El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha desvelado un hallazgo crucial que podría redefinir la manera en que se interpreta la mamografía. Un equipo de investigadores, liderado desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER-ISCIII), ha publicado en la prestigiosa revista Breast Cancer Research un estudio que sugiere que la densidad mamográfica, un conocido factor de riesgo, también podría funcionar como un marcador pronóstico para el cáncer de mama.
El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente entre las mujeres en España, siendo responsable de cerca del 30 % de todos los cánceres femeninos. No obstante, bajo la misma etiqueta se agrupan distintos subtipos moleculares que exhiben comportamientos y pronósticos notablemente diversos.
Más allá del riesgo
La densidad mamográfica es un concepto clave en la radiología oncológica. Refleja la proporción de tejido fibroglandular en contraposición al tejido graso dentro de la mama. Si bien se ha establecido desde hace tiempo que una alta densidad es un importante factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad, el objetivo central de esta nueva investigación fue determinar si esta densidad podría influir de forma diferenciada en la aparición de los distintos subtipos tumorales.
Los subtipos de cáncer de mama analizados por los investigadores incluyen el subtipo con receptores hormonales (HR+), generalmente el que presenta un mejor pronóstico; el subtipo con receptor del factor de crecimiento epidérmico (HER2+), un perfil tumoral que tiende a ser más agresivo y el subtipo triple negativo, que carece de receptores hormonales y del receptor HER2, y por lo general, se le atribuye el peor pronóstico.
Una cohorte española de 714 pacientes
El trabajo, liderado por la investigadora del CNE Virginia Lope, se basó en la evaluación de 714 pacientes que fueron diagnosticadas con cáncer de mama entre los años 2014 y 2019. Este amplio esfuerzo de colaboración incluyó a ocho centros hospitalarios dispersos en cuatro comunidades autónomas españolas.
Para obtener resultados detallados, el equipo recopiló información exhaustiva como datos epidemiológicos, clínicos y de anatomía patológica, obtenidos mediante cuestionarios específicos a las participantes y la revisión minuciosa de sus historias clínicas.
En la cohorte total estudiada, la densidad mamográfica media observada fue del 26 %. Respecto a la distribución de los tipos de tumores, el 69 % de las participantes presentó tumores HR+, el 19 % correspondió al subtipo HER2+, y el 12 % fue diagnosticado con el temido subtipo triple negativo.
La alta densidad y el cambio de patrón tumoral
Los hallazgos de la investigación son contundentes y establecen una relación de causalidad que va más allá del riesgo general. Los resultados sugieren que una mayor densidad mamográfica podría estar asociada directamente con el desarrollo de tipos tumorales más agresivos.
Cuando los investigadores se enfocaron en el grupo de mujeres con una densidad mamográfica superior al 50 %, observaron una clara inversión en la distribución de los subtipos. Este grupo de alta densidad presentó un menor porcentaje de tumores HR+, mientras que el porcentaje de tumores HER2+ fue un 36 % mayor en las mujeres con alta densidad, en comparación con aquellas en el grupo de menor densidad. Asimismo, el porcentaje de tumores triple negativo, los más agresivos, resultó ser un 23 % mayor en el grupo de alta densidad.
Factores clave: menopausia y obesidad
El estudio también profundizó en la posible influencia de factores adicionales como el estado menopáusico y el índice de masa corporal. La investigadora Virginia Lope subraya que la asociación entre la alta densidad y el desarrollo de tumores agresivos se manifestó de manera más notoria en subgrupos específicos.
Específicamente, estos patrones desfavorables fueron observados principalmente en mujeres pre/perimenopáusicas y en aquellas clasificadas con sobrepeso u obesidad. Como conclusión a estos resultados preliminares, Lope enfatiza que, si bien estos hallazgos «requieren confirmación», sugieren de manera clara que la «densidad mamográfica alta podría ser un marcador relevante para identificar a mujeres con mayor riesgo de desarrollar formas más agresivas de cáncer de mama».
El estudio abre la puerta a un futuro donde la simple medición de la densidad en la mamografía no solo sirva para la detección precoz, sino también como una herramienta esencial de estratificación del riesgo oncológico, permitiendo a los clínicos anticipar la potencial virulencia del tumor basándose en la composición interna del tejido mamario.
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