Hay encuentros que indican que las cosas no debían ir tan mal. El 20 de febrero de 2008, el consejero de Innovación, Empresa y Empleo del Gobierno de Navarra, José María Roig, llega a Milagro para interesarse por las obras de ampliación del parque empresarial de Montehondo.
Roig forma parte del Gobierno foral comandado por UPN. A la reunión asisten el alcalde de la localidad, Esteban Garijo —también de UPN— y varios miembros de la Comisión de Industria, entre quienes se encuentra Santos Cerdán. Todos ellos apoyan la ampliación del polígono industrial a 1,5 millones de metros cuadrados.
Cerdán es entonces concejal por el PSN en su pequeña localidad natal, de unos 3.600 habitantes. Después de haber sido concejal entre 1999 y 2003, en ese momento encabeza la oposición tras haber protagonizado una campaña a cara de perro en las elecciones municipales de 2007.
Desde el PSN difundieron un documento entre sus vecinos en el que denunciaban un presunto abuso de poder por parte del alcalde para beneficiar a su mujer y sus hijos.
El nombre de su esposa “aparece como administradora única en unas empresas de compra-venta de inmuebles, y él como secretario de junta y accionista”, afirmó en aquel momento Santos Cerdán.
El concejal socialista afirmó que le parecía “bochornoso” que su rival político utilizara a sus hijos “como pantalla protectora”. “No denunciamos nada, sólo preguntamos si esto tiene algo que ver con que se quieran recalificar en Milagro 2,5 millones de metros cuadrados”, denunció.
Garijo anunció que emprendería acciones judiciales contra Cerdán y el PSN, aunque para ese momento ya había ganado en las urnas. Las municipales se saldaron con siete concejales para UPN y cuatro para los socialistas.
Milagro Servicios Integrales
Las elecciones se celebran en mayo. Y apenas medio año después, el 27 de diciembre de 2007, comienza sus operaciones la empresa Milagro Servicios Integrales S.L. En varias de las biografías periodísticas escritas hasta la fecha aparece el nombre de esta sociedad como la primera toma de contacto de Santos Cerdán en el mundo de los negocios.
Pero, realmente, Milagro Servicios Integrales S.L. es una empresa pública ligada al Ayuntamiento que tenía como objeto social el “mantenimiento de edificios municipales, incluida conserjería, obras y reparaciones en las vías públicas; jardinería y trabajadores agrícolas de comunal; gestión de entidades municipales en el ámbito de la cultura, la educación y el deporte; y prestación de servicios de mantenimiento y obras requeridos por terceros”.
Todo eso viene recogido en los registros. Es decir, se trata de una compañía creada para “poder contratar de manera más ágil” y ocuparse de «tareas corrientes» relacionadas con el municipio, según fuentes familiarizadas con el caso.
Su domicilio social se ubica en la calle Joaquín Corti, 1, la sede del Ayuntamiento de Milagro. Y en su organigrama figuran Esteban Garijo, el alcalde; Rafael Abad, su hombre de confianza; Alfredo Hernández Oscoz, histórico secretario del Ayuntamiento; César Hernández Lebrero, dueño de un negocio en Milagro; Eduardo García Hernández -de quien no hay información-… y el concejal Santos Cerdán.
El acalde, Esteban Garijo (centro), con Santos Cerdán a su derecha, en una imagen de 2010.
El entonces edil socialista ocupa un puesto como consejero de la mercantil, supuestamente como representante de la oposición en el Ayuntamiento. Pero no había más compañeros de partido con él en la estructura legal de la sociedad.
Fuentes políticas que vivieron de cerca aquella etapa señalan que Cerdán no pudo lucrarse de aquella actividad y que su constitución tenía una función meramente práctica.
La empresa fue fundada por el máximo representante de la corporación municipal. Aunque queda la duda de saber qué hacía allí Santos Cerdán si unos meses antes acusaba al alcalde de figurar en empresas, sembrando la duda de los vínculos de esas sociedades con la Administración.
En las siguientes elecciones, en 2011, Esteban Garijo renunció a presentarse como candidato, abandonó la política y dejó espacio a su compañera Yolanda Ibáñez, quien mantuvo la Alcaldía para UPN. Ibáñez decidió clausurar Milagro Servicios Integrales S.L.
Y entonces llegó Antxon
Para entonces, otro hombre se había cruzado en el camino de Esteban Garijo y Santos Cerdán. Se trata de un empresario venido de Elgoibar (Guipúzcoa) que responde al nombre de Antxon Alonso.
Éste, un principiante también en el mundo de los negocios, llegó a Navarra en 2006 con un proyecto urbanístico destinado a construir 1.300 viviendas en Milagro, una población que entonces tenía idéntico número de inmuebles.
Lo llamó “Ciudad de Vacaciones a orillas del río Aragón”. Aunque, realmente, lo que hay en esa ribera de este afluente del Ebro es un pueblito de casas bajas donde la mayor riqueza proviene de la producción de cereza.
Antxon Alonso había creado una promotora llamada Antal-Milagro, que no sólo preveía recalificar suelo no urbanizable de la vega del río para construir esas 1.300 casas, sino que además contemplaba la construcción de un museo temático sobre Navarra, un gran lago, zona deportiva y un área comercial y de ocio.
Al alcalde de UPN no le sonó mal la música. Pero al PSN, que votó en contra del proyecto por considerarlo poco sostenible, todo aquello le parecía un reflejo más de aquella España del pelotazo. Santos Cerdán encabezó su oposición.
Pero algo cambió a lo largo de aquel 2007. Antxon Alonso llevó su proyecto al salón inmobiliario que se celebró aquel año en Bilbao y Cerdán pasó de buenas a primeras de criticarlo a defenderlo. Ahí está tomada la foto en la que aparecen Alonso, Garijo y Cerdán que encabeza este reportaje.
“Santos y Garijo estaban enfrentados, pero entonces apareció Antxon y lo cambió todo. Éste convenció a Cerdán de los beneficios que podían tener esas operaciones urbanísticas y fue ahí cuando comenzó su relación”, señalan fuentes de la política local navarra de la época.
La ciudad de vacaciones fue finalmente desestimada, nunca se llegó a construir. Pero sirvió como esa anécdota curiosa que recuerda el inicio de una bonita amistad.
Un salto en su carrera
En 2011, por tercera vez, Santos Cerdán pierde las elecciones en Milagro. Esta vez, por una ajustada mayoría de seis concejales de UPN por cinco del PSN. Aunque los caprichos de la política le llevan por otros derroteros.
Al hombre que había trabajado como técnico de mantenimiento en una planta de fruta procesada y otra de verdura en su municipio natal, al concejal que no había salido de su pueblo sin obtener ningún éxito político, le espera en 2014 un escaño en el Parlamento foral de Navarra.
Ese mismo año María Chivite es elegida secretaria general del PSN y la estrategia de los socialistas pasa de apoyar mayorías de UPN a decantarse del lado de Bildu.
“En 2015 se marchó Yolanda Barcina [de UPN] y con ella desaparecieron todos los históricos. Fue entonces cuando surgieron personajes hasta entonces desconocidos en la política, como Santos Cerdán”, señala un empresario navarro muy bien conectado en la época.
Cerdán es clave a la hora de tejer esas alianzas con la izquierda abertzale, probablemente influenciado por Antxon Alonso, natural del mismo municipio de Arnaldo Otegi y nexo en las conversaciones con Bildu cuando Pedro Sánchez necesitó su apoyo para la moción de censura de 2017.
Santos Cerdán con Pedro Sánchez en 2015, dos años antes de que le ayudara a conseguir los votos de los socialistas navarros para ganar las primarias a Susana Díaz.
Servinabar
Desde la fallida operación en Milagro, Alonso había desaparecido de escena —en realidad, nunca hasta ahora ha estado en primer plano— con proyectos en otros países. Aunque en 2015, con la llegada al Gobierno de Navarra de Uxue Barkos —que encabeza un Ejecutivo nacionalista de Geroa Bai, apoyado por la izquierda independentista y Podemos— Alonso vuelve a la tierra.
Lo hace, según la UCO, al calor de Mina Muga, un proyecto de explotación minera entre Aragón y Navarra concedido a la sociedad de capital australiano Geoalcali, a la que Alonso le empieza a pasar facturas.
Para ello constituye Servinabar 2000 S.L., una pequeña empresa dedicada a actividades relacionadas con la construcción que fue ganando grandes contratos públicos de la mano de Acciona y de la que Santos Cerdán participaba en un 45%.
También entonces surge la cooperativa Noran, donde Alonso tiene como socio a Koldo García, entonces hombre para todo de este nuevo socialismo navarro que representa Santos Cerdán. En ese momento Koldo y Cerdán empiezan a estrechar su relación.
Durante el registro de la vivienda del administrador de Servinabar, Antxon Alonso, la UCO halló un contrato privado fechado en 2016, por el que vendía una participación del 45% de la empresa al exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
Ambos han asegurado ante el juez que nunca llegaron a hacer efectivo este contrato. Pero lo cierto es que el entorno directo de Santos Cerdán (su hermana y su cuñado) se benefició de los contratos que la constructora recibía de las Administraciones públicas, así como otros dirigentes vinculados al PSOE y al PNV.
La empresa de Antxon Alonso se benefició de la amistad que Koldo García y Santos Cerdán habían forjado con Fernando Merino, que en aquel momento era directivo de la constructora Acciona para Navarra y La Rioja.
Asociada en UTE con Acciona, la constructora Servinabar accedió a contratos públicos millonarios como el de la duplicación de los túneles de Belate, adjudicado en diciembre de 2023 por 76 millones de euros.
Como ha informado EL ESPAÑOL, gracias a estas adjudicaciones Servinabal se convirtió en el gran botín, la caja mágica de la que cobraron miembros del entorno más cercano de Cerdán.
Entre ellos, su hermana y su cuñado, el expresidente de la SEPI, Koldo García, la pareja de la presidenta navarra Uxue Barkos, la novia del exnúmero 2 del PSOE de Navarra, el exsecretario general de UPN…
La hermana del exnúmero 3 del PSOE, Belén Cerdán León, cobró de Servinabar 22.000 euros en 2020 trabajando como autónoma, tal como ha informado EL ESPAÑOL.
Luego se incorporó a la plantilla de la cooperativa Erkolan, que recibió otros 2587.000 euros de Servinabar por llevarle la contabilidad.
También el cuñado de Santos Cerdán, Antonio Muñoz Cano, cobró entre 2019 y 2022 un total de 61.699 euros de la constructora.
El expresidente de la SEPI, Vicente Fernández Guerrero (un hombre muy próximo a la exvicepresidenta María Jesús Montero), cobró cerca de 218.000 euros de Servinabar.
Del mismo modo, estuvo en nómina de de la constructora Diana Enériz Veisa, novia de Ramón Alzórriz, que hasta el pasado mes de junio fue vicesecretario general del PSOE de Navarra (PSN): se embolsó más de 100.000 euros en cuatro años.
Mientras, aquella otra crónica local de proyectos urbanísticos y empresas municipales había quedado ahí, olvidada en las memorias de un pueblo que no daba para tanto.
Esteban Garijo, que no ha querido aportar detalles a este reportaje, continuó con los negocios como representante de una empresa de carretillas.
Y Rafael Abad, el otro socio principal de Milagro Servicios Integrales S.L., prosiguió sin mucho éxito su vida política en el municipio como candidato de Navarra Suma —una coalición formada por Ciudadanos y UPN—, al tiempo que producía cerezas.
El hombre menos visible de aquella empresa municipal y el político más improbable de todos ellos fue el que hizo carrera. Hasta que intervino la Guardia Civil y destapó lo que había detrás de Servinabar y sus relaciones peligrosas.
Probablemente sus rivales —o no tanto— de la política municipal nunca pensaron en traspasar esa frontera que va de los negocios de una comarca a las influencias que conectan rápidamente dinero y política al más alto nivel. Cerdán incluso niega que participara en ello, aunque eso ahora lo deberá dictaminar un juez.