Este metaanálisis es sólido y relevante ya que sintetiza las evidencias existentes a partir de datos observacionales contemporáneos (2009-2024) sobre la ganancia de peso durante el embarazo (GWG por sus siglas en inglés) de 1,6 millones de gestantes pertenecientes a diversas regiones del mundo. Lo hace aplicando métodos sistemáticos y prerregistrados: búsqueda exhaustiva, evaluación por duplicado y análisis con modelos de efectos aleatorios, sensibilidad y evaluación de sesgo. Además, relacionan sus conclusiones con las recomendaciones hechas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos (IOM, por sus siglas en inglés), pretendiendo ayudar a optimizar los criterios de actuación y los estándares para mejorar los resultados perinatales relacionados con la GWG de las embarazadas de todo el mundo.

Sus hallazgos mostraron que las consecuencias del aumento de peso durante el embarazo por encima de las recomendaciones fueron asociadas a mayor riesgo de cesárea, preeclampsia, recién nacidos grandes para su edad gestacional, macrosomía e ingreso en UCI neonatal. El caso contrario, es decir, la ganancia de peso durante el embarazo por debajo de lo recomendado, fue relacionada con un mayor riesgo de prematuridad, recién nacidos pequeños para su edad gestacional y bajo peso. Todas estas consecuencias son congruentes con estudios previos y datos de pacientes individuales, y amplían la evidencia al incluir más regiones y resultados neonatales como los factores como el distrés respiratorio o las admisiones en UCI neonatal.

Una de las limitaciones importantes de este metaanálisis es que los datos son agregados, es decir, no están registrados paciente a paciente. También ocurre que muchas series carecen de covariables claves estratificadas, como serían el tabaquismo, la paridad o la etnia, lo cual impide una metarregresión y conduce a la posibilidad de confusión residual y causalidad inversa como, por ejemplo, que un parto prematuro acorta el tiempo para ganar peso o que la preeclampsia produce edema que provoca un incremento del peso. Además, la representación geográfica es incompleta, ya que sigue sin haber estudios hechos en África o la heterogeneidad en Asia por distintos cortes de índice de masa corporal (IMC), lo cual limita la generalización y justifica la iniciativa de la OMS para crear estándares globales fundados en bases de datos individuales más representativos.

La observación de que las guías de la IOM clásicas proceden de poblaciones predominantemente blancas y de los años 1980 es una crítica válida y explicativa (esas guías se basaron en cohortes con IMC y edad materna menores y con una diversidad escasa). Este trabajo muestra que las asociaciones básicas entre la ganancia de peso durante el embarazo y los resultados de la gestación se mantienen en poblaciones contemporáneas y más diversas, pero también subraya la necesidad de actualizar umbrales y adaptar recomendaciones por región/etnia.

Las implicaciones que puede haber para la salud pública podrían ser: reforzar el cribado y la monitorización de la ganancia de peso gestacional como indicador clínico útil; priorizar intervenciones basadas en el estilo de vida, como podría ser hacer recomendaciones sobre la alimentación, la actividad física o el apoyo psicosocial, dirigidas a prevenir tanto el exceso como el déficit de ganancia de peso en el embarazo, y promover que la OMS finalice las recomendaciones, teniendo estándares globales basados en datos individuales y representativos que permitan orientar políticas y programas en poblaciones y contextos diversos.

No hay un cálculo exacto que relacione el coste de las consecuencias económicas de los neonatos con problemas derivados de la ganancia de peso durante el embarazo, tanto por encima como por debajo de las recomendaciones, pero se puede hacer una estimación razonable con los datos existentes y señalar qué es más coste-efectivo en términos de sistema sanitario.

Según el Ministerio de Sanidad español, el coste medio de hospitalización para un neonato de muy bajo peso (500-1.000g) es de 52.508,5 € por ingreso. Otro estudio señala que tratar bebés prematuros (muy inmaduros) es uno de los procesos más caros del Sistema Nacional de Salud. Además, eventos obstétricos como partos prematuros entre 28 y 32 semanas tienen un coste medio por paciente (neonatal) de aproximadamente 44.709 € según un análisis de costes obstétricos/neonatales. El coste para el sistema público por tener que tratar neonatos con complicaciones derivadas del sobrecrecimiento fetal, como por ejemplo macrosomía, ingreso UCI o intervenciones necesarias, puede ser muy alto por cada caso grave, por lo que implicaría decenas de miles de euros por neonato sumando su estancia en UCI, el tratamiento, y su seguimiento. Si se redujera solo una parte de los casos graves que sean consecuencia de la GWG, (que quizás no son muy elevados) a través de un mejor control materno, el ahorro podría ser significativo. Por lo tanto, se podría concluir que las intervenciones para controlar la ganancia de peso durante el embarazo tendrían un coste, pero resultarían mucho más baratas por mujer que el coste de atención de un neonato o su madre con complicaciones graves.