El tenista suizo Roger Federer, una de las grandes leyendas de la historia del tenis, ha concedido una extensa entrevista al medio suizo Tages Anzeiger después de confirmarse su entrada en 2026 en el Salón de la Fama del Tenis en reconocimiento a su carrera y tras ser considera por muchos como uno de los mejores tenistas de la historia, e incluso el mejor.

Federer asegura que su camino en el tenis ha sido más fácil de lo que esperaba. “Creo el camino al Salón de la Fama ha sido más fácil de lo que pensaba. Nunca habría creído que entraría en el Salón de la Fama o que ganaría Wimbledon. Sólo esperada dar el salto al circuito profesional. Esperaba que no fuese un error dejar el colegio a los 16 años. Pero todo fue más fácil y rápido de lo que pensaba. También he tenido mis dificultades y contratiempos”

Un Federer que también se mostró muy sincero a la hora de confesar que no cambiaría nada de lo vivido en su carrera profesional. “No cambiaría nada de lo que hice, me gustaría vivirlo todo de nuevo, con sus altibajos. Todas esas experiencias me han hecho la persona que soy. Nunca intenté pretender ser alguien, excepto en la pista, donde ponía cara de póker para protegerme de mis rivales. Pero más allá siempre he intentado ser auténtico, en el éxito y en la derrota. Ha sido un viaje maravilloso. A veces duro, otras emocional, pero he vivido todas las emociones”.

El tenista de Basilea también relató que su etapa más dura en el tenis fue el paso de junior a profesionales y la seriedad en el circuito. “Lo más difícil de todo para mí fue el paso de juniors a profesionales. Al principio era precioso, porque de repente coincidías en el vestuario con Pete Sampras, Andre Agassi, Tim Henman, Yevgeny Kafelnikov, Carlos Moyà y otros. Y pensaba: ‘¡Esto es lo mejor!” Pero entonces todo se puso serio. Un chaval enrolla su grip en su raqueta con cara de pocos amigos y piensas: ‘¡Oh, Dios mío, qué intenso!’ Otro camina a tu lado sin mirarte y piensas: ‘¡Me quiere ganar a toda costa! ¿Es tan importante?’ Esa fase fue muy dura para mí. Cuando viajas mucho, pierdes con frecuencia y acabas saturado emocionalmente piensas: ‘No he leído la letra pequeña del contrato’. No fueron todos los partidos divertidos. Eso fue serio para mí. De los 18 a los 20-21 años fueron duros para mí. Después ya no me volvió a pasar. Empecé a tener buenas expectativas, y tenía a Mirka (Vavrinec, su mujer) ya en mi equipo. Siempre nos divertíamos. Cuando las cosas se ponían serias, bromeábamos más de lo normal y todo esta bien de nuevo».

Un Federer que también agradece la comprensión de sus padres al no entrometerse en sus inicios, algo que el propio Federer quiere aplicarse con su hijo Leo. “Aprendí mucho de mis padres durante mi carrera. No se entrometían si no hacían falta. Me llamaban a mi entrenador y a mí para preguntar qué tal y cuando les decíamos que iba todo bien no se metían. No recuerdo que me fueran a visitar cuando entrené con la Federación Suiza, y les pregunté luego si habían ido alguna vez. “Dos o tres veces”, me dijeron. Y eso en dos años. Ahora estoy intentando hacer un ambiente ideal para mi hijo Leo, de once años. Me veo más de gestor que de entrenador de Leo. No le he presionado, pero desde hace un año quiere jugar más al tenis e intento que lo haga. A su edad necesita entrenamientos y partidos, y quiero que Leo tenga buenos entrenadores y compañeros para entrenar. Creo que lo está haciendo genial y ya ha competido en algún torneo. Me ilusiona mucho apoyarle y no me importan sus resultados, sino que se divierta y progrese. Mi consejo es confiar en los entrenadores. Con Leo me dicen ‘Aunque estés en un segundo plano, tienes que saber qué está pasando’”

Tras su retirada Federer asegura que ya ha vuelto a jugar al tenis después de hacer rehabilitación y de probar otras disciplinas como el pilates o el golf. “Después de retirarme hice mucha rehabilitación. He seguido entrenando pero no he jugado tanto al tenis para proteger mi rodilla. He hecho pilates y estoy probando con el golf, y no sentí dolor. Y por eso empecé a jugar al golf. Creo que lo que estoy aprendiendo en el golf me puede beneficiar en un futuro. Es como montar en bicicleta o nadar, nunca se olvida. Ahora juego más al tenis porque me siento mejor de la rodilla. He jugado en verano con Ivo Heuberger y también con mis hijos. Mi objetivo es poder jugar algunas exhibiciones y quizás ocurra en 2026. Estoy entrenando de cara a final de año. Debería llamar a Pierre Paganini (su primer entrenador) y decirle: ‘¿Qué tengo que hacer ahora? Que se me ha olvidado’. Creo que le llamaré la semana que viene.

El suizo también dejó la puerta abierta a realizar una gira de exhibición con Rafa Nadal y ayudar así a una buena causa. “Sería genial hacer una gira de exhibición con Rafa Nadal. Si ahora jugásemos partidos de exhibición tras nuestras carreras tendríamos más tiempo y no deberíamos tener prisa de cara al siguiente proyecto. Podríamos hacerlo por una buena causa, recaudando fondos para mi fundación e inspirando a los niños. Aún no tenemos nada planeado pero podrían surgir cosas muy interesantes”

Federer también quiso recordar su inspirador discurso en la Universidad de Dartmouth y no dudó en comparar al tenis con el boxeo y la capacidad de resistencia. “La capacidad de afrontar los errores, las derrotas y las decepciones forjan a los campeones. Así es el tenis también, siempre pendes de un hilo. Pasas de ‘¡Qué golpe, estoy imparable hoy!’ a cometer dos errores y perder toda la confianza. Es importante transmitir a los niños la inseguridad que también sentimos nosotros. La presión en el tenis es muy grandes y lo importante es cuántos golpes puedes aguantar, como un boxeador. Recibir un golpe y seguir adelante. Los intentas esquivar pero alguno te dará. No te duelen físicamente, pero en el tenis tienes que tener esa mentalidad de boxeador: encajar golpes y levantarte una y otra vez”.

En la entrevista Federer también confesó que hay un partido que sí que le gustaría haber ganado y se le escapó. “Me gustaría volver a jugar la final del US Open 2009 contra Juan Martín del Potro. Debí haber ganado ese partido. Tuve dolores de espalda en el calentamiento y luego fallé muchos golpes. Además, Del Potro puso fin a mi racha de victorias en el US Open después de cinco títulos seguidos, al igual que me pasó en Wimbledon en 2008. Cuando tenía que defender una racha, el partido era aún más importante. Pero en Wimbledon tenía que pasar, porque Nadal se lo merecía muchísimo. ‘Está bien’, pensé. Pero ante Del Potro debería haber ganado”.

Un Federer que, sin embargo, restó importancia a la dura derrota que sufrió ante Djokovic en la agónica final de Wimbledon 2019: “No me preocupó mucho, no sé por qué. Quizás porque estaban los niños o porque le gané a Nadal en la semifinal. Entonces pensé: ‘Ya pasó, he hecho un gran torneo y ha sido una pena haber perdido’. Lo analicé con objetividad, y aunque lo recordé los días posteriores, nunca más me obsesioné con ello. Para mí no fue una derrota traumática. Pensé: ‘A partir de ahora, será un buen recuerdo’. No lo merecía porque había jugado muy bien, pero cuando volví a casa los niños vinieron corriendo hacia mí. Tras relajarme, bajé al salón, donde había cerca de 30 personas y pasamos una gran noche”.

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Por último Federer habló de la rivalidad que ha mantenido con Nadal y Djokovic a lo largo de su carrera y los capítulos que han dado para repasar juntos en un futuro. “Me imagino sentarme con Djokovic y Nadal repasando nuestras carreras. Rivalidades como las nuestras crean un vínculo enorme. Ahora lo veo de forma distinta a antes. Novak aún no lo entiende y Nadal lo va asimilando poco a poco. Cuando estás en activo, como Djokovic, no puedes pensar en ello como yo. Cuanto más tiempo pasa, menos te identificas como tenista y ves más el panorama general. Puedo haberme tomado algo muy a pecho y luego no acordarme. Me encantaría sentarme a charlar con Djokovic y Nadal sobre los viejos tiempos”.

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