El Madrid afrontaba una situación delicada, debía ganar sí o sí y seguir creciendo, recuperar a jugadores. E hizo más algunas cosas que otras, pero venció metiendo 100 puntos (100-99) en un final eléctrico, con un último cuarto que se cerró con un escandaloso 38-37. Pocos recordarán algo igual: alcanzar la centena con solo dos triples (de 9 intentos, un 22%), aunque con 33 de 54 de dos y 28 de 33 tiros libres.
Hasta cuatro jugadores superaron los 20 de valoración: Maledon (25 puntos con 11 libres sin fallo y 5 asistencias, 34 créditos), Campazzo (20+4 para 25), Lyles (21+5 y 22, aunque con dificultades atrás) y Tavares (12+11 y 25). Y encajó 99 sin mala defensa colectiva; la cuestión fue que Sylvain Francisco, exbase del Manresa, completó una de las exhibiciones de su vida: 33 tantos (7 de 9 en triples) y 11 asistencias para 37 de valoración. Terminó eliminado, a falta de 2,5 segundos, con el Movistar Arena aplaudiéndolo con pleitesía tras su colosal demostración.
Facundo Campazzo, en una de sus acrobáticas penetraciones, en esta ocasión con la mano izquierda.DANI SANCHEZ
En el ecuador del pulso, la sensación era de renta escasa del Madrid: 43-37. Había hecho muchas cosas bien, con Campazzo arrancando como un cohete, Maledon igualmente certero, Tavares levantando un muro atrás y Lyles clavando algún tiro difícil… Momentos de inspiración individual y bastante buena defensa, con un tramo de recuperaciones y salidas lanzadas al galope después de cuatro robos de Andrés Feliz.
Sin embargo, el baloncesto merengue no estuvo exento de vaivenes, con algún momento de penuria en el ataque estático. En el tiro de tres, nada de nada. Ni en el acierto ni en los intentos: 0 de 4, esa arma no existía, registros de la década de los 80 al poco de poner la línea, cuando estaba medio metro más cerca de la canasta.
En el Zalgiris, Francisco y Wright eran controlados de partida y solo asomaba la cabeza Dustin Sleva (ex del UCAM) tras aprovechar algún despiste de Lyles. Su media del 40% en triples bajaba al 28% (para concluir con un ¡44%!). Williams-Goss se había quedado en casa, lleva varias semanas lesionado, y Butkevicius sufrió un problema muscular durante el choque. La clase interior la ponía Azuolas Tubelis.
Campazzo firmó un inicio genial porque rompía con bote tras bloqueo (o sin él) y el cinco lituano no le cerraba el camino, sino que caía hasta casi debajo del aro para evitar que Tavares recibiera en la continuación. El argentino se forró a soltar bombitas. En los seis primeros minutos, 12 puntos. Luego apareció Maledon, sus penetraciones y faltas forzadas. Y del +12 (28-16) al atasco (33-31).
Theo Maledon carga contra la defensa de Sylvain Francisco.
DANI SANCHEZ
En la reanudación, crecida verde, la del prometedor Tubelis, que volvía loco a Lyles. Scariolo recurría a Hezonja, que pronto cometía su cuarta falta (y luego Abalde, cuatro). Los de Tomas Masiulis se veían siete arriba (49-56) y los blancos venían de más de tres minutos sin anotar, justo después de embocar su primer triple (Abalde) al sexto intento. Con Maledon, las cargas de Feliz y su defensa, el Real igualó el pulso. Y así, en el alambre y con alternativas constantes, comenzó el tramo de la verdad. Francisco andaba on fire, Tubelis seguía haciendo mucha pupa, Wright aparecía y, enfrente, buen relevo de Garuba, Feliz sin dejar de percutir y Maledon pegaba un acelerón al que se añadía Campazzo, los dos juntos: 89-81 a 140 segundos de la bocina.
Aquí hay tomate
Y no, no era la sentencia, quedaba tomate por delante, un final demencial. Triple de Sleva, triple de Ulanovas, canastón del Facu y nuevo triplazo de Francisco: 91-90. Maledon regalaba a la grada uno de sus extraordinarios 2+1 y, a continuación, le pedía a su técnico que pidiera la revisión en vídeo por un balón que se fue fuera. La repetición parecía indicar que estaba en lo cierto, que el último en tocar había sido Tubelis, pero los árbitros dudaron y mantuvieron la decisión inicial.
Restaba un minuto, Ulanovas replicaba con un 2+1 (94-93), la marraba Lyles y Lo, en el ataque crítico, le daba un manotazo a Campazzo tan tonto como evidentísimo. Falta, técnica al base alemán por la protesta y técnica al banquillo, y dos libres más para Lyles: 98-93 y 14 segundos… Pues tampoco estaba resuelto: supertriple de Francisco, Lyles en bandeja y otra de tres estratosférica del base francés de Zalgiris, amigo de Maledon. Restaba 2,5 segundos, Campazzo recibía la falta rápida. Erraba el primero y lanzaba a fallar el segundo, se quitaba a tiempo para no hacer falta y Brazdeikis no acertaba de campo a campo para cerrar un final de los que dan calambre, por la tensión, la energía y la catarata de puntos.
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