La casa familiar del cantante de country Kane Brown es casi tan grande como su lista de éxitos: cuenta con polideportivo, cancha de baloncesto y hasta con una casa-sala de juegos anexa.
Es fácil imaginar que Katelyn y Kane Brown buscan privacidad. Su casa, ubicada en Tennessee, queda completamente oculta al final de un camino privado y rodeada por más de 10,5 hectáreas de bosque que se abren, a su vez, a otras 200 hectáreas de naturaleza. Pero basta escuchar a Kane hablar de su sueño de crear “un pequeño vecindario” de casas prefabricadas para amigos y familiares para entender que este refugio no está pensado para aislarse del mundo. Con la casa de la piscina y una nueva habitación con literas como prueba, la verdadera intención se hace notar: atraer y acoger a los suyos. Kane lo llama un complejo, entre broma y verdad, y lo cierto es que este rincón en el bosque está ideado para compartirse.

El cantante Kane Brown y su mujer, Katelyn Jae, posan con su perro en la sala de estar. Katelyn bromea diciendo que deberían contratar a alguien para que llevara el mostrador de recepción, debido a la cantidad de invitados que se alojan regularmente. Los amigos se quedan todo el tiempo, incluso los que viven a 15 minutos de distancia.
© Justin March
“Acabo de instalar un surtidor de gasolina”, cuenta Kane. Suena extravagante, pero para él es prácticamente una necesidad. Colecciona varios coches que funcionan con E85 –un tipo de gasolina de origen vegetal–, incluido un Mustang con un depósito de 38 litros. Y la gasolinera más cercana con este tipo de combustible está a unos 19 kilómetros. Así que, solución fácil: tener un surtidor propio.
El detalle da una idea de la escala del universo que Katelyn y Kane han construido –y siguen ampliando– en los últimos siete años. Tienen prácticamente todo lo que necesitan en Whites Creek, a unos 20 minutos de Nashville, y su objetivo es claro: que la gente se sienta más que bienvenida.

Un polideportivo conocido como «el granero» cuenta con una cancha de baloncesto, un gimnasio y un garaje para la colección de coches de Kane. Situado en lo alto de la colina, es lo bastante grande como para que los repartidores a veces no estén seguros de cuál es su casa. «Les decimos: ‘¡Es nuestro vecino de la calle de arriba!», bromea Katelyn.
© Justin MarchCon todo lujo de detalles
La propiedad es enorme, sí, pero está pensada al milímetro para su estilo de vida. Más grande incluso que la casa principal, un edificio independiente de unos 1.060 m2 –al que llaman “el granero”– alberga una cancha de baloncesto y un local de ensayo con espacio suficiente para aparcar autobuses de gira. Hay un gimnasio con sauna, una sala de videojuegos, un estudio de grabación y hasta una glam room para cuando la cámara está a punto.
Los niños estudian en casa y tienen su propia aula, además de una casa de juegos exterior tan equipada que podría pasar por una vivienda pequeña: tienda en un extremo, escenario en el otro. Un hogar a gran escala, diseñado para disfrutarse en compañía.