Este artículo necesita de un prólogo explicativo, como si fuese un libro, para que el lector sepa qué materia escurridiza y viscosa está leyendo. Allá va el introito, que merece ser recitado como la lista de lo que pudo ser y no fue.
El Valladolid Arena, con la cubierta del macropabellón, con zona de ocio y comercial, prolongándose hasta la de la zona Oeste del estadio, creando una nueva. El hotel que cerraría el fondo Sur. La galería comercial colocada junto al fondo Norte, en la zona de aparcamientos. El monumento a la afición diseñado por Cristóbal Gabarrón. La Ciudad Deportiva proyectada por Carlos Suárez, con subsede en Pinar de Jalón. La nueva Ciudad Deportiva proyectada por el grupo de Ronaldo (él no se enteraba de casi nada), con campos en el actual aparcamiento, el cual se desplazaba hasta el Real de la Feria. Una zona ajardinada que rodearía el estadio en forma de parque, obra del grupo municipal anterior. El Minibernabéu expuesto en infografía por el actual, antes de las elecciones municipales.
Todo esto se perdió como lágrimas en la lluvia, como dijo el replicante Roy Batty en Blade Runner. Una obra de ciencia-ficción. Como las de Zorrilla.
El estadio sólo ha vivido en sus 43 años, como mayores intervenciones, el cierre con palcos del fondo Norte para evitar las corrientes de aire en 1986, la retirada del foso en 2018 y el lavado de cara de su fachada en 2024.
Ahora la nueva propiedad de Ignite y Ben Oldman anuncia otra vez obras. Como a todos, hay que concederles credibilidad, hasta que el tiempo no la entierre. Según anunció Marca, los dueños del club planean cerrar el fondo Sur y dotar al estadio de un aspecto de bombonera que necesita tanto por estética como para que no haya lista de espera de abonados, cuando se ascienda. Con más de 30.000 espectadores, Zorrilla podría recibir 4 estrellas de la UEFA y ser escenario para fases de grupos de un Mundial. El de 2030 ya pasará de largo.
Otras actuaciones de la nueva dirigencia en el coliseo pucelano son la remodelación de los palcos privados ubicados en la tribuna Norte, considerados obsoletos; y el aprovechamiento del desocupado interior del estadio para crear en sus bajos zonas que den vida a diario a la instalación, con congresos y otro tipo de eventos, aprovechando el tirón del fútbol.
Los nuevos propietarios al menos se han puesto manos a la obra (en ambos sentidos) y ya han contactado con técnicos que han visitado la instalación para valorar sus posibilidades y la forma de acometer las actuaciones sobre la misma. Los primeros bocetos ya están en marcha. Ignite y Bel Oldman no contemplan crear una Ciudad Deportiva y se centran en el José Zorrilla.