Madrid
La jefa de gobierno de Dinamarca, Mette Frederiksen, admite que la caída en el apoyo a los socialdemócratas ha sido «mayor de lo esperado» después de que su partido haya sufrido derrotas aplastantes en toda Dinamarca y haya perdido el control de Copenhague por primera vez en más de 100 años.
Aunque siguen siendo el partido más grande de centroizquierda, han perdido cinco puntos generales en las elecciones municipales y regionales, bajando a poco más de un 23% de los apoyos, frente al 28,5% que tenían en las últimas.
Allí también el Partido Popular, que es de extrema derecha, ha subido, aunque solo ligeramente. El Partido Popular gobierna coaligado con los socialdemócratas en el gobierno nacional. Entre medias, está el asunto de por qué la primera ministra nombró como candidata a la alcaldía de Copenhague a su amiga personal Pernille Rosenkrantz, cuyo tirón popular es cercano a cero. Así que, con ese escenario, el partido socialdemócrata ha perdido la alcaldía de la capital, que ostentaba desde hace un siglo sin que nadie siquiera se le acercara en cifras para echarles del poder.
¿Y quién ha ganado? Pues la alcaldía volverá a tener una mujer, pero es de la izquierda de los verdes. Allí se llaman Partido Popular Socialista, pero en realidad son los verdes, que obtuvieron el 17,9% de los votos y han hecho historia.
La primera ministra, con aspecto alicaído, ha reconocido que han sufrido una histórica derrota, que esperaban recuperarse, pero han registrado un declive aún mayor de lo previsto y anuncia que ahora analizarán el porqué de esta derrota.
Frederiksen ha achacado la caída al aumento de los precios de la cesta de la compra y al desequilibrio entre zonas rurales y urbanas como causas de la derrota, y apostilla que los delitos cometidos por inmigrantes también han pasado factura a su partido, que mantiene una posición intransigente sobre la inmigración a pesar de su ideología social de izquierdas.
Además de Copenhague, los socialdemócratas también han sufrido derrotas en los antiguos municipios seguros de Frederikshavn, Fredericia, Gladsaxe y Holstebro.
Si bien la izquierda no obtuvo los resultados esperados en Copenhague (se esperaba una victoria aplastante), los resultados significan que, por primera vez desde 1938, cuando se introdujo el sistema actual, la ciudad no tendrá un alcalde socialdemócrata.
Entre las razones citadas por los analistas para explicar el declive de los socialdemócratas en Copenhague se menciona el cansancio de los votantes por las políticas de línea dura del primer ministro en temas como la integración y la inmigración.