sonoras (gracias al maestro Joe Hisaishi) se han convertido en algo casi tan icónico como los propios protagonistas.
Isao Takahata, por su parte, fue la mano derecha de Miyazaki, y aportó un tono más realista y emocional. Sus obras, como La tumba de las luciérnagas (cruda y desgarradora) o El cuento de la princesa Kaguya (etérea y triste), exploran la vida con una sensibilidad que pocos estudios de animación dominan. Toshio Suzuki, es el tercer pilar de Ghibli, fue el productor que convirtió esos sueños en realidad práctica. Como editor y gestor, ha sido clave durante décadas para que el estudio creciera sin perder su espíritu artesanal.

El Viaje de Chihiro
Impacto de Ghibli en Occidente
La llegada de Ghibli al público occidental fue casi revolucionaria. Cuando El viaje de Chihiro ganó el Oscar, su reconocimiento ayudó a consolidar la animación japonesa en Hollywood y las mentes de cinéfilos no‑especializados. La llamada de atención a cine de Ghibli mejoró la distribución en Europa y Estados Unidos de sus proyectos y permitió que las películas anteriores fueran revalorizadas por el público. Además, la estética y la manera de contar historias de Miyazaki han influido directamente a estudios como Pixar o Disney, mostrando que la animación no es solo para niños, sino también para adultos con el corazón puesto en los sueños.

Nicky, la aprendiz de bruja
Todas las películas de Studio Ghibli
Nausicaä del Valle del Viento (1984)
Nausicaä es una princesa guerrera, científica y pacifista que vive en el Valle del Viento, en un mundo devastado por la contaminación. Cuando dos naciones entran en guerra, ella debe mediar para preservar el ecosistema y entender a las criaturas del bosque tóxico. Su mensaje ecológico es profundamente visionario: no es una simple fantasía, sino una llamada a la empatía con la naturaleza. Técnicamente, no es Ghibli al 100% (fue producida antes de su fundación formal), pero es considerada su piedra fundacional del estudio y su tono serio y maduro la convierte en un clásico de la animación.
El castillo en el cielo (1986)
Pazu, un chico huérfano, se embarca con Sheeta, una joven que posee un cristal misterioso, en la búsqueda de Laputa, una isla flotante legendaria. En su aventura, se enfrentan a piratas voladores y militares. Es inolvidable por su mezcla de aventuras aéreas al más puro estilo steampunk, su sentido de la maravilla y la forma en que explora la tecnología y el poder con una sensibilidad muy humana.
La tumba de las luciérnagas (1988)
Relata la desgarradora historia de Seita y Setsuko, dos hermanos que sobreviven en Japón durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Dirigida por Isao Takahata, es una de las películas más crudas y emocionalmente devastadoras de Ghibli: habla sobre el hambre, la inocencia y la pérdida con una honestidad brutal.
Mi vecino Totoro (1988)
Satsuki y Mei, dos hermanas que se mudan al campo, descubren a Totoro, un espíritu del bosque que les ayuda en momentos de necesidad. Esta película es un himno a la infancia, la naturaleza y la magia tranquila: Totoro no solo es entrañable, sino que se ha convertido en un símbolo cultural global.
Nicky, la aprendiz de bruja (1989)
Kiki (Nicky en el doblaje Español) es una joven bruja de 13 años que emprende su año de independencia en una ciudad portuaria, montando un servicio de reparto volador. Su camino es el del descubrimiento personal, el valor y la soledad: una fábula sobre el crecimiento, la responsabilidad y la creatividad, todo con la delicadeza y el optimismo característicos de Miyazaki.
Recuerdos del Ayer (1991)
Taeko, una mujer de casi 30 años, viaja al campo y rememora su infancia mientras decide hacia dónde va su vida. Es tal vez una de las producciones más desconocidas del estudio, una película íntima, melancólica, sin magia sobrenatural: Ghibli se adentra en lo cotidiano y reflexiona sobre la memoria y la identidad, y lo hace con una sensibilidad madura.

Porco Rosso
Porco Rosso (1992)
En la Italia de entreguerras, un piloto llamado Porco sufre una transformación sobrenatural: su cara es la de un cerdo. Combate piratas aéreos y vive una vida romántica y melancólica. Es inolvidable por su mezcla de acción, humor, nostalgia y una reflexión sobre la guerra y la dignidad personal: su protagonista es un antihéroe muy humano, con cicatrices e ideales: «mejor cerdo que fascista».
Ocean Waves (1993)
Una historia muy diferente: sin fantasía, sin magia, solo adolescentes, amor no correspondido y cambios en la vida. Fue dirigida por jóvenes animadores del estudio como ejercicio creativo. Su fuerza reside en su realismo sentimental: retrata la inestabilidad emocional de la adolescencia con una delicadeza honesta.
Pom Poko (1994)
Una tribu de tanukis (criaturas del folclore japonés inspirados por una especie de perro mapache) usa su poder de transformación para defender su bosque de la urbanización humana. Hay humor surrealista, crítica ecológica y una gran dosis de mitología. Es brillante porque mezcla la comedia más loca con una reflexión seria sobre la destrucción del hábitat, la identidad y la tradición.

Susurros Del Corazon
Susurros del corazón (1995)
Shizuku, una joven lectora, descubre que otro chico saca los mismos libros que ella en la biblioteca. Esa conexión la impulsa a seguir su sueño de escribir mientras él persigue el de fabricar violines. La película combina romance, creatividad y crecimiento personal, y lo hace con una ternura muy sólida; el Barón (una figura de gato) y la canción versión de «Take Me Home, Country Roads» le dan un aire de cuento encantador.
La princesa Mononoke (1997)
Ashitaka, maldito por un espíritu, se ve atrapado en la batalla entre humanos industrialistas y dioses primigenios del bosque defendidos por San, una joven salvaje. Es una de las obras más complejas de Miyazaki: aborda la destrucción ambiental, la culpa, la reconciliación y la moral en un mundo donde no hay claros «buenos» ni «malos». Mononoke invita a la reflexión profunda sobre la naturaleza y las cosas en las que creemos.
Mis vecinos los Yamada (1999)
Una serie de momentos sobre la vida de la familia Yamada, presentadas en un estilo visual que recuerda los cómics tradicionales japoneses de cuatro viñetas («yonkoma»). Es experimental, divertido, muy familiar: Ghibli explora lo cotidiano como algo extraordinario, capturando la calidez de las relaciones familiares con un trazo sencillo pero lleno de corazón.
El viaje de Chihiro (2001)
Chihiro, una niña que se pierde con sus padres en un mundo de espíritus, debe trabajar en una casa de baños para liberarlos y encontrar el camino de vuelta. Es posiblemente, junto a Totoro, la película más icónica de Ghibli: su mundo es fascinante, su narrativa mágica y su mensaje sobre la identidad, la transformación y la fuerza interior es universal. Fue un gran éxito internacional y ayudó a consolidar el prestigio del estudio.
Haru en el reino de los gatos (2002)
Haru es arrastrada al Reino de los Gatos tras salvar a uno, y casi se ve obligada a casarse con el Príncipe Gato hasta que interviene el Barón. Es más ligera que otras de Ghibli, pero eso no le resta mérito: su surrealismo, su sentido del humor felino y su diseño peculiar la hacen un viaje encantador y un homenaje juguetón al mundo de los gatos.

El castillo ambulante
El castillo ambulante (2004)
Sophie, transformada en anciana por un hechizo, encuentra refugio en un castillo viviente gobernado por el enigmático mago Howl. A lo largo de la película, ambos evolucionan, luchan y aman. Su éxito llamó la atención de millones de lectores al libro clásico de Diana Wynne Jones. Es inolvidable por su combinación de conflicto, magia y romance, por su crítica a la guerra y su reflejo de la fragilidad del mundo.
Cuentos de Terramar (2006)
Basada en la saga literaria de la legendaria Ursula K. Le Guin, presenta un mundo en crisis donde el equilibrio mágico se rompe. A pesar de tener una recepción más dividida, es destacable por su ambición: intenta adaptar una mitología profunda y adulta, con dilemas existenciales complicados, criaturas fantásticas y un tono más sobrio que el típico Ghibli. Por desgracia, es considerada como uno de los pocos pinchazos del estudio.
Ponyo en el acantilado (2008)
Ponyo, una niña pez con poderes mágicos, quiere convertirse en humana tras enamorarse de Sosuke, un niño. Pero su deseo altera el equilibrio del mar y la naturaleza. Es una fábula luminosa, inocente y profundamente optimista: la animación acuática es deslumbrante, el ritmo es divertido y Ponyo simplemente inolvidable.

El mundo secreto de Arrietty
El mundo secreto de Arrietty (2010)
Arrietty es un diminuto personaje que se dedica a «tomador prestadas» las cosas de los humanos. Vive bajo el suelo y su vida cambia cuando entabla amistad con un chico humano llamado Sho. La película es un ejercicio de escala: todo lo grande, visto desde su punto de vista, se convierte en portentoso y mágico. Es un canto a la humildad, la discreción, la conexión y la infancia.
La colina de las amapolas (2011)
Ambientada en Yokohama en los años 60, Umi y Shun luchan por salvar un viejo club escolar de periodismo mientras descubren secretos familiares. Es nostálgica y emotiva, retrata un Japón en reconstrucción tras la devastadora Segunda Guerra Mundial con ternura y una mirada esperanzada, más madura y reflexiva que muchas fantasías, pero cargada de corazón.
El viento se levanta (2013)
Inspirada en la vida real del ingeniero aeronáutico Jiro Horikoshi, crea un relato sobre sueños, creación y conflicto moral: diseñar preciosos aviones que luego se usan en la guerra. La película es un poema visual sobre la belleza y el peso de la responsabilidad: Miyazaki reflexiona sobre una de sus aficiones preferidas, la aviación, el progreso, el arte y el dolor que conlleva alcanzar una visión.
El cuento de la princesa Kaguya (2013)
Basada en un antiguo cuento japonés, narra la vida de Kaguya, encontrada dentro de un brote de bambú, que crece para vivir entre los humanos pero añora su origen celestial. Su estética de acuarela y su ritmo lento transportan a un mundo casi onírico, pero no lograron llamar la atención del público igual que producciones anteriores del estudio. Es una meditación sobre la impermanencia, la identidad y el sacrificio, dirigida por Isao Takahata.
El recuerdo de Marnie (2014)
Anna, una chica introvertida enviada al campo para cuidar su salud, descubre una vieja mansión y entabla amistad con Marnie, una misteriosa joven. La película combina elementos de fantasía, recuerdos y culpabilidad en una historia romántica muy intensa. Es inolvidable porque explora la soledad, el perdón y los secretos familiares con una sensibilidad tremendamente sutil.

La tortuga roja (2016)
Tal vez la película menos Ghibli de Ghibli: Un náufrago vive solo en una isla desierta hasta que una enorme tortuga roja cambia su destino. Sin diálogos, la película se apoya en imágenes poéticas para transmitir soledad, esperanza y aceptación. Es una fábula minimalista con una fuerza narrativa tremenda: Ghibli apuesta por un nuevo estilo visual y una invitación a la reflexión más madura de lo acostumbrado.
Earwig y la bruja (2020)
Seguramente la película más polémica de Ghibli. Earwig es una huérfana ingeniosa que es adoptada por una bruja. Descubre que la brujería no es tan elegante como imagina y que tendrá que valerse por sí misma. Es la primera película de Ghibli completamente en CGI, lo que la hace distinta; aun así, su humor, su energía juvenil y su carácter rebelde la convierten en una propuesta fresca, aunque muy criticada por los fans más puristas del estudio.
El chico y la garza (2023)
Mahito, un joven marcado por la pérdida de su madre, es llevado a un mundo paralelo donde una garza guía su viaje. En esta fábula personal, Miyazaki mezcla lo histórico con lo surrealista, explorando el duelo, el origen y la memoria. Es inolvidable porque resume décadas de estilo Ghibli: visualmente rica, emocionalmente sincera y profundamente filosófica. Tal vez, la última película de Hayao Miyazaki. Aunque, quién sabe…
Las valoraciones de las películas de Ghibli
Película
Año
IMDb
Filmaffinity
Letterboxd
¿Dónde comprarla?
El viaje de Chihiro
2001
8.6
8.1
4.5/5
La tumba de las luciérnagas
1988
8.5
8.0
4.4/5
La princesa Mononoke
1997
8.4
8.0
4.4/5
Mi vecino Totoro
1988
8.2
8.0
4.3/5
El castillo ambulante
2004
8.2
7.8
4.2/5
Porco Rosso
1992
8.0
7.7
4.1/5
Nausicaä del Valle del Viento
1984
8.0
7.8
4.0/5
El castillo en el cielo
1986
8.0
7.7
4.0/5
El cuento de la princesa Kaguya
2013
8.0
7.9
4.3/5
Susurros del corazón
1995
7.9
7.8
4.2/5
El viento se levanta
2013
7.8
7.7
4.1/5
El Chico y la garza
2023
7.8
7.6
4.1/5
Nicky, la aprendiz de bruja
1989
7.8
7.7
4.1/5
Recuerdos del Ayer
1991
7.8
7.6
4.0/5
PomPoko
1994
7.3
7.2
3.7/5
la colina de las amapolas
2011
7.4
7.3
3.8/5
El mundo secreto de Arrietty
2010
7.6
7.4
3.9/5
El REcuerdo de Marnie
2014
7.6
7.4
3.9/5
Puedo escuchar el mar
1993
6.7
6.6
3.4/5
Mis vecinos los Yamada
1999
7.2
7.0
3.6/5
haru en el reino de los gatos
2002
7.2
7.0
3.6/5
Cuentos de Terramar
2006
6.4
6.2
3.1/5
Ponyo en el acantilado
2008
7.7
7.5
3.9/5
La tortuga roja
2016
7.5
7.3
3.8/5
Earwig y la bruja
2020
4.7
4.5
2.2/5
Si he llegado hasta aquí, es porque para ti Ghibli no es solo un estudio de animación: es una forma de ver el mundo. Un equipo de artistas que con cada escena, cada melodía y cada giro de guion de sus películas nos recuerda quiénes somos. Ver todas sus películas, ordenadas cronológicamente, es más que un maratón: es un viaje íntimo a través de la infancia, la naturaleza, la melancolía, los sueños y el dolor. De la vida. Gracias, Ghibli, por cada lágrima, cada sonrisa y cada motita de polvo.
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