El hormigón es el material más común en construcción, pero lejos de pasar desapercibido como un material humilde, arquitectos e investigadores están otorgándole un papel principal en las nuevas construcciones. Ejemplo de ello es esta iglesia española premiada a nivel internacional.
Cuatro bloques de hormigón visto confieren a este edificio una imagen como si la propia naturaleza hubiera formado unas rocas sagradas en la zona. Solo el entorno urbano que le rodea rompe con el misticismo de esta construcción.
Esta iglesia de estilo brutalista es obra del arquitecto canario Fernando Menis, se trata de la Iglesia y el Centro Comunitario del Santísimo Redentor de Las Chumberas en La Laguna (Tenerife) que ha sido distinguida con el World Building of the Year, máximo galardón del World Architecture Festival (WAF) 2025.

Iglesia y Centro Comunitario del Santo Redentor de Las Chumberas
Fernando Menis
Omicrono
La construcción del edificio, principalmente de hormigón y piedra volcánica, con pequeños detalles metálicos, no solo busca impresionar a la vista, también al resto de sentidos. Su diseño consigue crear un juego de luces que van cambiando a lo largo del día y ofrecer una experiencia acústica digna de un templo.
El centro se encuentra en la Laguna, en la isla de Tenerife, e incluye un centro parroquial y una plaza pública que contrasta con la vegetación que le rodea, así como los edificios vecinos, un polígono de 670 viviendas de los años 70.

La construcción se extendió a lo largo de 15 años y coincidió con la misma edificación del barrio en el que se asienta y que tiene parte de responsabilidad en la iniciativa del proyecto, junto con el Obispado de Tenerife.
Hormigón visto y piedra volcánica
El conjunto está formado por cuatro módulos independientes y se fueron entregando por fases. La primera fase fue el centro parroquial, alojado en dos volúmenes. Este se empezó a usar en 2008. Precisamente el mismo año que se estrenó en la península otro icono de la arquitectura brutalista, la casa Hemersocopium del arquitecto Antón García-Abril quien también usó el hormigón como material principal.
El diseño se ha inspirado en la geología volcánica de la isla en la que se encuentra. Su apariencia de cuatro rocas enormes incrustadas en el suelo y la textura rugosa del hormigón visto contrasta de forma dura con el entorno residencial que le rodea.

Iglesia y Centro Comunitario del Santo Redentor de Las Chumberas
Fernando Menis
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Entre los volúmenes robustos se abren fracturas por las que atraviesa la luz al interior. Estas grietas se han blindado con estructuras de vidrio y metálicas que responden al estilo escultórico de todo el conjunto.
Los únicos detalles que el arquitecto se ha permitido integrar con esos grandes bloques de hormigón son el enrejado que protege el interior entre cada bloque y las puertas internas. Siguiendo el estilo brutalista, dentro de la iglesia, unas parrillas de gran tamaño y rellenas de pedruscos forman las puertas.
Luz y sonido celestial
La luz de día se filtra por estas aberturas e ilumina todo el interior austero y tosco, el arquitecto quiso mantener la idea de simplicidad y minimalismo para no restarle protagonismo a la propia arquitectura. La dirección de la luz, según las horas, es parte del juego. Por la mañana, los rayos de Sol atraviesan la cruz tallada en la pared iluminando el espacio detrás del altar hasta llegar a la pila bautismal.

Iglesia y Centro Comunitario del Santo Redentor de Las Chumberas
Fernando Menis
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El resto del día hay horas clave en las que el sol vuelve a colarse de lleno por otra de sus rendijas. A mediodía la luz cae en picado por el tejado iluminando los bancos. Por la tarde, se ilumina el confesionario y a última hora la parte trasera.
El uso del hormigón no es simplemente estético, Menis reivindica en sus proyectos el principio de la «arquitectura de kilómetro cero», por lo que este material tiene múltiples propósitos.
Por un lado, es un elemento accesible a nivel local, con constructores cercanos. Además, este elemento facilita la eficiencia energética del hormigón, debido a su naturaleza isotrópica, la cual se ve reforzada aquí por la inercia térmica de los gruesos muros macizos
Por otro lado, defiende el arquitecto el potencial acústico del mismo, desafiando la creencia de que es inferior acústicamente a materiales como la madera. Para la difusión se utiliza hormigón visto sencillo, pero para la absorción el sonido se emplea el hormigón visto mezclado con piedra volcánica local. «La acústica resultante se adapta al canto, al coro y al habla», explica en su web.

Iglesia y Centro Comunitario del Santo Redentor de Las Chumberas
Fernando Menis
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Este nuevo reconocimiento se suma a otros premios obtenidos por la obra de Menin, entre los que destacan el Premio Frate Sole de Arquitectura Sacra 2024 y el Premio Internacional de Arquitectura Religiosa Faith & Form 2022, otorgado por el American Institute of Architects (AIA). El proyecto también resultó ganador en la categoría Civic and Community y recibió el premio especial Small Project, convirtiéndose en la obra más reconocida en la 17 edición del WAF.