La semana pasada se produjo en Bruselas un movimiento sísmico de mediana intensidad. La Comisión Europea anunciaba un recorte de la Política Agraria Común (PAC) del 20% en los próximos presupuestos de la UE para el periodo 2028-2035. El importe total de los compromisos de la PAC hasta 2027 se sitúa en 386.602,9 millones de euros. La PAC es la segunda política más importante en materia de financiación europea. Significa el 25% del presupuesto actual. Sólo las políticas de cohesión se sitúan por encima. La PAC forma parte de la columna vertebral de la UE. Aun así, su porcentaje relativo ha ido disminuyendo constantemente a lo largo de los años, como resultado de nuevas reformas y la aparición de nuevas prioridades políticas, entre ellas, la última ha sido el rearme militar que pretende cristalizar en la autonomía estratégica europea y un nuevo acuerdo arancelario con EEUU que ha significado, de facto, una estocada para la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. 

«La UE comienza a desarrollar su propia defensa común en detrimento del campo, la ganadería y la pesca»

La sombra de la última cumbre de la OTAN es alargada. El compromiso de los estados con la aportación financiera del 5% comienza a surtir sus efectos. La guerra arancelaria de Donald Trump, también. En el fondo, son las dos caras de una misma moneda. La UE comienza a desarrollar su propia defensa común en detrimento del campo, la ganadería y la pesca. El recorte anunciado se convertirá, probablemente, en gasolina para Vox, en España, para el Frente Nacional en Francia o para Alternativa para Alemania en el país con mayor inversión en gasto militar de los últimos años, quizá porque se tarda menos de 2 horas y media en volar desde Moscú a Berlín. La Comisión Europea ha impulsado el plan «ReArm Europe/Readiness 2030», que busca movilizar 800.000 millones de euros para reforzar la defensa de la UE, permitiendo a los estados miembros destinar hasta el 1.5% de su PIB a defensa sin ser penalizados por déficits presupuestarios. 

Puede que a partir del próximo año, nos acostumbremos a escuchar el rugir de los Leopards desde las factorías de Ángel Escribano en Gijón pero también a los tractores de la España rural rodando en dirección a Madrid desde cualquier punto de la geografía. Bruselas pone sobre la mesa un fondo generalista en el que la agricultura deja de ser una prioridad, pierde recursos y pierde protagonismo. Esta nueva PAC, de aprobarse, supondría un antes y un después para el medio rural. Menos PAC es menos seguridad alimentaria y menos soberanía para Europa

«2026 será un año difícil, será un año agrario, con elecciones en dos comunidades autónomas. El campo vota y también decide»

Las organizaciones agrarias ya han dado la voz de alarma. 2026 será un año difícil, será un año agrario, con elecciones en dos comunidades autónomas. El campo vota y también decide. Será un buen examen de la UE en Castilla y León y Andalucía, donde uno es el mayor granero de España y el otro el mayor productor de aceite del mundo. Conviene recordar que el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, preside también el Comité de las Regiones. Se han levantado banderas rojas en el PSOE y el PP. Han sonado las alertas.
La Europa que pasó la prueba en el Parlamento Europeo hace menos de un año, se someterá también al escrutinio entre ganaderos, agricultores y pescadores al inicio del próximo ciclo electoral. El partido se juega en Bruselas, pero también en Madrid, Valladolid y Sevilla. El secretario general del PSOE-CyL, Carlos Martínez, se ha comprometido a trabajar para alcanzar «un frente común» que elabore una propuesta que permita modificar la presentada por Europa para la Política Agraria Común. No tardará en irrumpir un hombre veterano, experto en estas negociaciones, PSOE caoba, dentro del gobierno de Sánchez: el ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación Luis Planas.
Los agricultores de Jaén y Granada claman por la oliva. El campo segoviano también lo hace contra el recorte de la PAC por el desvío de fondos al rearme europeo. Esperan cada siete años, como los versos de Machado, un milagro en primavera. La contraofensiva de la PAC ha movilizado, incluso, al gobierno de Carlos Mazón, que exigió a Sánchez la semana pasada la protección del campo valenciano de la nueva reforma agraria a la que calificó de «golpe letal» para el sector primario. Mazón lamentó que la propuesta de la Comisión Europea pueda dejar a más de 15.500 productores jubilados sin ayudas. Precisamente, el secretario general del sindicato agrario UPA de Andalucía recordó hace cuatro días que en el Parlamento Europeo hay mayoría conservadora y que la propuesta de reforma parte de la Comisión, cuya presidenta, Úrsula von der Leyen, es del Partido Popular Europeo

«A buen seguro que Sánchez ya habrá tomado nota de algo importante: los españoles más inflexibles con la inmigración, hoy sintonizan con la protesta agraria»

Es demasiado pronto para poder anticipar un viraje de la Comisión Europea que intente frenar a los tractores pero supondría un gesto inteligente, uno de esos gestos de flexibilidad que formaron parte de la cultura europea posterior a la II Guerra Mundial hasta la llegada de Donald Trump. Europa vuelve a España, cultiva drones marinos y trigo. A buen seguro que Sánchez ya habrá tomado nota de algo importante: los españoles más inflexibles con la inmigración, hoy sintonizan con la protesta agraria.
Al ministro de Agricultura le toca gestionar una crisis europea. El diario británico ‘The Economist’ dedicaba el pasado jueves un artículo a la supuesta «parálisis» española. «Para restaurar la confianza en la democracia española, el presidente del Gobierno debería asumir la responsabilidad y dimitir. No existe una razón de peso para que continúe en el cargo», afirmaba el texto, que esgrime que los buenos datos de la economía no son excusa para ello. «El crecimiento económico de España comenzó antes que su mandato y se debe más a las reformas de su predecesor conservador, Mariano Rajoy, que a las suyas». ‘The Economist’, revista que lleva apuntalando la gestión de Sánchez desde hace varios años, esta semana se enmendaba a sí misma. Curioso.
Agua, infraestructuras, riesgo de grandes incendios en verano, precio de los alimentos, incertidumbre ante el futuro, ansiedad política, polarización, inmigración, escuadrismo, razzias, Vox. Todo está resumido en una reducción del 20% del presupuesto de la PAC. Razones suficientes para pensar que la propuesta de von der Leyen puede alimentar el voto de la extrema derecha en las elecciones generales de 2027 en España y también en las presidenciales de Francia, donde Macron ya no estará presente para prestar un último servicio a la patria.

«Abascal y Le Pen pueden hacer ticket para asaltar los campos de una cuarta parte de la geografía política comunitaria»

Francia y España ocupan cerca del 24% del territorio de la UE juntas. Abascal y Le Pen pueden hacer ticket para asaltar los campos de una cuarta parte de la geografía política comunitaria. En España, los agricultores representan aproximadamente el 3,6% de la población activa. En Francia, la agricultura emplea a alrededor del 2,2%. En ambos países, la agricultura tiene un porcentaje relativamente pequeño. Los agricultores sólo representan el 2% de la población de la UE y el 1,4% del PIB europeo, pero son influyentes, porque hay en ellos algo atávico que enlaza con el corazón de Europa y la diosa Ceres, enterrada bajo redes y conexiones en la era digital. Sin embargo, la tecnificación y las políticas de sostenibilidad medioambiental de la vieja Europa no han acabado con los ritos y la esencia de los orígenes de la UE: vino, aceite, cereal, las verdades últimas del campo. 
Y mientras tanto, en el despacho del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un hombre trabaja. Luis Planas Puchades (Valencia, 1956). Consejero de Agricultura en Andalucía, representante de España ante la Unión Europea, seis años embajador en Marruecos, Planas es un hombre resolutivo, dialogante, sereno y pragmático, un político con experiencia, sin estridencias. Una de las primeras medidas que ha propiciado tras conocerse la nueva PAC para el periodo 2028-2024 ha sido el pago adicional de 100 millones de euros en concepto de ayuda básica a la renta para la sostenibilidad (ABRS) correspondiente a la campaña de la PAC 2024. Sacar la chequera genera siempre confianza y calma los ánimos. 

«El ministro Luis Planas tiene un ojo puesto en Bruselas y otro en Torre-Pacheco. El sector desaparecería sin inmigrantes»

Planas, astuto, buen conocedor de la mecánica de los gobiernos, se ha colocado del lado de los agricultores, pescadores y ganaderos y ha tachado de «insólitas» algunas de las propuestas recogidas en el borrador del presupuesto presentado por la Comisión. La PAC no es un privilegio sino una necesidad para el campo, ha dicho en entrevista a EFE. Sabe que el ambiente se va a calentar. A partir de septiembre, Planas se reunirá con los sectores agrario y pesquero, y con las comunidades autónomas para buscar una posición común de cara a las negociaciones que se abren en Bruselas. El ministro tiene un ojo puesto en Bruselas y otro en Torre-Pacheco. El sector desaparecería sin inmigrantes. En junio pasado, el 40% de las personas afiliadas al régimen especial agrario de los trabajadores por cuenta ajena eran extranjeros. Vox y el neofranquismo vuelven siempre como época. Prepárense a verlo esta vez subido a un tractor. Atentos.