Jude Bellingham ha confirmado una realidad: vuelve a estar cerca de su mejor versión. El centrocampista inglés firmó un brillante partido ante Albania, donde fue nombrado MVP y mostró esas cualidades que le han hecho marcar las diferencias en el Real Madrid. Rápido con el balón, inteligente en las combinaciones y generoso en el despliegue físico, dejó atrás su suplencia ante Serbia para confirmar una realidad: puede ser el dinamizador de juego que necesita Xabi Alonso.
Sin embargo, el paso de Bellingham por la selección inglesa ha sido realmente complicado. No hay ningún género de dudas que, junto a Harry Kane, el centrocampista del conjunto blanco es la gran estrella de los Pross. Por juego, por ascendencia sobre la plantilla y por nivel, es el jugador llamado a marcar el ritmo de juego del combinado británico. Pero algo pasa con Bellingham en Inglaterra: las críticas y los ataques infundados se han convertido en la norma con él.
Sorprendió a todo el mundo que el madridista, que volvía a una convocatoria con Inglaterra cinco meses después y tras ser operado de su hombro izquierdo, no fuera titular en el partido contra Serbia. Sin embargo, Thomas Tuchel lo explicó con normalidad: «Fue una decisión táctica. Sería injusto pedirle a Bellingham que entendiera los nuevos conceptos que introdujimos en el equipo, porque hemos cambiado la forma en la que presionamos en las dos últimas convocatorias».
El seleccionador confesaba que Bellingham necesitaba tiempo para adaptarse al nuevo estilo del equipo… pero extrañó lo sucedido en el minuto 65, cuando entró al césped. Parte de Wembley pitó al jugador al ingresar al campo. ¿Qué estaba pasando? El problema vino después, contra Albania. Jude sí jugó de inicio, pero fue sustituido en el 84′ tras firmar un partidazo. Y ahí sí cometió un ¿error?, que fue mostrar su enfado por ser cambiado, con una expresión corporal que delataba malestar.
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Salió sin faltar al respeto a nadie y sin malas palabras, pero sí con mala cara, que confirmaba que no le había gustado irse del campo. Estaba contrariado. Pero parte de la prensa británica le estaba esperando y, en rueda de prensa, le preguntaron a Tuchel sobre unos aspavientos y una no celebración de gol que no sucedieron. El problema es que el técnico le dio credibilidad: «Lo revisaré, pero esa no es la imagen que queremos transmitir, todos deben aceptar las decisiones».
El caso ha hecho correr muchos ríos de tinta en Inglaterra. Tanto que, incluso exjugadores históricos como Ian Wright, han salido en su defensa: «Tienen que crear esta historia porque no hay nada más de lo que hablar hasta el Mundial, así que todos estos meses van a ser así. Ellos odian que no pueden llegar a él. Odian que no pueden influir negativamente en su carrera en su club como han hecho con tantos otros. Es un gran chico joven con talento y con amor en abundancia«. Casi nada.
Una situación de la que aprender
A pesar del mal trago, lo sucedido puede tener una lectura positiva para Bellingham y es que es preferible no entrar en esas guerras, pues solo le pueden perjudicar al jugador. Lo ocurrido con Vinícius y su cambio en el Clásico es el mejor y más cercano ejemplo para el inglés, mucho más cuando toma repercusión. Lo importante es demostrar sobre el césped lo que puede ofrecer y evitar polémicas con el entrenador, máxime cuando se trata de un jugador fundamental.
Pero, más allá de lo extradeportivo, la mejor lectura que puede sacar Bellingham es con el balón de por medio. Con Inglaterra juega mucho más como mediocentro posicional, aunque el hecho de hacerlo con otros dos futbolistas del mismo corte le permite soltarse mucho más en ataque para aprovechar su capacidad para filtrar últimos pases y esa llegada desde segunda línea que tantos buenos resultados le ha dado. Eso sí, con Tuchel lo hace volcado hacia la izquierda.
En el Madrid, sin embargo, los mapas de calor de los últimos partidos confirman que su zona de influencia es mucho más amplia y con más llegada al área, donde en muchas ocasiones aparece como nueve. Pero, con ello, la capacidad de sorpresa de Bellingham se disipa: para llegar al gol, es mucho más efectivo que aparezca desde segunda línea a que esté dentro del área como si se tratara de un rematador. Llegar con el timing perfecto le hace más peligroso.
Desde su vuelta, Bellingham está recuperando esa versión tan brillante que se vio mermada por sus problemas de hombro. Pero también ha entendido con Inglaterra que puede desempeñarse como ese volante puro que brille en la construcción, eso que, de hecho, tanto echa de menos el Real Madrid. Si es capaz de trasladar esa manera de jugar con Inglaterra al equipo blanco, podría encontrar mejor acople en el equipo y dar una solución a los problemas de creación de juego.
La mejor noticia para Jude Bellingham es que, con Inglaterra, empieza a demostrar que puede jugar como creador de juego sin perder esa presencia en tres cuartos de campo. La ventaja para el británico es que, a pesar de ser un jugador consagrado, tan solo tiene 22 años, por lo que su capacidad de seguir mejorando y creciendo es evidente. Es el momento de demostrar que, tras el complicado parón de selecciones, Bellingham ha aprendido elementos para aplicar en el Madrid.
Jude Bellingham ha confirmado una realidad: vuelve a estar cerca de su mejor versión. El centrocampista inglés firmó un brillante partido ante Albania, donde fue nombrado MVP y mostró esas cualidades que le han hecho marcar las diferencias en el Real Madrid. Rápido con el balón, inteligente en las combinaciones y generoso en el despliegue físico, dejó atrás su suplencia ante Serbia para confirmar una realidad: puede ser el dinamizador de juego que necesita Xabi Alonso.